Ejemplos con juraste

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Olvida quién soy Piensa únicamente en la de Nápoles en la que conociste en Pompeya Acuérdate de nuestra felicidad a solas, de las veces que me juraste no abandonarme nunca ¡Tú eres un caballero!.
¿Tanto me odias? Acuérdate de la felicidad que te di: tú mismo me juraste que nunca habías sido tan dichoso.
Menos tiempo del que suele durar la memoria de un muerto, duró en ti la memoria de un vivo que te amaba, y a quien juraste fidelidad eterna, entendiendo por eternidad el espacio de un sueño, o la duración de nuestras alegrías más fugaces.
¿Me lo juras?Te lo juro No parece sino que yo te he engañado alguna vez.
Mira, Sancho, por el mismo que denantes juraste, te juro dijo don Quijote que tienes el más corto entendimiento que tiene ni tuvo escudero en el mundo.
Yo soy tu esposo, me lo has prometido de cien maneras, tu don Víctor no es nadie, mírale como no se queja: yo soy tu dueño, tú me lo juraste a tu modo, mandaba en tu alma que es lo principal, toda eres mía, sobre todo porque te quiero como tu miserable vetustense y el aragonés no te pueden querer, ¿qué saben ellos, Anita, de estas cosas que sabemos tú y yo.
¡Ya lo has oído! ¿Consientes en ello? El perro meneó la cola e hizo con la cabeza una seña que significaba: ¡Sí! Entonces la joven cogió una taza talismánica llena de agua, y comenzaba a pronunciar sobre ella las palabras conjuratorias, cuando de improviso se dejó oír un grito estridente y la esclava de la joven entró entonces en el aposento diciendo a su ama: ¿Qué fué ¡oh mi señora! de la promesa y del pacto que entre las dos hicimos? ¡Cuando te enseñé la hechicería, me juraste no verificar nunca una operación mágica sin consultarme! precisamente también yo quiero casarme con el joven Alí Azogue, que ahora está convertido en perro: y no consentiré que se le transforme en hombre más que con la condición de que nos pertenezca a ambas en común y pase una noche conmigo y una noche contigo! Y en cuanto la joven accedió a este arreglo, su padre le preguntó, muy asombrado de todo aquello: ¿Y desde cuándo estás iniciada en la hechicería? Ella contestó: ¡Desde que llegó esta esclava nueva, que la había aprendido estando al servicio del judío Azaria, pues a hurtadillas hojeaba los libros mágicos y los volúmenes antiguos de ese insigne mago!.
Pero logró levantarse, y descorriendo la cortina, sacó la cabeza, y gritó: Abul-Hassán, ya Abul-Hassán, ¿es que juraste hacerme morir ahogado por la risa?.
-Tú me prometiste no querer a otra, me juraste quererme, y para que lo creyera me diste pruebas de ello.
danza al compás de melodiosa música, ¿no me dijiste mil veces, no me juraste, perjuro, que me.
Si no creíste llenados nuestros deberes con presentar ante el rey de Castilla los tesoros del rescate del Inca, ¿a qué juraste en nombre de Cristo guardar los conventos sacrosantos? No para la devastación buscamos los remotos climas, a hacer tributarios de la corona de España, a sacar a los pueblos de la estupidez y a extender el Evangelio, nuestro Dios propicio nos abrió las ondas de los inmensos mares, y nos guió a estos remotos climas.
-Y me adoras, y me juraste salvar al inocente monarca, y el desdichado Inca fue víctima de los hijos del crimen, tus compañeros.
-Ahora te digo por el mismísimo que juraste, que mereces no verlas en tu vida medianamente provistas por tan sandía respuesta.
-Si no me juraste amor eterno, en cambio me dijiste que me querías.

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