Ejemplos con emprendería

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Con Este Álbum Emprendería su Consolidación artística, continuando con Grandes y Extensas Giras por Latinoamérica,España y Europa, incluyendo su paricipación en los festivales de Benidorm, y Viña Del Mar.
Cuando lo vio por segunda vez, este pokémon se dirigió a la región Hoeen, lugar en donde Ash emprendería un nuevo viaje.
Unos meses atrás Goya había recibido el encargo, y en esa fecha escribió a Zapater para anunciarle que había terminado de idear los cartones y próximamente los emprendería.
Sin duda le convencí, ¡no era flojo triunfo!, porque me propuso hacer conmigo esta prueba: durante un año emprendería yo formidables estudios, conforme a un plan superior acomodado a mi primitiva vocación, y sin someterme a la esclavitud del internado.
Nervioso y descompuesto, marchaba en una y otra dirección por el círculo más excéntrico del paseo, que era como el voltear de una noria, pensando que si hubiera pistolas de muchos tiros, y él poseyera arma tan prodigiosa, la emprendería bonitamente en aquella ocasión.
Hablando de operaciones, díjole el mismo que pasada Navidad se emprendería la guerra por la parte de Guipúzcoa, donde andaban muy envalentonadas las divisiones de Espartero y Jáuregui.
-Yo emprendería la completa educación de Aura -dijo Jacoba, que no sabía cómo llegar al asunto que era su objeto principal aquella noche- si me dieran medios suficientes para ello.
Con el contingente de Europa, que, según te he indicado, podría cobrar en mi casa, emprendería el viaje a Ceuta, a Cuba, a Filipinas y a la India, y al cabo de un par de años me encontraría poseedor de todo mi dinero y autor de un viaje de circunvalación.
¡Por allí, por allí asomaba el desfiladero de salvación! Por aquel desfiladero emprendería él la huida, y llegaría a puerto seguro y a situarse en posición tan ventajosa, que hasta podría mirar al grande hombre de alto abajo.
¡Jóvenes modernistas, ha muerto el maestro, y os llamáis todos de tú en el Parnaso Hispano-Americano! ¡Yo tenía apostado con este cadáver frío sobre cuál de los dos emprendería primero el viaje, y me ha vencido en esto como en todo! ¡Cuántas veces cruzamos la misma apuesta! ¿Te acuerdas, hermano? ¡Te has muerto de hambre, como yo voy a morir, como moriremos todos los españoles dignos! ¡Te habían cerrado todas las puertas, y te has vengado muriéndote de hambre! ¡Bien hecho! ¡Que caiga esa vergüenza sobre los cabrones de la Academia! ¡En España es un delito el talento!.
Sin duda le convencí, ¡no era flojo triunfo!, porque me propuso hacer conmigo esta prueba: durante un año emprendería yo formidables estudios, conforme a un plan superior acomodado a mi primitiva vocación, y sin someterme a la esclavitud del internado.
Ahora se iría con Willy allá a Suiza, a un sanatorio en medio de eternas nieves, olvidados del mundo, pues que ya no sería una potencia que interesa a la sociedad y cuyos pasos se siguen espiándose ansiosamente el instante de la caída para sacudir su yugo, y allí entre cielo y tierra, emprendería una lucha implacable con la muerte, una lucha titánica en que disputaría palmo a palmo a la Traidora, la amada presa.

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