Ejemplos con hiela

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El máximo volumen de agua se alcanza en primavera y verano, mientras que en invierno la cascada se hiela.
En invierno se hiela y en verano se seca.
El yogurt helado se hiela y se funde mucho más lentamente que los helados tradicinales debido a que posee una entalpía de fusión mayor que la leche.
Esta gran masa de agua cumple una doble función debido al clima de Bucarest: en verano, el agua se llena de barquichuelas a remo y barcos de motor que sirven de entretenimiento para sus visitantes, en invierno, el lago se hiela y se puede patinar sobre él.
Los periodos de estratificación son durante el verano, en que se produce la estratificación térmica al calentarse las aguas superficiales, y el invierno, cuando se hiela la superficie del lago y quedan más calientes las aguas profundas.
El río, a causa del las duras condiciones climáticas, se hiela en promedio a principios de noviembre hasta principios de mayo, en este período se rozan los valores míniimos de caudal de agua, mientras el lleno es prevalentemente estival, En respuesta a la distribución anual.
El río Anabar se hiela a finales de septiembre-principios de octubre y se deshiela a principios de junio.
Seguía cayendo aquella lluvia menuda, lenta, constante, que cala hasta los huesos y los enfría, como cala hasta el corazón y lo hiela un pensamiento triste y monótono que no se puede desechar.
, que defiende a capa y espada la Rifa de la Inclusa, y está medio ofendida porque no le han dado a regentar en ella una tienda de juguetes, ¿verá con gusto estos horribles días en que el pobre no trabaja ni encuentra pan, en que el viajero pierde el camino y se hiela, y en que los niños que no tienen zapatos pisan una alfombra.
Cada veinticuatro horas nieva, llueve, está raso, hace calor, hiela, silba el viento y pica tanto el sol que.
Dicen los oradores que al oír las toses en las pausas de sus discursos, se les hiela la sangre.
El pensamiento se inmoviliza, se hiela, si no le haceis andar con el impulso de estas ideas, la sensacion os es comun con los brutos, y la libertad carece de objeto, de vida, si no hay combinacion de motivos presentados por la razon.
Aunque el terror me hiela, yo le quiero salir al encuentro.
En todos los paseos que yo he dado por España, un poco cansado de catedrales, de piedras muertas, de paisajes con alma, me puse a buscar los elementos vivos, perdurables, donde no se hiela el minuto,.
Este pensamiento me hiela el corazón y el alma.
mi sangre hiela.
Tengo el fuego del trópico en mis entrañas, el tifón en mi cerebro, y mi piel se hiela y se abrasa alternativamente en el temple benigno de la madre Europa.
Ocupa el ánimo de suerte que le priva de su noble libertad, y sin ella se ataja el discurrir, se hiela el decir y se impide el hacer, sin poder obrar con desahogo, de que depende la perfección.
El hambre, la miseria, dos fatídicas palabras, pero una sola y verdadera calamidad, que al escribirlas se nos oprime el corazón, entumecen nuestros miembros, hiela la sangre en las venas y un escalofrío de terror recorre nuestro cuerpo y eriza nuestros cabellos haciéndonos mirar con torva vista los rincones de nuestro aposento por si, sólo de mentarlas, se han introducido fraudulentamente por el poder de la sugestión, no son factores, a pesar de sus terribles efectos para llevar al proletariado a la conquista de su emancipación.
Ahora, cuando el aire del Norte hiela la hoja del árbol y extiende sobre la tierra el ancho sudario del invierno, cuando los pobres, acurrucados en marmóreo banco de plazuela, contemplan con envidia la caída de la hoja y la caída de la nieve, con buenas ganas de desaparecer envueltos en ellas, la aldea se divierte y canta.
La mujer tiene que quebrantar por segunda vez la cabeza de la serpiente, de ese escepticismo que se enrosca alrededor de nuestra existencia, que nos inocula su veneno, que nos hiela con su frío, y, en vez de armonías sublimes, nos da su silbar siniestro.
-«¡Se hiela en esta noche eterna del mundo sin fe, sin esperanza, sin caridad».
Dicen los oradores que al oír las toses en las pausas de sus discursos, se les hiela la sangre.
Otra ventaja gozan aquellos habitantes, y es que, por un prodigio de la Naturaleza, el río de Hammesfert no se hiela nunca.
«Madre mía, respondió temblando la muchacha, la sangre se me hiela en las venas al ver esa espantosa bóveda, mas no importa, os he dado palabra de ayudaros y la cumpliré.

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