Ejemplos con guijas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La composición del terreno de la campiña de arcillas arenosas y guijas, rojizas por el manto diluvial cuaternario, y que se encuentra situado sobre arcillas y calizas terrosas terciarias, hacen de esta zona la más adecuada para las actividades agrícolas, aunque desafortunadamente no es muy extensa dado el reducido término de Palos.
Dentro de esta capilla a través de una puerta de estilo plateresco se accede a la sacristía que posee una bella bóveda estrellada y un suelo de guijas muy original.
Evitó el paso por , y al llegar a la playa marchó por la orilla, donde la última palpitación de las olas llegaba a perderse, como delgada hoja de cristal, entre las menudas guijas mezcladas con fragmentos de barro cocido.
En él soñaba, en él se libertaba de la realidad, el rey legendario, en él sus miradas se volvía a lo interior y se bruñían en la meditación sus pensamientos como las guijas lavadas por la espuma, en él se desplegaban sobre su noble frente las blancas alas de Psiquis Y luego, cuando la muerte vino a recordarle que él no había sido sino un huésped más en su palacio, la impenetrable estancia quedó clausurada y muda para siempre, para siempre abismada en su reposo infinito, nadie la profanó jamás, porque nadie hubiera osado poner la planta irreverente allí donde el viejo rey quiso estar solo con sus sueños y aislado en la última Thule de su alma.
El zaguán es largo, estrecho y bajo, los carros, en su entrar y salir continuo, han abierto en el empedrado, de agudas guijas, hondos relejes.
Corriendo, más bien rodando, descendimos por las calles de guijas puntiagudas.
Y todos se dirán: —¡Y ni de noche habrá silencio ni quietud! Las mismas estrellas se requebrarán en lo alto: sólo que, como más sublimes, se dirán: —A todo esto los ríos se desperezarán contra las guijas de su lecho, dando estirones para llegar pronto a la mar salada, coquetona que los acoje a todos en su seno y les chupa su caudal, que gasta luego en vistosas papalinas de nubes y anchos peinadores de niebla.
Tambien se percibian de vez en cuando leves murmullos de arroyuelos que pugnaban por abrirse paso entre importunas guijas, pero muy luégo cesaba el rumor, por haber hallado el agua más cómoda ruta.
Cierto que nadie pasaba, ni parecía haber pasado hacía mucho tiempo, por aquellas nobilísimas calles: certísimo que altas hierbas crecían entre las losas y guijas del empedrado.
Por aquel estanque se extiende mansa el agua, creando y desvaneciendo de continuo círculos fugaces, mas, a pesar de los círculos, son las ondas de tal transparencia, que al través de ellas se ve el fondo, aunque está a más de vara y media de profundidad, y en él pueden contarse las guijas todas.
Y ya, en esto, se venía a más andar el alba, alegre y risueña: las florecillas de los campos se descollaban y erguían, y los líquidos cristales de los arroyuelos, murmurando por entre blancas y pardas guijas, iban a dar tributo a los ríos que los esperaban.
En cuanto al reyezuelo de cada uno de los mencionados parajes, era un arroyillo de agua cristalina, que charlaba si había que charlar con todas las guijas que encontraba a su paso, reía si había que reír con la menuda arena, y se alejaba triscando como un bendito, ignorante, por lo visto, el desgraciado de que moriría de consunción, como todos sus antecesores, no bien llegase la Canícula.
torrente, corre, salta, se arroja y se despeña, tropezando con las guijas, rifando con las.
En la acequia, llena de guijas y de limo, deben todavía esconderse por las cintas de las hierbecillas las luciérnagas, cogidas a mano por nosotros y presentadas a las muchachas para que las prendiesen a sus trenzas a guisa de animados diamantes.
Para remediar los defectos corporales, empleó estos medios, según refiere Demetrio de Falero, que dice haber alcanzado oír a Demóstenes, cuando ya era anciano, que la torpeza y balbucencia de la lengua la venció y corrigió llevando guijas en la boca y pronunciando períodos al mismo tiempo, que en el campo ejercitaba la voz corriendo y subiendo a sitios elevados, hablando y pronunciando al mismo tiempo algún trozo de prosa o algunos versos con aliento cansado y, finalmente, que tenía en casa un grande espejo y que, puesto enfrente, recitaba, viéndose en él, sus discursos.
Circundaba el bosque un riachuelo, cuyos cristales se quebraban sobre menudas guijas.
vas, entre guijas corriendo.
por menudas guijas,.
Una doncella de las que se ven en las miniaturas del Chá Namé: pálidas como la luna, mostrando en el rostro, exageradamente oval, los sombríos ojos, el doble arco perfecto de las cejas anchas, el rojo cinabrio de la boca, entre el cual los dientes menudos brillan húmedos, como guijas en el fondo de cristalino remanso.
decir que veo su alma como debajo de las corrientes se ven las guijas.
Sirva de muestra cuando decía: -«Señores, el juicio civil ordinario es un cristalino arroyuelo que nace en la amena gruta del derecho de cualquiera persona, y se desliza con suavidad por apacible llanura, esmaltándola de flores y causando blando murmullo al quebrarse entre menudas guijas, hasta que llega a su término dichoso, fecundado con su riego el árbol de la justicia absoluta.
Ya se paraba a meditar, ya iba con lentitud y sin dirección determinada, y ya se detenía, o bien mirando una flor, una mariposa, una libélula, o los caprichosos efectos de la luz al través de las verdes ramas, o bien oyendo cantar los pájaros, o el murmullo del agua del arroyo al quebrarse en las guijas, o el manso susurrar del aura entre las verdes y tempranas hojas.
las duras cuerdas de las negras guijas.

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