Ejemplos con morisma

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En ella permaneció, participando en el Común del territorio en cuantas luchas anduvo metido contra la morisma, hasta que en el siglo XVI el Emperador Carlos V, necesitado con urgencia de abundantes recursos monetarios para seguir dando guerra por Europa, enajenó todos sus bienes a la Orden de Calatrava, entre otras.
Existen varias bandas de música y tamborazos originarios de la comunidad, así mismo tiene mucha presencia la charrería y la tradicional Morisma, presentada principalmente en la feria patronal.
Otra fiesta de gran tradición y más antigua que la Feria, ya que data desde tiempos de la Colonia, es la Morisma, celebrada durante la última semana del mes de Agosto.
El rey don Alfonso VI, para vengar un ultraje de su suegro, rey de Sevilla, organiza una expedición guerrera contra la morisma y marcha con su ejército hacia Andalucía.
Este calificativo parece que se debe a que la talla primitiva fue encontrada entre cañamones o cañaverales, lo que no resulta extraño si se tiene en cuenta que, en tiempos de la morisma, los cristianos ocultaban sus imágenes en los lugares mas insospechados para evitar su profanación.
En otra salida de la morisma, el choque era tan furioso, que cejaban los italianos, seguían su ejemplo los alemanes, y el Emperador, rojo de cólera al ver en fuga a sus soldados favoritos, desenvainaba la tizona, pedía su estandarte, metía espuelas al trotón y gritaba al brillante séquito de caballeros que le seguía: ¡Arriba, señores! Si me veis caer con el estandarte, levantad a éste antes que a mí.
Si es cierto que no les protegió de un modo ostensible sosegando las olas, hízoles el precioso favor de obscurecer el entendimiento de la morisma, para que a esta no se le ocurriera desembarazarse de cristianos, cosa facilísima en la precaria situación de estos.
Don Sancho, hijo de don Jaime de Aragón y hermano de la reina de Castilla, estima en más su título de caudillo que la mitra de Toledo, y al ver que los moros avanzan, sale a su encuentro en los campos de Marios, se mete en lo más fuerte del combate y cae muerto por la morisma, que le corta las manos y pone su cabeza en una pica.
En el fondo, el santo de las leyendas, vestido de peregrino, con la cuchilla en alto, atrepellaba con su caballo a la morisma.
Los papanatas asombrábanse ante las casacas blancas y las cruces rojas de los caballeros de las órdenes militares, honrados y pacíficos señores, panzudos los más de ellos, que hacían pensar en el aprieto en que se verían si por un misterioso retroceso de los tiempos tuvieran que montar a caballo para combatir a la morisma infiel.
Dijo don Quijote a don Antonio que el parecer que habían tomado en la libertad de don Gregorio no era bueno, porque tenía más de peligroso que de conveniente, y que sería mejor que le pusiesen a él en Berbería con sus armas y caballo, que él le sacaría a pesar de toda la morisma, como había hecho don Gaiferos a su esposa Melisendra.
Y, diciendo y haciendo, desenvainó la espada, y de un brinco se puso junto al retablo, y, con acelerada y nunca vista furia, comenzó a llover cuchilladas sobre la titerera morisma, derribando a unos, descabezando a otros, estropeando a éste, destrozando a aquél, y, entre otros muchos, tiró un altibajo tal, que si maese Pedro no se abaja, se encoge y agazapa, le cercenara la cabeza con más facilidad que si fuera hecha de masa de mazapán.
Viendo y oyendo, pues, tanta morisma y tanto estruendo don Quijote, parecióle ser bien dar ayuda a los que huían, y, levantándose en pie, en voz alta, dijo:.
Ni era esto todo: aquellos fanáticos islamitas, semibárbaros en su vida externa, místicos y soñadores en lo profundo de su alma, dejábanme entrever, cuando la afectuosidad de una larga conferencia los hacía menos recelosos y desconfiados, esperanzas informes y remotas de que la morisma volviese a imperar en nuestra patria, y entonces, al expresarme la idea que tenían de la hermosura de estos sus antiguos Reinos, celebraban sobre todo la comarca granadina, y, nominalmente, algunas localidades alpujarreñas, avergonzándome de no haberlas visitado, ¡a mí, que las tenía tan cerca del pueblo de mi cuna!.
Había hecho su primer campaña en Andalucía, bajo las órdenes de don Alonso Pérez de Guzmán, y a su vuelta trajo una reputación distinguida, principalmente a causa de los esfuerzos que hizo para salvar al infante don Enrique de manos de la morisma.
Noticioso MONDÉJAR de aquel estado de cosas, y visto que en Ugíjar perdía el tiempo y el crédito en vanas negociaciones de paz con tal o cual magnate morisco de los muy pocos que aún no se habían alzado en armas, contramarchó a su vez lleno de enojo y de vergüenza y saliose de la Alpujarra por donde mismo había entrado, decidido a apoderarse del Peñón y escarmentar allí a la morisma beligerante.
todo su distrito, apuróla y aun pretendió acabar con ella la bárbara morisma y húbose de.
Y esa morisma -de la Europa afrenta-.
tranquilo, porque constantemente estoy viendo la morisma próxima a precipitarse sobre mi reino, y.

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