Ejemplos con lindísimas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Intenté pedir a doña Práxedes más claras referencias de aquella princesa de alto linaje que iba en el Reservado de Señoras, con acompañamiento de bellas damas y lindísimas doncellas, pero un escrúpulo invencible paralizó mi lengua, y seguí alelado y taciturno.
Se les despedía con galas retóricas, lindísimas y bien olientes, ofreciéndoles, como poético galardón, la ciudadanía de un pueblo independiente y libre.
Ya tendrá usted un buen que la libre de esos quebraderos de cabeza, y del deterioro de sus manos lindísimas.
Avergonzadas reconocían las dos muchachas su rusticidad, al llegar a Madrid, comparándose con María Luisa y Rafaela, que, por lo que hablaban y las cosas lindísimas que decían en su conversación, debían de ser unas sabias de tomo y lomo.
La procerosa figura de Don Juan Nicasio se destacaba entre el ilustre senado, y no faltaban Vega y Rubí, con quienes reanudé mis amistades, entablándolas nuevas con un poeta que yo conocía de vista, Ramón Campoamor, ahora muy mimado del éxito, autor de un tomo de lindísimas fábulas, que compré en casa de Boix y estoy leyendo.
A falta de padres, rodeábalas muchedumbre de personajes vistosos, de damas bien emperifolladas, de hombres muy graves con toda la ropa bordada de oro, y no se podían contar las tropas lindísimas que fuera y dentro de la mole palatina se congregaban día y noche para custodiar a las nenas, por donde venían éstas en conocimiento del valor y mérito de sus personitas, y adquirían el sentido de la realeza.
, a las lindísimas marquesas de D.
Contestó Ibraim que había visto sacar, ya de estuches primorosos, ya de envoltorios de papel, cosas lindísimas: un retrato de militar, joyeles de diamantes, hilos de perlas, y un abanico que los presentes alabaron como la mejor y más rara pieza que había en el mundo, tanto por su antigüedad como por su belleza.
Entre las de segunda, veo una tandita de iguales, lindísimas, que, si no estoy equivocado, son las del medio collar que le cedió a usted Negretti, el papá de Aurorita.
En Rota tenían ambos sus novias, las de Urtus, dos hermanas lindísimas.
Las que se acercaban paso a paso eran seis u ocho palomas pardas, con reflejos irisados en el cuello, lindísimas, gordas.
Pues, ¿y los paquetes de clavos? ¿Qué cosa había más bonita? ¿Y las llaves que parecían de plata, y las planchas, y los anafres, y otras cosas lindísimas? Sostenía que ella no necesitaba que sus papás le comprasen muñecas, porque las hacía con un martillo, vistiéndolo con una toalla.
Después fuimos hallando muchas casas góticas o platerescas, en cuyas lindísimas portadas se veían grandes escudos que nos indicaban la familia a que pertenecían o habían pertenecido.
Ya habrás conocido que no quiero ser héroe de novela: si hubiera querido idealizarme, fácil me habría sido conseguirlo, cuidando de encerrar con cien llaves todas mis flaquezas y necedades, para que sólo quedasen a la vista del público los hechos lisonjeros, adicionados con lindísimas invenciones, que en caso de apuro no me habrían de faltar.
El Apolo que tocaba no sé si lira o guitarra en el centro del lienzo, era un majo muy garboso, y a su lado nueve manolas lindísimas demostraban en sus atributos y posiciones que el gran artista se había acordado de las musas.
A falta de padres, rodeábalas muchedumbre de personajes vistosos, de damas bien emperifolladas, de hombres muy graves con toda la ropa bordada de oro, y no se podían contar las tropas lindísimas que fuera y dentro de la mole palatina se congregaban día y noche para custodiar a las nenas, por donde venían éstas en conocimiento del valor y mérito de sus personitas, y adquirían el sentido de la realeza.
Ya tendrá usted un buen jefe que la libre de esos quebraderos de cabeza, y del deterioro de sus manos lindísimas».
Y a propósito de esta palabra que se usa muy criollamente, ¿háceles a ustedes gracia oírla en lindísimas bocas?.
-Pues ¿qué sería de mí -exclamé tomando entre mis manos una de las lindísimas de Carmen- en tantos días de forzoso encierro, sin los cuidados que me consagra y los consuelos que me da y la luz que esparce en su derredor mi hermosa carcelera?.
¡Cuántas manos lindísimas he estrechado y qué de cartitas deslicé con disimulo al ofrecer el agua bendita!.
Las rusas lindísimas y sensuales, sinfonías de luz llenas de joyas, en las que se prohibía el calor, largas capas de pieles y de sedas que dejaban a la luz el tono rosa de los hombros, a príncipes, militares, nobles y favoritos, con sus ajustados pantalones de seda blanca que ceñían los músculos y sus gorros cilíndricos con pendientes.
Todos se querían morir, morir de gusto cuando lo vieron bien vivo y con lindísimas plumas.
El tigre enojadísimo al reconocer a aquel loro pelado que él creía haber muerto, y que tenía otra vez lindísimas plumas, juró que esta vez no se le escaparía, y de sus ojos brotaron dos rayos de ira cuando respondió con su voz ronca:.
Avergonzadas reconocían las dos muchachas su rusticidad, al llegar a Madrid, comparándose con María Luisa y Rafaela, que, por lo que hablaban y las cosas lindísimas que decían en su conversación, debían de ser unas sabias de tomo y lomo.
-¿Quién piensa en ese tonto? ¡repara en estas lindísimas castañas!.
No sabemos cómo se las compone Currito, pero es el caso que nunca sabe a pez el vino que se echa en sus odres, que hace botas lindísimas, y que también construye otra clase de cueros muy a propósito para llevar en ellos aceite a las Alpujarras, porque los mangurrinos, que así llaman en Villalegre a los alpujarreños, no producen aceite.
Las gentes comentaban, con el orgullo de aquel José de San José que rendía de amor a las lindísimas duquesas y que luego despreciaba a las duquesas:.

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