Ejemplos con irisaciones

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Todo en el cuadro sugiere el ambiente mágico de una isla encantada: el rico colorido, la sensual Armida, Rinaldo en una pose de abandono, la columna hermética del sátiro y el papagayo, así como el paisaje que se ve detrás de la portalada de piedra, con su cielo azul con irisaciones rosáceas.
En los cirros -especialmente en los cirroestratos- es normal que se produzcan irisaciones.
En joyería se emplea este efecto para producir irisaciones en la superficie de vidrio con recubrimiento especial.
Las irisaciones se producen cerca del Sol.
Se hallaron estos objetos en las tumbas y casi siempre ofrecen escasa transparencia y curiosas irisaciones en la superficie, descomponiéndose en escamitas al tocarlos: todo ello es debido a las impurezas de la pasta y a su misma antigüedad unido a los elementos destructores del ambiente.
Es un insecto fitófago que presenta generalmente irisaciones de color cobre y manchas blancas muy irregulares.
Sus cabellos, que antes me parecieron blancos, tenían irisaciones y reflejos que en las ondas del rizado tan pronto eran oro como plata.
Reflejos nacarados, de un azul de ópalo, irradiaban del celaje, y era como si una sola perla enorme llenase con sus irisaciones todo el firmamento.
Con mi doble instinto de mujer y de colorista, yo prefería, en el vasto reino mineral, los productos mágicos que sirven al adorno, a la industria y al arte humano, y describía con entusiasmo la eflorescencia rosa del cobalto, el intenso anaranjado del oropimente, la misteriosa fluorescencia de los espatos, que exhalan lucecitas como de Bengala, verdes y azules, los tornasolados visos del labradorito, semejantes al reflejo metálico del cuello de las palomas, la fina red de oro sobre fondo turquí del lapislázuli, las irisaciones sombrías de la pirita marcial y de la marcasita, coloridos nocturnos, vistos en mi imaginación como al través de la roja luz de un agua caldeada por las fraguas y hornos de Vulcano.
Los tonos del crepúsculo pintaban los celajes de incopiables irisaciones, de opalinas transparencias, tras las enhiestas cumbres habíase hundido el sol dejando a su paso los últimos vaporosos pliegues de oro de su esplendorosa clámide, el valle adormecíase al conjuro de las primeras vaguedades precursoras de la noche, empezaban a esfumarse los contornos de los caseríos y de la arboleda, de vez en cuando turbaba el silencio la voz de alguno de los campesinos, que hablaba a distancia, o el rumoroso tintineo de las esquilas del ganado conducido a los apriscos por los pastores, algo dulce y sedante iba adueñándose del panorama, y allá en lo más hondo de etéreos abismos iban apareciendo los luceros y las estrellas, que parecían parpadear rutilantes y misteriosos.
No reía sino a medias y, más que con la boca, con los ojos, cuyo iris se recogía con irisaciones de reflejos sobre el agua.
Cayetano, repetimos, se detuvo sorprendido contemplando aquel cuerpo más elástico, más elegantemente ondulado que el cual no recordaba haber visto ningún otro, aquella tez que herida por la luz del sol, antojábasele a él que tenía opalinas irisaciones, aquellos ojos en cuyas luminosas profundidades parecía nadar un tropel de dulcísimas promesas, aquella boca en que la gracia y la malicia hacíanse sonrisas entre tintas carmesíes, aquel pelo espléndido, áureo y sedoso en que cada cabello parecía una hebra de sol, y al ver aquel conjunto inmutóse ligeramente, puso un tono pálido en sus mejillas, una vaga sensación que recorrió su cuerpo como un ligero escalofrío, y.

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