Ejemplos con penetraban

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Si los bombarderos penetraban dentro de este rango, entraban en acción los misiles antiaéreos de los buques escolta del portaaviones.
El comandante Capaz, de la María Isabel, al ver que los buques penetraban resueltamente en la bahía, disparó cuatro cañonazos.
En estos planteles, y por su ilustración, sus enseñanzas penetraban profundamente en la vida de sus alumnos.
A medida que los exploradores y posteriormente los conquistadores penetraban más en el territorio, se iban ampliando o creando nuevas gobernaciones.
Pero cuanta mayor era mi diligencia, con tanta más insidia, suavidad y mimo me perseguían, me cercaban, me penetraban.
Los dominicos penetraban entonces por primera vez en la zapatería de Belarmino.
No era muy genuino, ni muy aromático el del fondín de Venta de Baños, y con todo eso, al introducir en sus labios por vez primera la cucharilla, al sentir el leve amargor y el tibio vaho que la penetraban, experimentó Lucía hondo estremecimiento, algo como una expansión de su ser, cual si a un tiempo se abriesen sus sentidos, semejantes a capullos de arbusto que a la vez florecen todos.
Pocos minutos después se despojó de los arreos militares, púsose diciendo latinajos las sagradas vestiduras, y con el cáliz entre las manos salió a la pequeña nave, por cuyas ventanas penetraban el aire fresco de la mañana, saturado de aromas campestres, y los rayos del sol, en que se movían, como polvo de oro, los átomos inquietos.
Poco después, los esposos, empaquetados dentro de una tartana, penetraban por las calles angostas y torcidas de la ciudad campestre.
Las últimas luces de la tarde penetraban desfallecidas por los calados rosetones, dando fantásticos contornos a las figuras pintadas en los vidrios.
El cuarto estaba casi a oscuras, por las rendijas de la madera penetraban dos o tres rayos de sol, agitando millares de átomos inquietos que bullían como polvo de luz, las galas estaban esparcidas sobre un sofá de raso, y el corsé de seda azul con trencillas blancas, caído al pié de una butaca.
Pero cuando mas las lágrimas de todos por lástima crecian, y por dolor las voces se aumentaban, y los cabellos y barbas de la madre y padre de Leocadia arrancados venian a ménos, y los gritos de su hijo penetraban los cielos, volvió en sí Leocadia, y con su vuelta volvió la alegría y el contento que de los pechos de los circunstantes se habia ausentado.

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