Ejemplos con entregándose

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Describe a la acusada como persona buenísima, generosa, a la que le encantan los niños y que atiende con dedicación a los mayores entregándose a las personas que la necesitan, añadiendo que jamás he presenciado una sola escena de violencia suya, sino un comportamiento exquisito.
Resueltos los recursos se declara firme el Acuerdo, y se realiza El Acta de Reorganización de la propiedad, es decir, se hacen Escrituras de propiedad y se registran, entregándose dichos documentos a los propietarios.
La presión paraguaya se dejaba sentir en todas partes y muchos soldados iban entregándose.
El atraco llega a su fin cuando Joe se presenta al banco y consigue convencerlos y acaban entregándose voluntariamente, al final levantan a Joe de la silla y lo levantan en volandas por lo que aprovecha Stewie para averiguar el funcionamiento e la silla.
Se siente provocativa, algo seductora y algo seducida, acaba entregándose.
Ella agradecía todos gestos profundamente y aunque en su interior quería ganarse la vida con su trabajo, y sus ojos se lo impedían, siguió los consejos de Lluís Llach entregándose en cuerpo y alma a la divulgación del espiritismo.
La idea central de este libro es la producción de subjetividad con las que se encuentra el poeta en las calles de Santiago, los problemas sociales, el desamor, y en donde intensifica más la idea de promocionar el arte por lo que vale, o sea, dejando de lado todo el valor económico en que se envuelve el arte hoy en día, y entregándose literalmente por el peso que corresponde a los versos y al trasfondo sicológico, filosófico, y social de Santiago, lo cual le valió internarse en todos los sectores y estratos sociales, logrando un trabajo que fue muy bien recibido por el público.
Irene tratando de averiguar cómo habían sido todos los hechos de la muerte de Evangelina entrevista al coronel que libero a Pradelio, el coronel era una persona peculiar, ya que acostumbraba a anotar en una libreta cada suceso importante o no importante que ocurriera durante el día, todo lo dejaba grabado en una libreta que siempre andaba consigo, este entre copas le confiesa a Irene todo lo que vio la noche del asesinato, el Teniente salió de su oficina con un bulto que subió en su camioneta, salió del cuartel y regreso ya para el amanecer con el carro todo sucio, nadie pregunto nada, pero el coronel imagino todo lo que había ocurrido en esas horas que el Teniente se ausentó, imagino cuando la vio casi inmóvil en la camioneta, martirizándose en parte porque tiene una hija de la misma edad, pero como una bestia se sentía feliz de hacerla pagar por la vergüenza a la que lo había expuesto en público, como un animal salvaje se abalanzo sobre ella violándola y luego al verla indefensa y casi muerta le disparó, la arrastro y la enterró en la mina, regresando al cuartel a escribir en el libro de reportes que había gastado una munición matando a un perro rabioso al terminar este escalofriante relato Irene tenia grabada toda una valiosa confesión en una grabadora que tuvo oculta durante toda la entrevista, temió porque el coronel escribía sobre su encuentro con ella, y eso la podía involucrar en grandes líos, pero procuro mantener la cordura, sin esperar que esa misma tarde el coronel moriría atropellado por un carro, y la libreta de apuntes desaparecería por completo, días más tarde Irene iba entrando a las oficinas de la revista cuando paso un carro perforándole el vientre de balas, quedando debatida entre la vida y la muerte varios días en un hospital, donde Francisco le entrega todo su amor acompañándola en cada momento, entregándose durante largas platicas juntos en espíritu y alma, fortaleciendo su amor, la madre de Irene se sumerge en la creencia de que lo que le ocurrió a su hija fue una equivocación, pasando por alto el que llegaran a catear su casa, llevándose del cuarto de Irene todas sus cintas grabadas.
Pradelio quería vengar a su hermana, pero también tenía que velar por su vida, y sin intención alguna de revelar secreto militar, invadido de aflicción les dice que el sospecha que Evangelina está en la mina de los Riscos, una mina olvidada, a la que está prohibido el paso, pero a Francisco e Irene asumen el peligro y van a ella, entran escavan y descubren el cuerpo muerto de Evangelina, esa noche ambos quedan mudos, y se refugian en una caseta abandonada a esperar que amanezca para regresar a sus casas, es ahí que en medio de ese ambiente tenebroso se sienten cerca, y se entregan el uno al otro, amándose como nunca antes, entregándose completamente el uno al otro e inician un nuevo amor, regresan a sus casas a la mañana siguiente y acuerdan regresar a la mina para escavar más, por si hubiera otro secreto escondido en ella, regresan y descubren una gran cantidad de cadáveres humanos, se lo cuentan al profesor Leal y a Hilda, y llegan a la conclusión que ese secreto debe ser descubierto, y la única institución que puede llegar ahí sin ser eliminada del mapa es la iglesia.
De carácter temerario, mostraba constante desprecio a su propia vida, en una ocasión ingresó solo, a la fiesta que organizaba uno de sus enemigos, entregándose a la diversión con tal aplomo y valentía que sus rivales no se atrevieron a enfrentarle.
