Ejemplos con fletes

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los blancos de Villegas infundían terror en el aduar del salvaje, y no hubo malón que se atreviese a desafiar la rapidez y el aguante de aquellos fletes insuperables.
Este itinerario, al que todos comenzaron a llamar la Ronda del Pirata, comprendía la totalidad de la travesía que se solía iniciar en los transitrados puertos de América del Norte, o bien, en los abarrotados embarcaderos de Gran Bretaña, hasta la llegada de los diversos fletes al Mar Rojo, donde se suponía que tendría que cazar a sus descomunales, pero indefensas presas: los grandes galeones árabes e indios.
Los gestores de la construcción enviaron cartas al Concejo Municipal para exención de impuestos, al gobernador le solicitaron exonerar el pago de los fletes del ferrocarril para que de esta manera la construcción del templo se agilizara.
Mora y quinientos cincuenta, valor de los fletes, sólo resta trescientos veinte pesos un real, que satisfará en el día, cubriéndose con recibo del señor Enviado y Factor, y por lo que toca a la anterior, cuyo valor es de tres mil sesenta y cinco pesos, tres y medio reales, se le franqueará libramiento contra el Administrador de Masaya D.
Se cuenta que hizo pagar al mismo padre José Ignacio Moncada los fletes de mulas para que le llevase un café a Colón.
Hidrovía Paraná Paraguay: es una obra vital para los intereses del Puerto Reconquista dado que los distintos sectores productivos y de servicios regionales tendrán un corredor de exportación para canalizar sus productos con valores altamente ccompetitivos debido al abaratamiento de los fletes ,.
Cataluña tenía establecidos consulados y bancos en distintos puntos de la costa mediterránea, así como compañías aseguradoras de los fletes.
Al empezar a proliferar y haber bajado los fletes por haber muchos armadores pujando por contratos queda la duda de si podrán mantener ese mismo índice.
En los albores del siglo XX el costo de vida de los empleados era extremadamente alto debido a la especulación y los fletes.
Su amor romántico por el mar y sus aventuras fué acompañado ahora de preocupaciones sobre el precio y el consumo del carbón, sobre la concurrencia rabiosa que hacía bajar los fletes, y la busca de puertos nuevos con carga pronta y remuneradora.
Tòni, menos desinteresado, habló de la suerte futura del buque ¡Terminada la miseria! Los fletes a trece chelines tonelada de un hemisferio a otro iban a ser en adelante un recuerdo vergonzoso.
En el vasto corral se atropellaban, asustados y rabiosos, levantando cegadora polvareda, los fletes que el gobierno nos mandara de refuerzo, y que, por recién llegados, no era posible conocer.
La seda llena esta condición impuesta a aquellos pueblos centrales, por la inmensa distancia a que están de los puertos y el alto precio de los fletes.
Pero cuando apretaron las heladas y mermó el pasto, empezaron a aflojar los fletes, y a entrar en el campo, como en su casa, las haciendas ajenas.
Y sin embargo, envuelto en la densa nube de tierra que levanta el incansable troteo de la tropilla, sediento, quemado por los rayos oblicuos de un sol ardiente, fastidiado y dolorido por el largo galope, sostenido en la cruzada, más que por la fuerza de su voluntad adormecida, por la idea que, una vez en el camino, hay que llegar, el viajero, de repente silba la madrina, arrolla los fletes, y los hace trepar al galope, jadeantes, enterrados en la arena hasta la rodilla, resbalando y haciendo fuerza, hasta la cumbre del médano, donde se paran, con relinches de alegría.
Ting, ting, ting, hacía siempre la campanilla, y resonaba el trote de los caballos sueltos y el galope de los tres montados, y el camino iba deslizándose, unas veces seco y duro, otras veces algo húmedo y blando, cortado por unas matas de paja que hacían saltar o viborear los fletes, y sin conversar, sin pronunciar más que una que otra palabra para excitar a los animales, galopeábamos como fantasmas en la noche.
A pesar de ser los fletes carísimos se decidió por cargar la mitad de su trigo para Buenos Aires, reservando para semilla la otra mitad, y él mismo se fue para la capital.
Y tanto caviló que, al día siguiente, se fue a la estación más cercana y consultó la tarifa de los fletes, conversó con varias personas, apuntó direcciones y se volvió a su casa más pensativo que nunca.

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