Ejemplos con lirios

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Flowering Shrub and Ornamental Grass Garden - arbustos de flor, hierbas ornamentalesy plantas perennes, entre ellas lirios de un día.
El fresco del príncipe de los lirios es un relieve de estuco pintado minoico encontrado en el ala occidental del palacio de Cnosos por sir Arthur Evans, el cual creyó que representaba al propio rey Minos.
Se trata de una obra en la que se muestra una figura joven avanzando por un campo de lirios en el cual se observan las características básicas de la pintura mural minoica.
Este, acompañado por dos jóvenes más, escapó perdiéndose entre los altos lirios.
* Lucy Payne Minor Memorial Garden - una gran colección de lirios de un día y narcisos.
y del extremo oriente incluyendo coníferas y una Metasequoia, así como en su bases una colección de narcisos y lirios de un día.
Decorative Arts Flower Garden - con una amplia variedad de flores entre las que se incluyen girasoles, claveles, rosa, amapola, peonía, iris, lirios, chrysanthemum, margaritas, y tulipanes.
En torno, abril había adornado la tierra húmeda de grandes lirios amarillos.
El plano de agua está cubierto de lirios de agua.
LIRIOSBajé anoche al jardín, y al fulgor de mis ojosSe iluminó el camino con una luz ardiente,Brotaron los rosales sus pétalos más rojos,Y el cisne, taciturno, interrogó a la fuente Los lirios, sus corolas abrieron, perfumandocon su embriagante aroma mi túnica violeta,y de mi cuerpo cálido se iba posesionando,haciéndome sentir una ansiedad secreta Las mejores poesías líricas de los mejores poetas, Ed.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de estos lirios llegaban a Estados Unidos como bulbos, importados desde Japón.
Lilium longiflorum, como algunos otros tipos de lirios, son venenosos para los gatos.
Entre las principales especies vegetales destacan en la actualidad la presencia de carrizo, espadañas y lirios, especies asociadas a aguas lacustres.
¡Qué delicia contemplar desde aquí los vallados de olivos, tejo, laureles, pinos, cipreses y los frescos tamarindos, árboles todos de hojas perennes y perpetuo verdor! A este inmarcesible bosque le llamamos Dafne por sus emparrados rústicos de cambroneras que brotan espontáneas y trepan por los troncos y forman amenísimos y compactos toldos, y refrescan y protegen nuestros miembros de los rigores del estío y nos proporcionan mayor frescor que los antros de las rocas o la sombra de las peñas, mientras que el oído se regala con el muelle del cantar del arroyo que a la vera corre, y la nariz se embriaga con el nectáreo perfume de las rosas, los lirios y toda clase de plantas aromáticas.
De juventud del alma, o, lo que es lo mismo, de un vivo sueño de gracia, de candor, se compone el aroma divino que flota sobre las lentas jornadas del Maestro al través de los campos de Galilea, sobre sus prédicas, que se desenvuelven ajenas a toda penitente gravedad, junto a un lago celeste, en los valles abrumados de frutos, escuchadas por las aves del cielo y los lirios de los campos con que se adornan las parábolas, propagando la alegría del reino de Dios sobre una dulce sonrisa de la Naturaleza.
Los lirios de mar se balanceaban al término de su varilla, moviendo sus miembros en forma de pétalos.
Allí rezó buena porción de salves, deshojó las rosas sangrientas del rosario, los místicos lirios de la letanía.
De jazmines, margaritas y lirios iban a vestirle a Ana, sin que ella lo supiese, el sillón en que debía sentarse en la fiesta.
Por allí, en la tarde en que vamos caminando, halló Pedro Real razón para encontrarse a caballo, el cual dejó en la cumbre, mientras que, golpeándose con el latiguillo los botines, se perdía, sin recordar el cuadro de Ana, por la calle de los lirios.
Vinieron gentes nuevas, y como que el monte es corto y de forma bella, y desde él se ve a la ciudad, con sus casas bajas, de patios de arbolado, como una gran cesta de esmeraldas y ópalos, limpiaron de piedras y yerbajos la tierra que, bien abonada, no resultó ingrata, y de la mejor parte del monte hicieron un jardín que entre los pueblos de América no tiene rival, puesto que no es uno de esos jardinuelos de flores enclenques, y arbustos podados, con trocitos de césped entre enverjados de alambre, que más que cosa alguna dan idea de esclavitud y artificio, y de los que con desagrado se aparta la gente buena y discreta, sino uno como bosque de nuestras tierras, con nuestras propias y grandes flores y nuestros árboles frutales, dispuestos con tal arte que están allí con gracia y abandono, y en grupos irregulares y como poco cuidados, de tal manera que no parece que aquellos bambúes, plátanos y naranjos han sido llevados allí por las manos de jardinero, ni aquellos lirios de agua, puestos como en montón que bordan el estrecho arroyo cargado de aguas secas, fueron allí trasplantados como en realidad fueron: antes bien, parece que todo aquello floreció allí de suyo y con libre albedrío, de modo que allí el alma se goza y comunica sin temor, y no bien hay en la ciudad una persona feliz, ya necesita ir a decírselo al montecito que nunca se ve solo, ni de día ni de noche.
Entre los caballeros que rompen o manchan lirios quisiera yo que tuviese éxito mi cuadro.
En la mitad del testero que daba frente a la puerta del corredor, una esbelta columna de mármol negro sustentaba un aéreo busto de la Mignon de Goethe, en mármol blanco, a cuyos pies, en un gran vaso de porcelana de Tokio, de ramazones azules, Ana ponía siempre mazos de jazmines y de lirios.
Sus palabras llevaban el desquite: parecía como si con un manojo de lirios azotara las frentes de los pecadores: sus anatemas eran alfileres con alas.
Otras pasiones inspiró Martí, a otras mujeres, pero acaso ninguna tan pura y tan hermosa como esa que inspiró a la niña de Guatemala, la de las manos de lirios y la frente purísima: luz y música hecha carne.
Preparamos los cuadros y sembramos rosales, claveles, lirios, azucenas, que nos prometían para la próxima primavera abundantes flores.
Creía yo entonces¡pobre muchacho soñador!que un orto de fuego sería opaco y brumoso para el malvado, que los lirios del río no tendrían aromas para el perverso, que las selvas acallarían sus músicas y enmudecerían medrosas cuando pasaran bajo sus arcadas, bajo sus bóvedas de follaje, corazones manchados.
En grandes jarrones de porcelana española,los viejos jarrones de la familia,frescos ramilletes de rosas, lirios y azucenas, y por todas partes, regados aquí y allá, pétalos rosados, amarillos, blancos, purpúreos, y apiladas en torno de mi taza, las místicas y caducas balsaminas,,que de ordinario engalanaban la humilde lamparilla de la Dolorosa, lucían ahora en aquel banquete religioso su nívea veste manchada de carmín.
¿Eso que tenemos delante es el ? ¿Pero dónde están esos lirios, hombre de Dios? Yo no veo más que piedras y yerba descolorida.
No soy renca, ni soy coja, ni tengo nada de manca, los cabellos, como lirios, que, en pie, por el suelo arrastran.

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