Ejemplos con intemperies

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Abandonaron sus lugares para exponerse siempre a los peligros, haciendo lujo de las intemperies, expusieron sus vidas en ofrendas a las libertades conculcadas y por salvar a su Patria que se hallaba enteramente en poder del filibustero.
Su cabeza calva, apenas se exornaba económicamente con un cerquillo de blancos pelos esporádicos sobre las sienes y en el occipucio y en cuanto a su cuerpo era bravío, imponente, recio, como de varón hecho a las intemperies, a las luchas con hombres y elementos.
Y la razón era obvia: el ejercicio a caballo, su diversión favorita en el campo, el nadar frecuentemente en el río de San Andrés y en el de San Juan de Contreras, donde todos los años pasaba la temporada de baños, las caminatas casi diarias en el cafetal de su padre y en los de los vecinos, su exposición frecuente a las intemperies por gusto y por razón de su vida activa, habían robustecido y desarrollado su constitución física al punto de hacerle perder las formas suaves y redondas de las jóvenes de su edad y estado.
Pan, entonces, él mismo, las cuidó, y cuando vino la Primavera, las esquiló y cambió la lana por una pequeña cantidad del codiciado metal, a unos hombres venidos de regiones frías donde se necesita la lana para guarecerse de las intemperies, y donde el oro abunda.
necesidades, anhelando goces y abundancia, al rigor de las intemperies,.
Por aquellas intemperies atravesamos a pie desnudo, cual lo hicieron los.
Gaucho: cosa rústica porque en inculta tirerra se afirmó, venciendo rudezas con rudeza, cosa brava porque se crió a campo, desafiando intemperies, aguantando rigores, noble y excelso porque se dió a un ideal en cuerpo y alma, quemando vida iluminó victorias, y se extinguió dejándonos la Patria.
¿Lo a que te criaste? pero, si casi ha sido la miseria, por lo menos ha sido vida dura, vida de trabajo y de peligros, vida de penurias, de comer cualquier cosa a cualquier hora, de pasar intemperies, cocido por el sol o pasado de frío, y de dormir al raso, empapado por el agua, en el recado hediendo a sudor.
Era sin embargo, pirata y jefe de piratas, es decir, hombre de voluntad de hierro, endurecido contra las intemperies, y no de tal mansedumbre, que no llevase en su cara y en sus palabras aquel sello incontrastable del mando absoluto, que detrás del devoto de las horas ordinarias, hace ver bien claro al tirano violento e irresistible de las horas extraordinarias -al Cronwell, al Luis XI.
Cuando vino la noche, mil fogatas se alzaron por todo el campo: la alegría, el baile y el bullicio cobraron a su luz mayor animación y los sonidos cadenciosos de la Zambaclueca, parecían salir de todo el campo, lanzados con la vislumbre de los fogones, al cielo diáfano de aquella tierra en donde el viento no bate jamás las llamas para quitarles su apacible irradiación, en donde las pasiones humanas viven al aire y a la luz porque no tienen que buscar en las profundidades del alma un asilo contra las intemperies del clima.
El rostro de este hombre, tostado por el sol y por las intemperies del mar, parecía tener el temple del bronce.
-¿Éste es el hombre, Sancho? -preguntó poco después, entrando en el despacho, un caballero joven, no mal parecido, de porte airoso y altivo, bigote y perilla, ojos de terquedad y de pasión y tez curtida por las intemperies, que vestía modestamente calzón, chupa y casaca de género oscuro, y calzaba grandes botas de montar.
Su miseria es campesina, no habla de hambre ni de falta de luz y de aire, sino de mal alimento y de grandes intemperies, no está pálido, sino aterrado, no enseña perfiles de hueso, sino pliegues de carne blanda, fofa.
Del frondoso monte que así adornó su campo, se elevaban al cielo los cantos de alegría de millares de pájaros, de colores hermosos, la sombra espesa en verano, protegía sus rebaños contra los ardores del sol, y con la madera de los árboles pudo hacer para ellos abrigo contra las intemperies del invierno.
Por cierto que la tropilla no se puede quejar de su suerte, la han mudado de campos algo pobres, a tierras extensas donde puede retozar a gusto, encontrando por todos lados gramilla, su pasto favorito, agua regular y reparo contra las intemperies: así mismo, al asomar la estación del renuevo, sienten los caballos en sus pobres almitas de animales, que algo les falta, algo que los llama, allá, de donde los han traído.
intemperies, nocturna, con hachas y farolillos, de la Muñorrodero.
A ésta le remordía algo la conciencia, por parecerle demasiado larga la prisión, a la prisionera le daba lo mismo irse que quedarse, si es que no prefería aquella vida de invernadero en que se había desarrollado, a las intemperies de un mundo que desconocía.
¿me comprende usted, madamita? Y entonces necesita el agasajo de las intemperies para consuelo de su tierno corazón.
Y aquella tierra, que tuvo atemorizado el orbe, servirá tal vez de reparar las hendiduras de un tabique, contra las intemperies del invierno.
No dejaba yo de acudir a la misma fuente que ella en demanda de los mismos alientos, pero ahondaban mucho más las raíces de la vida en, mi naturaleza curtida de las intemperies del mundo, que en el organismo tierno y virginal de aquella criatura, y por eso no resultaban iguales en los dos los frutos de un mismo esfuerzo moral.
Hablando de estas cosas, me faltó tiempo para pedir a Neluco algunas noticias sobre el octogenario Marmitón, antes de llegar a su portalada, cuyas dovelas, removidas y desportilladas ya por la acción de las intemperies y de las yedras y jaramagos que las invadían por todas sus junturas, me recordaban un poco la mandíbula superior de su dueño cuando yo soñé que le había visto devorar troncos y peñascales.
Es cosa que pasma verlos desde chiquitos cruzar los campos solos, a toda hora del día y de la noche, en un mancarrón o picando una carreta, alejarse de las casas o de las poblaciones a bolear avestruces, guanacos o gamas, a peludear o quirquinchar , dormir entre las pajas, desafiar las intemperies, casi desnudos, con el caballo de la rienda, y precaverse contra todas eventualidades, de los indios, de los cuatreros, de los ladrones.
Sufren todas las intemperies, lo mismo el sol que la lluvia, el calor que el frío, sin que jamás se les oiga una murmuración, una queja.

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