Ejemplos con gozan

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Estas festividades gozan de gran popularidad en todo el Estado Apure por los eventos mencionados, además de destacarse el juego propio del carnaval con agua limpia, es común que todas las personas que se encuentran el el pueblo, estén empapadas.
El buen clima del que gozan y la sustancia de la tierra, parece ser causa de la desidia y falta de aplicación de sus naturales.
¡Ah, naturalmente! Pero los pasteles pertenecen a Belarmino y Apolonio, y ellos se gozan más en invitar que en ser invitados.
Gozaba por todos los jóvenes, como los místicos gozan en una comunión general.
Pero mientras la muerte no llega, vivamos cada cual a su gusto, sin hacer la santísima a los demás, que es lo único en que gozan los que piensan a todas horas en su alma.
Esto no tiene vuelta de hoja, Martínez Los ingleses devoran, los alemanes zampan, los italianos comen, los españoles se alimentan, pero sólo los franceses gozan, y ahí está el quid, Martínez: en gozar, en gozar comiendo.
Yo comprendo como veneranda y punto menos que santa, aunque vaya por caminos extraviados, la intención del demagogo, demócrata y hasta socialista, que pugne por dar a todos los hombres educación liberal, recursos y cuantos elementos gozan los llamados aristócratas, si es que estos elementos valen, no sólo para gozar, sino para ser mejores, pero si sólo valen para gozar y ser más débiles, corrompidos y ruines, no me explico la democracia progresista, sino la democracia de Rousseau, que procura retrotraer a la humanidad al estado salvaje.
Los que gozan de un empleo ganan poco, tal vez quien trabaja más tiene sueldo más corto.
Los hombres gozan haciéndonos padecer.
—Si los pintores que ordinariamente suelen ser pródigos de la hermosura con los rostros que retratan, lo han sido tambien con este, sin duda creo que el original debe de ser la misma fealdad, a la fe, señora y madre mia, justo es y bueno que los hijos obedezcan a sus padres en cuanto les mandaren, pero tambien es conveniente y mejor que los padres den a sus hijos el estado de que mas gustaren, y pues el del matrimonio es ñudo que no le desata sino la muerte, bien será que sus lazos sean iguales y de unos mismos hilos fabricados: la virtud, la nobleza, la discrecion y los bienes de la fortuna bien pueden alegrar el entendimiento de aquel a quien le cupieron en suerte con su esposa, pero que la fealdad della alegre los ojos del esposo, paréceme imposible: mozo soy, pero bien se me entiende que se compadece con el sacramento del matrimonio el justo y debido deleite que los casados gozan, que si él falta, cojea el matrimonio y desdice de su segunda intencion, pues pensar que un rostro feo, que se ha de tener a todas horas delante de los ojos en la sala, en la mesa y en la cama, pueda deleitar, otra vez digo que lo tengo por casi imposible: por vida de vuesa merced, madre mia, que me dé compañera que me entretenga y no enfade, porque sin torcer a una o a otra parte, igualmente y por camino derecho llevemos ambos a dos el yugo donde el cielo nos pusiere, si esta señora es noble, discreta y rica, como vuesa merced dice, no le faltará esposo que sea de diferente humor que el mio: unos hay que buscan nobleza, otros discrecion, otros dineros, y otros hermosura, y yo soy destos últimos, porque nobleza, gracias al cielo y a mis pasados, y a mis padres, ellos me la dejaron por herencia, discrecion, como una mujer no sea necia, tonta o boba, bástale que ni por aguda despunte ni por boba no aproveche, de las riquezas, tambien las de mis padres me hacen no estar temeroso de venir a ser pobre: la hermosura busco, la belleza quiero, no con otra dote que con la de la honestidad y buenas costumbres, que si esto trae mi esposa, yo serviré a Dios con gusto y daré buena vejez a mis padres.
En estotro escuadrón vienen los que beben las corrientes cristalinas del olivífero Betis, los que tersan y pulen sus rostros con el licor del siempre rico y dorado Tajo, los que gozan las provechosas aguas del divino Genil, los que pisan los tartesios campos, de pastos abundantes, los que se alegran en los elíseos jerezanos prados, los manchegos, ricos y coronados de rubias espigas, los de hierro vestidos, reliquias antiguas de la sangre goda, los que en Pisuerga se bañan, famoso por la mansedumbre de su corriente, los que su ganado apacientan en las estendidas dehesas del tortuoso Guadiana, celebrado por su escondido curso, los que tiemblan con el frío del silvoso Pirineo y con los blancos copos del levantado Apenino, finalmente, cuantos toda la Europa en sí contiene y encierra.
Con palabras eficacísimas y juramentos estraordinarios, me dio la palabra de ser mi marido, puesto que, antes que acabase de decirlas, le dije que mirase bien lo que hacía y que considerase el enojo que su padre había de recebir de verle casado con una villana vasalla suya, que no le cegase mi hermosura, tal cual era, pues no era bastante para hallar en ella disculpa de su yerro, y que si algún bien me quería hacer, por el amor que me tenía, fuese dejar correr mi suerte a lo igual de lo que mi calidad podía, porque nunca los tan desiguales casamientos se gozan ni duran mucho en aquel gusto con que se comienzan.

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