Ejemplos con patíbulo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El patíbulo, madre mía, no infama, no infama al militar que cumple con su deber y con su patria.
Lo fue escupiendo hasta llegar al patíbulo.
También aprovecha para criticar su rigorismo calificándolos de bellacos que llevan el fanatismo y el escándalo hasta el punto de dejar en su ciudad, como prueba inequívoca de su integridad, un patíbulo siempre levantado, que no es sino un monumento de su zafio rigorismo, a esos magistrados que opinan que si no castigásemos más que aquellos crímenes de los que estamos seguros, no tendríamos el placer de arrastrar al cadalso a nuestros semejantes ni cuatro veces en todo un siglo, y sólo eso hace que seamos respetados.
De aquí el atroz sistema inquisitorial, que ahogaba en el patíbulo, según la expresión del señor Martínez, las mismas quejas.
Rocío del heroísmo de los rebeldes, en la clandestinidad, en el peligro, en la cárcel, en el exilio, en la cámara de torturas, en la celda de la muerte, en la batalla, en el patíbulo.
La bastilla y el patíbulo están envueltos en la llama del canto: Ser, ser un pueblo libre en nuestra tierra.
Y un canto brota de entre las murallas de la bastilla, un canto asciende de las gradas del patíbulo y se derrama por el orbe.
Soldados del Irgún Tzvaí Leumí ascienden al patíbulo.
Marchó Dov hacia el patíbulo y cantó: Ser un pueblo libre en nuestra tierra.
Os preguntáis asombrados: ¿Cómo ha ocurrido que estos judíos a quienes considerábamos cobardes, que fueron durante siglos víctimas de matanzas colectivas, se hayan levantado contra nuestra dominación, asesten golpes a nuestras tropas, se rían de nuestras órdenes y, hallándose a la sombra del patíbulo, desprecien a la muerte?.
Y este debe ser el camino del pueblo de Israel en estos días nuestros: defender lo nuestro y estar dispuesto a ir a la batalla, aunque ello conduzca, en casos aislados, al patíbulo.
Los cortesanos claman venganza y condenan a rizzardo al patíbulo.
El patíbulo se inicia y termina con la historia de una manada de lobor y la gran lobo-madre Akbara y su cachorro, las vidas humanas entran en la narrativa pero entrelazada con la vida de los lobos.
Frente a la catedral, en la plaza central de Cuzco, un patíbulo había sido erigido.
En algunas jurisdicciones, sus funciones incluían la recaudación de impuestos y la ejecución de penas como el ahorcamiento, que podía hacerse en un patíbulo o bajo un árbol cualquiera.
Junto con los dos generales, probarían el amargo cáliz del patíbulo, el teniente coronel Trinidad Villagómez, el coronel Jesús Díaz y el capitán Juan González.
En el patíbulo, con la soga en su cuello, declaró profesar su religión y haber trabajado siempre por el bienestar de sus conciudadanos, negando rotundamente que hubiera organizado o participado en conspiración alguna contra el rey, a continuación, rezó en alta voz por la salvación de su alma, por la de sus perseguidores y por el Reino de Inglaterra.
Su cuerpo permaneció en el patíbulo durante muchos días hasta que por orden del juez fue trasladado a la basílica de San Acisclo, cerca de su sepulcro y el de San Perfecto.
Aún se quiere hacer ver pendiente del árbol centenario, los cuerpos de los fundadores de la ciudad egregia y en cada uno de ellos divisar la efigie del ajusticiado de Tolosa, como si la sangre derramada por los conquistadores en el patíbulo infame reflejara como en un espejo ignominioso la silueta del último que al quedar péndulo hizo secar la frondosa ceiba con el veneno de sus maldades.
La misión El fin del carnicero está basada en la película Doce del patíbulo: Siguiente misión.
¡No tiembles a la vista del patíbulo! Y señalaban al altarcito erigido allá en el fondo del salón contiguo y que se veía por la puerta entreabierta.
¡Germinal! Así gritó un amigo mío de destierro cuando en España vio el último rayo de sol desde el tablado del patíbulo.
Si faltara mi hijo a todas las leyes humanas y le condujeran al patíbulo, hasta él le acompañaría yo, desafiando la execración de las gentes, sin que por un momento negase que era obra mía.
La regularidad y noble simetría de todas las facciones infundían amor y respeto, pero las angustias del patíbulo, los horrores de la agonía, los tormentos todos estaban marcados en aquella cara flaca y macilenta, y en aquel pecho y en aquel costado herido por la lanza.
, y no botó sobre el patíbulo, y no dió un grito espantoso, y no exclamó, reventando: ¡mi vida! ¡mi vida!.
Híceme cargo de todo lo que había pasado durante mi enfermedad, que más bien me parecía sueño, y vi la infidelidad de esa desgraciada, vi también que tenía una cría, y la claridad de aquella razón nueva y robusta que yo había echado, me hizo ver un caso de aplicación de la justicia, y consideré que era de mi deber contribuir a la extirpación del mal en la humanidad, matando a esa infeliz, con lo cual la redimía, porque yo he dicho siempre: ‘Bienaventurados los que van al patíbulo, porque ellos en su suplicio se arrepienten, y arrepintiéndose se salvan’.
Iré al patíbulo no me importa ir al patíbulo, señores digo que quiero ir al palo pero ellos por delante, ellos por delante.
Hay que ver la nobleza y arrogancia de su figura cuando me lo encasquetan una armadura fina, o ropillas y balandranes de raso, y me lo ponen el duque de Gandía, al sentir la corazonada de hacerse santo, o el marqués de Bedmar ante el Consejo de Venecia, o Juan de Lanuza en el patíbulo, o el gran Alba poniéndoles las peras a cuarto a los flamencos.
Era, exactísimamente, el luctuoso cuadro de un reo marchando al patíbulo.

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