Ejemplos con impíos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Finalmente comenta que todos los habitantes de Nueva España y aquellos de otras provincias adyacentes comían carne humana, todos practicaban comúnmente la sodomía y bebían en exceso , comparando algunas de las costumbres de los indígenas con las de los sarracenos impíos.
Tal era que incluso monjes y clérigos los frecuentaban, aún incluso después de que sus superiores insistieran en que aquellos eran lugares para los impíos.
Según la historia nos dice que los religiosos Agustinos eran encargados de la evangelización de los impíos, los cuales figuran en la Plaza de Armas, el Campanario y el Convento, también señalaron el terreno para el Cabildo así como realizaron la distribución de algunos lotes de terreno para vecinos notables conquistadores del lugar, la Plaza de Armas y algunas de sus calles están adoquinadas y con veredas de cemento, mientras que en la actualidad, otras han sido construidas de cemento, todos estos trabajos lo diseñaron los españoles.
Cree en las verdades fundamentales de la fe cristiana histórica: La Trinidad, la Encarnación, el nacimiento virginal de Cristo, la muerte vicaria de Cristo, la resurrección corporal de Cristo, su ascensión al Cielo y su Segunda Venida, el Nuevo Nacimiento mediante la regeneración del Espíritu Santo, la Resurrección de los santos para vida eterna y la de los impíos para juicio final y castigo eterno en el infierno, la comunión con los santos, los cuales son el Cuerpo de Cristo.
No traigas yugo con los impíos, porque ¿qué comunicación tiene la justicia con la injusticia? O, ¿qué compañía la luz con las tinieblas? O, ¿qué concordia Cristo con Belial? ¿Qué parte tiene el fiel con el infiel? Por tanto, salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo que es inmundo.
Si se casaba una muchacha de la costa, célebre por su belleza, a la salida de la iglesia surgían los impíos, disparando sus trabucos y acuchillando a los hombres sin armas, para llevarse las mujeres con sus ropas de fiesta.
Yo no tengo nada que ver con la Iglesia, pero reconozco que esta invención es una de las necedades más grandes, si no la mayor, que podemos apuntarnos en nuestra cuenta los que figuramos en el gremio de los impíos.
¡La ciencia! ¡La moderna ciencia de los revolucionarios y los impíos! Ya sabía él lo que era aquello.
Algunos discípulos de la Universidad jesuítica, pareciéndoles estas aclamaciones demasiado vulgares, daban vivas a la Unidad Católica, y los aldeanos los contestaban con rugidos de entusiasmo, sin entender lo que aquello significaba, pero adivinando que debía ser algo contra los impíos de la odiada Bilbao.
¡Las daría tanto placer con ello! El Padre Paulí hablaba con desprecio de los cobardes que sólo aman a Dios en su casa y temen manifestarlo públicamente, y el matoncillo Urquiola hacía burla de los que no se atrevían a salir a la calle por miedo a los impíos.
Estaba loco: todo aquello eran , monsergas confusas que habían inventado los impíos para ocultar su maldad, cuando tan claro y sencillo era creer en Dios y seguir lo que la Iglesia enseña.
Hacer el bien a los semejantescontinuó Arestisin esperanza de recompensa ni miedo al castigo, como lo hacemos los impíos modernos, los hombres del , es ser más idealista que el devoto que compra su parte de paraíso con oraciones que no remedian ningún mal de la tierra.
¿Y qué se probaba con esto? La igualdad es un mito de los impíos, hasta en el cielo hay jerarquías y los Padres se dedicaban al cultivo de los de arriba, de los que por su nacimiento o su fortuna estaban destinados a ser pastores de hombres, dejando la gran masa que ellos no podían evangelizar, al cuidado de los sacerdotes del clero bajo.
Embustes de los impíos y de ciertas órdenes religiosas, roídas por la envidia, que no reparaban que al herir a los ignacianos socavaban el más fuerte cimiento del catolicismo.
Entreteníala Urquiola con las minuciosidades de la vida de cada Padre, enumerando sus méritos: uno había viajado por países salvajes, otro sabía seis idiomas, el de más allá tocaba el violín como un ángel ¡y todos tan modestos, durmiendo en celdas pobres de una pulcra curiosidad, dejando por las noches en una bolsa, colgando de la puerta, las ropas y los zapatos que limpiaban los fámulos, y vestiéndose al romper el día, para emprender su santa obra! Vivían con cierto desahogo, pero por ninguna parte se veían las riquezas de que hablaban los impíos.
No sirves para otra cosa que para tragarte libros impíos y repetir sandeces de filósofos contra Dios y la religión.
Silbaban y aplaudían viendo el cabeceo de los santos, mientras algunas mujeres, con arrojo de mártires, insultaban a los impíos, amenazándoles con las manos crispadas.
Clamaban contra aquellas invenciones del demonio, con las cuales creían ellos que se comunicaban los impíos con el gobierno de Madrid, y machacaban contra el suelo con el fusil y con los pies las doradas ruedas de los aparatos, los discos y las primeras pilas de electricidad.
Pensamientos impíos nacen en mí.
Abajo, la plataforma del escenario, donde se representaban los , piezas dramáticas, cándidas y sencillas como sus versos lemosines, cuyo argumento, girando en torno del mismo punto, trata siempre de las querellas feudales entre Centelles y Vilaraguts, de la conversión de los moros de Granada o de alguna treta de los impíos contra el elocuente apóstol, todo sazonado al final con el necesario milagro del santo y el correspondiente sermón en endecasílabos.
Aquí quisiera ver yo a los impíos.
¡yo disculpo a las pobres mujeres que, para luchar con esos impíos, con esos iconoclastas.
He de abrir los ojos, que para eso tengo la luz de la fe, negada a los incrédulos, a los impíos, a los que están en pecado mortal.
—¡Todos sois unos impíos, unos luteranos, unos mocosos, que debiais estar en la Cárcel!.

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