Llegó a ser conocido en el mundo como símbolo de la crueldad de los grupos armados de las SS en el gueto de Varsovia, sobre todo a través de una famosa fotografía que muestra en primer plano a un niño entregándose, y Blösche como el SS armado junto a él.
Se refugió en Santiago de Compostela, pero terminó entregándose a las tropas lealistas.
Para escapar a los fueros de la nobleza, Manuel le ordenó que se redimiese entregándose a la guerra.
Poco después Stashynskyi mostró remordimientos y huyó del KGB, entregándose a la policía alemana y confesando todo.
Es entonces cuando marcha a Carrara, con ánimo de volver a Barcelona, pero muerta su esposa abre taller allí, entregándose durante un año a una febril actividad que cortó la muerte.
Luego se calmó, entregándose a complicados cálculos mentales, mientras repetía pensativo, con expresión de asombro:.
Luego, dirigiendo miradas torvas en derredor y entregándose a una serie de muecas a cual más odiosa y espeluznante, avanzó cautelosamente hacia Tristán y le puso una mano sobre el hombro.
Luego le volvió la espalda é hizo correr las manos sobre el piano, entregándose a su melancolía armoniosa.
Una oportunidad para instalar el sobrante de sus cuevas, entregándose a nuevas compras.
Hablaban con unción de los millones heredados de sus padres, de sus formidables riquezas de origen industrial, que les habían permitido comprar un marido noble, entregándose luego a sus gustos de maritornes andariegas.
¡Ah, miseria! El que había convivido varios años, de un extremo a otro del Atlántico, con un mundo rico, alegre, perfumado, resistiéndose unas veces por prudencia a los caprichos femeniles, entregándose otras con un recato de marino discreto, se veía ahora sin otros admiradores que la vulgarota tribu de los Blanes, sin otras ilusiones que las que le sugería su primo el fabricante, entusiasmado porque los grandes apóstoles del partido se fijaban con cierta simpatía en el capitán.
Apretó la sábana con las manos convulsas, y lanzó una serie de interjecciones brutales, entregándose a una de esas cóleras breves y terribles de los hombres sanguíneos.
Tú has dejado, como los otroscontinuó el doctor,que tu mujer buscase un remedio a su soledad, entregándose a la devoción.
Por un instante había creído encontrar remedio a su aburrimiento, entregándose a la borrachera de la construcción, sacando de la nada la nueva Bilbao, levantando barriadas de palacios sobre los campos yermos, con la misma facilidad que en los cuentos de hadas.
Al ver que los hechos no correspondían a sus esperanzas, tornábanse hipocondríacos y desesperadamente fanáticos, creyendo sus fracasos castigos de Dios y entregándose a una devoción cruel para aplacar a la Divinidad.
Málaga fue la primera ciudad de importancia en que se vio la insurrección formal y práctica: no pedía por el pronto la vuelta de Cristina, sino que cayera Gómez Becerra y volviese López con su lindo programa y su rosada elocuencia, sonaban las músicas, y en medio del general delirio, entregándose los malagueños al goce de dictar leyes a la autoridad central, quedaban vacíos los depósitos de tabaco y tejidos de Gibraltar, y abastecidos para largo tiempo los almacenes del comercio grande y chico.
Aquel espíritu fatigado se rebelaba contra las lecturas serias, entregándose con deleite a un pasatiempo que le producía fuertes excitaciones de la sensibilidad y de la fantasía.
Diego no exigía más que presentarme en la posada a la hora de comer, pasaba el día y parte de la noche discurriendo por aquellas tortuosas calles, que convidan al transeúnte a perderse por ellas, entregándose al azar, a lo aventurero, a lo desconocido, sin saber a dónde se va, ni de dónde se viene.
Ya no hay ninguno que, saliendo deste bosque, entre en aquella montaña, y de allí pise una estéril y desierta playa del mar, las más veces proceloso y alterado, y, hallando en ella y en su orilla un pequeño batel sin remos, vela, mástil ni jarcia alguna, con intrépido corazón se arroje en él, entregándose a las implacables olas del mar profundo, que ya le suben al cielo y ya le bajan al abismo, y él, puesto el pecho a la incontrastable borrasca, cuando menos se cata, se halla tres mil y más leguas distante del lugar donde se embarcó, y, saltando en tierra remota y no conocida, le suceden cosas dignas de estar escritas, no en pergaminos, sino en bronces.
Ha habido muchos que, por no haber sabido templar ni mezclar a propósito lo útil con lo dulce, han dado con todo su molesto trabajo en tierra, pues no pudiendo imitar a Diógenes en lo filósofo y docto, atrevida, por no decir licenciosa y desalumbradamente, le pretenden imitar en lo cínico, entregándose a maldicientes, inventando casos que no pasaron, para hacer capaz al vicio que tocan de su áspera reprehensión, y por ventura descubren caminos para seguirle, hasta entonces ignorados, con que vienen a quedar, si no reprehensores, a lo menos maestros dél.

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