Ejemplos con menudita
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
La pluma de Ramón Gómez de la Serna, nos deja su mejor descripción: Menudita, con su pelo castaño despeinado en flotantes Abuelos, con su mirada de niña, mirada susurrante de pájaro con triste alegría.
Cabalgaron también los otros cinco auxiliares, y bajando callejones, y resbalando sobre lastras, y vadeando regatos, salieron a una senda que se llamaba , por el que continuaron su marcha a obscuras, porque es de advertir que había anochecido una hora antes, y además caía una lluvia menudita que enfriaba hasta los huesos.
Entonces una dulce tristeza entra en el espíritu, porque un año de nuestra vida se ha disuelto Los racimos han desaparecido de las vides, los pámpanos, secos, rojos, corren en remolinos por los bancales, el cielo está de color de plomo, llueve, llueve con un agua menudita durante días enteros.
La menudita se llevaba el pañuelo a los ojos y apretaba los labios para reprimir un sollozo.
Cuando llego a Madrid está cayendo un agua menudita, cernida, persistente.
La tercera de las mozuelas, menudita y vivaracha, dijo que su , hecho un merengue, le pedía casamiento, y que ella le había contestado con un sí dentro de un no.
Apresurábame a romper los sellos de lacre para desentrañar lo que el paquete contenía, cuando la mano menudita de la portera alargó hacia mí un pliego voluminoso que al punto reconocí como de los llamados de oficio.
Era Nievecitas, sobrina del cura de Bergüenda, bondadosa y honesta joven, agradable de rostro, menudita de cuerpo, un poco y un mucho picotera, y tan comunicativa que antes reventara que guardar un secreto.
Apuntó algo en su pizarra, pertinente a prensa y al nuevo periódico, y fijándose en otra carta, cuya letra menudita y elegante conocía, la leyó al punto: Pepe no escribe a usted porque está consagrado hoy en cuerpo y alma a la limpieza de sus panoplias y a la colocación de las espadas del siglo XVII, que ayer adquirió.
En lo alto de la escalera recibiole una señora menudita y ligera que andaba por aquellos pavimentos lustrosos sin que se le sintieran los pasos.
Cabalgaron también los otros cinco auxiliares, y bajando callejones, y resbalando sobre lastras, y vadeando regatos, salieron a una senda que se llamaba camino real, por el que continuaron su marcha a oscuras, porque es de advertir que había anochecido una hora antes, y además caía una lluvia menudita que enfriaba hasta los huesos.
La una era María Ruiz, menudita y graciosa, la otra Carolina Pastrana, ojinegra, blanca y gordezuela, ambas liadas con alfonsinos de riñón bien cubierto que no debo nombrar porque ya entrábamos en la era de la hipocresía, del mírame y no me toques, y del buen callar, que llamamos Sancho.
La tercera de las mozuelas, menudita y vivaracha, dijo que su Ventura, hecho un merengue, le pedía casamiento, y que ella le había contestado con un sí dentro de un no.
Una vieja menudita, cubierta de pies a cabeza por un manto color ala de mosca, la detuvo.
