Ejemplos con fijando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Alfonso XIII abandonó el país sin abdicar formalmente y se trasladó a París, fijando posteriormente su residencia en Roma.
: El Pliego complementa la jurisprudencia general promulgada en un país fijando la normativa legal, técnica y económica específica de cada proyecto.
Se reunirá con carácter ordinario una vez cada doce meses fijando el lugar y la fecha el Secretario General.
Las caricaturas, marcaron época, fijando el estilo y el tipo de caricaturismo político del Estado español del siglo XIX.
Muy joven aún, se dedicó al trabajo, y a los catorce años, en compañía de su padre, marchó a la Argentina, fijando su residencia en Tucumán.
Comenzó a viajar por Europa, fijando su residencia el otoño y parte del invierno en París, los meses de frío en la Costa Azul, la primavera en Londres y el verano en Ostende, con varias expediciones a Italia, a Egipto y a Noruega para ver el sol de media noche.
La vieja se plantó en el cobertizo con los brazos en jarras, echando adelante el flácido vientre abultado por los zagalejos, fijando su pupila única, inflamada por la cólera, en aquel intruso que venía a provocar a un hombre de bien en medio de su trabajo.
Ya en calzoncillos, antes de sepultarse en el camastro, dijo entre sí, fijando el dedo índice en medio de las cejas: El derrotero está trazado.
Luego, fijando en él una mirada profunda, iniciaban el diálogo, siempre del mismo modo:.
Rezaba con los ojos secos, rezaba a solas con su desesperación, fijando en la cruz una mirada de hipnótica tenacidad Allí estaba su hijo, tendido junto a sus rodillas, lo mismo que de niño, en la cuna, cuando ella, vigilaba su sueño La exclamación del padre estallaba también en su pensamiento, pero sin exasperaciones coléricas, con una tristeza desalentada.
Había sorprendido a Margarita inmóvil detrás de ellos, con la palidez de la sorpresa, fijando una mirada profunda en el militar que se alejaba.
Desnoyers vió hombres de su edad, erguidos, graves, moviendo los labios, fijando en el altar una mirada vidriosa que reflejaba como estrellas perdidas las llamas de los cirios Y volvió a sentir envidia Eran padres que recordaban las oraciones de su niñez pensando en los combates y en sus hijos.
Al juntarse en la sala de ventas, repleta de gentío, examinaban las joyas, fijando de antemano lo que pensaban ofrecer.
Había sonreído, había contestado a las primeras preguntas con una modestia graciosa, fijando sus ojos malignamente cándidos en los oficiales sentados detrás de la mesa presidencial y en los otros hombres con uniforme azul encargados de acusarla o de leer los documentos de su proceso.
Despojó su esquilada cabeza del eterno sombrero de palma, fijando sus ojos rojizos en el capitán, que seguía escribiendo después de contestar a su saludo.
Ella se dejó lavar la herida con un abandono de criatura enferma, fijando en su agresor unos ojos implorantes, que se abrían enteros por primera vez.
Óyeme biendijo acortando el paso y fijando sus ojos en los de Fernando con imperiosa resolución.
Así, asírespondió Cecilia fijando en él sus ojos grandes, llenos de luz.
Pasó un brazo por el talle de la joven y levantó con la otra mano su cabeza, fijando los ojos en los de Sagrario, que brillaban a la luz de las estrellas con el resplandor acuoso de las lágrimas.
Rióse este al verla, y extendiendo la mano prontamente, cogióla por el papel, la mosca echó a volar dejando su molesto apéndice en manos del niño, y la pobre criatura, alborozada con la presa, púsose a leer el contenido de la misiva Mas su gozo desapareció de repente, tornándose lívido al descifrarla, dando una media vuelta en el asiento cual si le hubiesen aplicado un hierro candente, fijando una mirada de odio feroz, de rabia pronta a desbordarse en el inofensivo Tapón, que muy alborozado, lanzaba al aire en aquel momento su decimosexto clamor de ¡Muera el padre Bonnet!.
Currita dio una rápida media vuelta, apretando los puños y echando atrás la cabeza cual si fuera a embestir al mayordomo, fijando en él la mirada de sus claros ojos, enormemente abiertos, que reflejaban toda la ira del que recibe un salivazo en el rostro, todo el espanto del que ve derrumbarse una última esperanza, toda la solapada e impotente amenaza que encierra el terror del débil, aniquilado por una mano más fuerte.
Sonó una puerta en el interior, luego otra más cerca, y el levantó la cortina: Currita respiró desahogada Entraba la dama duende, la incógnita de las camelias, con el aplomo y el descoco de una de café cantante que se presenta ante el público, fijando en él una mirada de provocación más bien que de temor o de extrañeza.
Mas Diógenes, fijando en él sus ojos abotagados por el ron y la ginebra, con el maléfico influjo de la serpiente que magnetiza al incauto pajarillo, le preguntó con muy malos modos después de un imperioso ¡oye, Frasquita! , si era cierto que andaba en compadrazgo con Jacobito.
¡Ay, pobre ¡Cuán difícil era encontrarle un sucesor! De no verse acosado por la necesidad, se hubiera ido sin comprar, creía ofender al difunto fijando su atención en aquellas bestias antipáticas.
En la indecisa neblina del amanecer iban fijando sus contornos húmedos y brillantes las filas de moreras y frutales, las ondulantes líneas de cañas, los grandes cuadros de hortalizas, semejantes a enormes pañuelos verdes, y la tierra roja cuidadosamente labrada.
El padre estaba fijando en el papel lo más recóndito de su alma.
Doña Manuela vio a su hijo, Juanito la sorprendió fijando los ojos en Tónica con expresión curiosa e interrogante.
Frente a la ventana y formando ángulo recto con la cama habían puesto la mesa, que debía ser altar, y en ella estaba de rodillas Juan Antonio, el marido de Severiana, fijando en la pared todos los clavos que creía necesarios para suspender la decoración proyectada.
Fortunata estaba en pie, delante de él, y luego se sentó en una banqueta, fijando los ojos en su amante, como en expectativa de algo muy grave que de él esperaba oír.
¿Pero qué diría yo? ¿Cómo empezaría yo? pensaba fijando la vista en el retrato de Torquemada y su esposa, de bracete.

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