Ejemplos con encomendándome

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En fin, si les pierdo, ya sea por medrosos, ya por atrevidos, tendré que ir solo, encomendándome a Dios y a la Virgen, pues no puedo abandonar mi empresa, única solución decorosa para los pocos días que me restan de vida.
-Aquel día no. Hago mi eco, sale, estalla como una bomba... y al otro día, estando yo al rento, ¡pataplum!, Viodal entra como un bólido. «Que me maten -pensé- si no tenemos rectificación. Aguantemos el chubasco». ¡Pero sí, buena rectificación te dé Dios! Retractación es lo que se pedía. «¡Ha propalado usted una falsedad!». «Pero, querido artista -dije encomendándome mentalmente al santo Job-, ¿no ha sido usted mismo quién?...». «¡Por Dios, una chanza! No le hacía a usted tan poco perspicaz...». «Yo sí que no le hacía a usted tan bromista...». «En resumen, Dauff, es preciso, ¿lo entiende usted?, que La Actualidad desmienta rotundamente esa paparrucha...». «¿Usted cree que La Actualidad es algún molino de viento: ¡Bonito se pondrá el director!». «Sin cuidado me tiene, o se desdicen ustedes o les desmiento yo...». «Diremos que se ha deshecho la boda». «No, señor, que jamás se pensó en ella...». Francamente... estuve por mandarle a escardar cebollinos... que es lo que se merecía, pero el oficio le tiene a uno ya tan curtido y tan flexibilizado, que opté por calmarle, asegurándole que rectificaríamos, y rogándole sólo que me dejase buscar una fórmula conciliadora para mi amor propio y para la infalibilidad del diario...
Y allí iba yo, dolorido, renegando de los escarceos que aumentaban mis dolores, encomendándome a Dios a cada espantada de la bestia.

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