Ejemplos con ovillos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Debe comprar ovillos de lana y pieles.
Un número elevado de estas placas amiloides y ovillos de fibrina son elementos característicos de la enfermedad de Alzheimer, aunque la correlación entre la densidad de placas de amiloide y la severidad de la enfermedad es pobre.
Además de la presencia de ovillos neurofibrilares en pacientes con Alzheimer, se cree que los ovillos forman parte de la patología de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
Los ovillos neurofibrilares también se encuentran en pacientes con paralisis supranuclear.
Se ha encontrado también una relación de los ovillos en la demencia frontotemporal y, en ese caso, en ausencia de las placas seniles.
El papel que juegan los ovillos neurofibrilares como factor causal en la enfermedad sigue siendo un tema controversial.
Claro es que algunas veces me equivoco, y no saco nada, pero otras ¡suelen venir a mis manos ovillos tan gordos!.
Y sobre las puertas de los cuartos, el artista, aludiendo discretamente al establecimiento, había pintado asombrosos bodegones : granadas como hígados abiertos y ensangrentados, sandías que parecían enormes pimientos, ovillos de estambre rojo que intentaban pasar por melocotones.
Otra vez cosió mis faldones a un infame aparato, que moviéndose echó por tierra la cesta de costura donde doña Paz tenía mil distintas suertes de labores, ovillos, canutillos, lienzos, de tal modo, que levantarme yo y venir el mujeril aparato al suelo, fue todo uno.
Las manos se agitaron con temblequeteo senil, al devanar sus ovillos de estambre.
tantos ovillos, sin parar un instante, al paso que las celestiales esferas les iban sacando la.
Aquella vez Rosalía no le hizo ya ningún encargo de tubos, ovillos de algodón, ni de botones o varas de cinta, y la despidió, lo mismo que Bringas, con melosas palabrillas.
Se llamaba la tienda «La bola de oro», y mostraba en el pequeño escaparate tiras bordadas, calcetines de algodón, hilo en ovillos y carretillas, broches, horquillas, jabón de olor, polvos, botines, tejido al crochet y loros de trapo.
El apodo le venía de que en una época entraba de casa en casa vendiendo ovillos de hilo, hasta que un día resolvió cambiar de oficio sentando plaza de mendigo.
Y granizadas con hielo con ovillos como granadas.

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