Ejemplos con lascivas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mientras tanto, varios países han elaborado leyes en contra de cualquier material que contenga imágenes sexuales o lascivas que involucren a personas menores de edad en apariencia.
Pero la moderna cultura de los famosos, con sus exigencias lascivas que sólo pretende revelar cada vez más intimidades, tiene sus peligros.
Operetas pésimamente traducidas y adaptadas del francés y parodias pobremente escritas y lascivas dominaban los escenarios londinenses.
El sentido de la vistadicees más eficaz que el del oído, y sus objetos arrebatan el animo con mayor violencia, y así es más vehemente la moción que despierta la deshonestidad con las pinturas lascivas, que con las palabras, y tienen menos reparo las especies y memorias que entran por los ojos que las que se perciben por los oídos, porque las palabras pintan una cosa ausente o ya pasada, pero las pinturas la figuran presente Y así los pintores cuando hacen figuras fabulosas y lascivas cooperan con el demonio, granjeándole tributarios y aumentando el reino del infierno.
Había rendido mujeres sosas de las que caen sin lucha ni gracia, como fardos abandonados a su propio peso, señoritas imbéciles, tocadas de fría sensualidad, mozuelas que ceden por cálculo y se equivocan en la cuenta, casadas de las que se visten con gajes del adulterio, viudas aventureras, semejantes a los aros de circo con el papel ya roto, en que no deja señal un salto más o menos, pecadoras por hambre, que soportan los besos haciendo números de desempeños y deudas, lascivas por codicia que ponen el cuerpo a interés compuesto, y también disfrutó alguna de esas mujeres inocentemente viciosas, alocadas, que se entregan sin pensarlo, y a quienes se goza de improviso cortando la monotonía de la vida, como esas ráfagas de aire fresco que interrumpen de pronto el bochorno asfixiante de un día abrasador.
Era ninfa de apoteosis zarzuelesca, profanada por el carmín barato, los polvos de arroz y el arrebol, aprisionadas las formas en lascivas mallas, pero en su rostro no se dibujaba la sonrisa forzadamente sensual de la comiquilla aventurera.
Los nombres de las señoras más lindas y elegantes se me borran de la memoria no bien tomo la pluma, y sólo sé decir que me gustan, lo cual es muy sujetivo, sin atinar á describir los trajes que llevan, los diamantes que fulguran en sus cabezas airosas, las perlas que ciñen lascivas sus desnudas gargantas, y todo aquello, en suma, que las determina y diferencia.
Después, los altos árboles, los ramajes tupidos llenos de mil abejas, las estatuas en la penumbra, los discóbolos de bronce, los gladiadores musculosos en sus soberbias posturas gímnicas, las glorietas perfumadas, cubiertas de enredaderas, los pórticos, bellas imitaciones jónicas, cariátides todas blancas y lascivas, y vigorosos telamones del orden atlántico, con anchas espaldas y muslos gigantescos.
José estaba absorto: no veía ni podía pensar que las mujeres de la escena eran vulgares hermosuras bien recargadas de afeites, porque estaba demasiado sobrexcitado y sentía ya en su sistema nervioso el efecto de la impresión que le habían producido con las lascivas miradas que enviaban a la platea y la desvergonzada mímica de sus movimientos.
entre aquellos borrachos disimulados y aquellas damas lascivas, locas y encubridoras.
Don Víctor, en el seno de la amistad, seguro de que Mesía había de ser un pozo, le refirió las persecuciones de que había sido víctima, las provocaciones lascivas de Petra, y confesó que al fin, después de resistir mucho tiempo, años, como un José.
Y razón por quintales tenía el señor Paquiro al hacer tal afirmación, que no había hombre que pudiera ver tranquilo cómo la Niña, en maravillosos alardes de ductilidad, malicia y gentileza, movía de modo sensual su cuerpo, delatando en sus dulces ondulaciones hechizos y más hechizos, taconeando con habilidad suprema y electrizando a todos los en estado de responder a sus irresistibles tentaciones con sus ardientes contoneos, sus lascivas actitudes, sus espasmos dulcísimos y sus miradas en que el placer parecía hacerse letargos y centelleos.
En fin, lectores: yo, -que rara vez sé cómo se llaman las cosas que más me gustan, y que si os he suministrado los anteriores datos botánicos ha sido bajo la responsabilidad de mis libros, que no bajo la mía, -concluiré esta larga disertación repitiéndoos que, por lo que toca a su fisonomía poética y a su aspecto pictórico, el litoral de la Alpujarra trae a la imaginación del viajero presentidas imágenes de África y de América, que estas imágenes le hacen soñar con patios marroquíes sombreados por cortinajes de seda y plata, o con lascivas hamacas sombreadas por el plátano y el caobo, y que, en tal situación de ánimo, no puede uno comprender que, a cinco leguas de allí, aguarden su visita los eternos hielos y las plantas hiperbóreas de la virginal Sierra Nevada.
llamando a las Sirenas lascivas unos ángeles, al furioso y ciego de cólera, Ciclope valiente,.
No se deben tolerar a aprendices, oficiales, y demás concurrentes juramentos, maldiciones, palabras indecentes, o lascivas, pullas, o tachas de defectos propios, gestos, ni acciones groseras, o feas en el taller, u obrador, ni en las demás partes, donde concurrieren.
Pero rebosa su guitarra de décimas alusivas, que acarician o pinchan, alaban o critican, piden cínicamente ofrendas, o rechazan, orgullosas, las dádivas que desprecia, de sus cuerdas sonoras, caen, corriendo parejas, humildes lisonjas con ironías crueles, e indirectas lascivas que, al llamar el rubor a la frente de las muchachas, hacen fruncir las cejas de sus festejantes.
Alicia le parecía tan fea, tan india, al lado de estas mujeres que, si bien costaban un ojo de la cara -un oeil de la figura, como él decía-, ¡eran tan seductoras, tan elegantes, tan lascivas y complacientes! Pero no por eso olvidaba «la trastada» del doctor.
en que un afán misántropo remonta las lascivas.
Al ver que estaba instruido de todo, le confesé, francamente todos los detalles de los brutales ataques de Licas y las lascivas impetuosidades de Trifena.
bocas lascivas y entreabiertas de mis fáciles idolatradas.
voluptuosidad se pasearon manos buscadoras y lascivas, si pedí.

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