Ejemplos con paréceos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

—¡Válame Dios! dijo Cornelia, grande es, señor, vuestra cortesía, y grande vuestra confianza: ¿cómo? y ¿tan presto os habeis arrojado a emprender una hazaña llena de inconvenientes? y ¿qué sabeis vos, señor, si os lleva mi hermano a Ferrara, o a otra parte? pero donde quiera que os llevare, bien podeis hacer cuenta que va con vos la fidelidad misma, aunque yo como desdichada en los átomos del sol tropiezo, de cualquier sombra temo, y ¿no quereis que tema, si está puesta en la respuesta del duque mi vida o mi muerte, y qué sé yo, si responderá tan atentamente, que la cólera de mi hermano se contenga en los límites de su discrecion? y cuando así no salga, ¿paréceos que tiene flaco enemigo? y ¿no os parece que los dias que tardáredes he de quedar colgada, temerosa y suspensa, esperando las dulces o amargas nuevas del suceso? ¿Quiero yo tan poco al duque, o a mi hermano, que de cualquiera de los dos no tema las desgracias y las sienta en el alma?.
Venid acá, señor alegre: ¿paréceos a vos que, si como éstos fueron mazos de batán, fueran otra peligrosa aventura, no había yo mostrado el ánimo que convenía para emprendella y acaballa? ¿Estoy yo obligado, a dicha, siendo, como soy, caballero, a conocer y destinguir los sones y saber cuáles son de batán o no? Y más, que podría ser, como es verdad, que no los he visto en mi vida, como vos los habréis visto, como villano ruin que sois, criado y nacido entre ellos.
¿Paréceos, caballeros, que tengo yo talle de ventero? respondió don Quijote.
Y ¿paréceos que fuera acertado y bien hecho que si los del Toboso supiesen que estáis vos aquí con intención de ir a sonsacarles sus princesas y a desasosegarles sus damas, viniesen y os moliesen las costillas a puros palos, y no os dejasen hueso sano? En verdad que tendrían mucha razón, cuando no considerasen que soy mandado, y que mensajero sois, amigo, no merecéis culpa, non.
-¿Y paréceos -repliqué yo- que me estará bien creer eso que vos decís?.
-Oýs, señorita, ¡mirad lo que hazéys que avéys de bolveros como ésta está! ¿Paréceos bien llevar papeles a vuestra ama de aquel cavallero llamado don Gregorio?.
-¿Paréceos el homicidio buen camino para llegar a la felicidad?.
-¿Paréceos, dijo Roldán entre dientes, que sea yo el rey Herodes para andar sin más ni más degollando chiquillos?.

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