Ejemplos con fantástica

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El superior es una tierra fantástica de piedras arenisca que han sido erosionados por la lluvia con plantas exóticas que intentan sobrevivir esta tierra inhospita de rocas variadas.
Aunque está basada en sus capacidades en ciencia y su conocimiento técnico la demostración ofrece raramente cualquier base científica para sus invenciones y muchas adquieren una cantidad fantástica de energía o extremadamente la función.
Dedicado en los últimos años íntegramente a la escritura, ha publicado tres libros de cuentos de temática fantástica.
Aborda la temática fantástica y de terror gótico ya presentes en el primer juego, pero el ambiente medieval se ve sustituido por el steampunk.
Alicia y Max la encuentran fantástica y muy ilusionados van a bucear.
-La prensa norteamericana fue impresionada por la CBX, Cycle Magazín , que publicó el primer examen de carretera dijo: ¡La motocicleta es más que fantástica, es mágica!.
Alguien temblaba misterioso, invisible y al mismo tiempo sonriente, en esta atmósfera fantástica: una fuerza sobrenatural que parecía embellecerlo todo con su contacto.
Y de este modo se sucedían con una rapidez fantástica el día y la noche, como si se hubiese trastornado para siempre el curso del tiempo.
Unos habían tenido millones y paseado en lujosos carruajes allá en Madrid, ciudad casi fantástica, cuyo nombre sonaba en los oídos de los isleños como el de Bagdad para el pobre árabe del desierto que escucha un relato de.
Lo óptimo es el Lebrato y su hijo, y y Quilino, y el médico don Elías, y el magnífico tipo del Berrugo, avaro supersticioso, que Balzac adoptaría por suyo, y la fantástica historia del descubrimiento del tesoro, que Walter Scott hubiera robado para su.
Cisnes, patos y ánades bogaban, aquéllos con su acostumbrada fantástica suavidad, balanceando el largo cuello, éstos graznando desapaciblemente, todos con rumbo a la orilla apenas Lucía y Pilar se acercaban,en demanda de mendrugos de pan, que engullían atragantándose y alzando al aire la cola.
Una luz fantástica atravesaba con ráfagas multicolores este mundo de absoluta lobreguez.
Sus ojos saltaban de estrella a estrella, agrupándolas en líneas ideales, formando triángulos o cuadriláteros de fantástica irregularidad.
Se disolvieron las brumas matinales, el sol mostró al fin su disco brillante y limpio, prolongando en el suelo las sombras de hombres y árboles con una longitud fantástica.
Vió los hombres y las cosas a través de una atmósfera fantástica que rugía, destruyéndolo todo con la violencia cortante de sus ondulaciones.
Todos los objetos inanimados parecían adquirir una vida fantástica.
Después de saborear el vino de la avenida Víctor Hugo, sentía el ruso una locuacidad visionaria semejante a la de la noche en que evocó la fantástica cabalgada de los cuatro jinetes apocalípticos.
Así como se hallaron sobre el entarimado y cerradas convenientemente las trampas, dieron comienzo, como es lógico, a una danza fantástica, pues bien sabido es de antiguo que no pueden estar juntos cuatro demonios sin entregarse con furor al baile.
De éstos había en cada baile una cantidad verdaderamente fantástica.
Pero la obra fantástica algún término había de tener.
Había en él dos señoras: una, joven, sentada en primera fila, y otra, de edad ya madura, casi oculta en el fondo Parecía la primera una verdadera niña, delicada, fantástica, una de esas espirituales gatitas rubias que se crían a orillas del Sena y suelen tener, en efecto, todas las solapadas mañas de la raza felina.
En las Cuatro Calles, frente a las ruinas de la calle de Sevilla, coronadas ya, como las de Itálica, por el amarillo jaramago, tomó Jacobo un simón para evitar la afluencia, eterna en aquel sitio, de gentes que van y vienen, formando en las aceras cordones interminables de hombres, de mujeres, de niños, cobijados todos aquel día bajo sus paraguas, que remedaban, yendo y viniendo y cruzándose, una larga procesión, una contradanza fantástica de hongos fenomenales.
Me la fingí etérea, fantástica, intangible, como deben ser los ángeles, inasequible, durante la vida mortal, como es el cielo.
Sus infames disculpas, sus burlas cínicas cuando le arranqué la máscara, el desdén con que me dijo que yo no sabía vivir y que me había forjado del mundo una idea fantástica, y la insolencia con que acabó por calificarme de loca y de insensata, me han afirmado en mi decidido propósito de una eterna separación.
Comprábale un tricornio flamante, y no acababa el día sin que el travieso muchacho le recortase los bordes caprichosamente hasta darle el aspecto de una fantástica cresta.
Salí yo, pues, de manos del sargento Clavijo con una Europa casi fantástica dentro de la cabeza, y sin conocer las reglas de mi lengua patria, y, cual si ya no necesitara estudiar más acerca de lo presente, pasé a una clase de latín a estudiar lo pasado, a aprender una lengua muerta, a enterarme de las guerras púnicas o de las maldades de Catilina, y a divertirme traduciendo liviandades de la poesía romana.
Dicha luz reproducía en el techo de la habitación el foco de los candelabros, con las sombras de su armadura, y esta imagen fantástica, temblando sobre la superficie blanca del cielo raso, atraía las miradas de la triste joven, que estaba tendida en una butaca con la cabeza echada hacia atrás.
No hay más que decir dijo la duquesa, pero si, con todo eso, hemos de dar crédito a la historia que del señor don Quijote de pocos días a esta parte ha salido a la luz del mundo, con general aplauso de las gentes, della se colige, si mal no me acuerdo, que nunca vuesa merced ha visto a la señora Dulcinea, y que esta tal señora no es en el mundo, sino que es dama fantástica, que vuesa merced la engendró y parió en su entendimiento, y la pintó con todas aquellas gracias y perfeciones que quiso.
Dios sabe si hay Dulcinea o no en el mundo, o si es fantástica o no es fantástica, y éstas no son de las cosas cuya averiguación se ha de llevar hasta el cabo.

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