Ejemplos con ejército

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Como una noche la mirase largamente, la Piernavieja, la unidad más alharaquienta y ofensiva del ejército de ocupación, conocida por aquel remoquete a causa de renquear un poco, me dijo:.
Y prosiguió: Toda esta aristocracia de ricos se compone de negreros, de aprovisionadores de ejército, de prestamistas con pacto de retro, de desamortizadores, en una palabra: ladrones.
Y ¿dónde me deja usted el descubrimiento del Nuevo Mundo? Aparte que, si no recuerdo mal, cuando estudié en el Instituto, el profesor de Historia nos decía que no sé cuál emperador romano había adoptado para el ejército el calzado que usaban los españoles.
Todos eran veteranos del mismo ejército.
Antes de llegar a mi vivienda era fuerza que atravesase por entre el multitudinoso ejército de ocupación, recibiendo continuos dardos meretricios y padeciendo asechanzas y requerimientos, así orales como de hecho, puesto que alguna se asía de mi brazo, de manera que, por zafarme de estorbos y reponerme de la fatiga, solía yo algunas veces acogerme a un cafetín, que era donde las individuas vivaqueaban, y allí convidaba a las que más me atosigaban, con que las dejaba mansas, nutridas y satisfechas.
En fin, que la Iglesia, hablando a todas horas de su pobreza , saca del Estado y del país más de trescientos millones de pesetas todos los años: casi el doble de lo que cuesta el ejército, y eso que en las sacristías se quejan de los tiempos modernos, diciendo que todo se lo comen los militares y que ellos tienen la culpa de cuanto ocurre, por haberse ido con la maldita libertad.
Las milicias ciudadanas realizan el ideal del ejército democrático.
El que nunca entró en la cocina de su casa y fue cuidado minuciosamente por su mamá, despreciando como cosas de mujeres todo lo que no fuese dar voces de mando y alinear soldados, lo primero con que tropieza en el ejército es con la necesidad de ser cocinero, sastre, zapatero, etcétera, aguantando muchas veces repulsas de sus superiores porque no demuestra pericia en estas faenas.
Es verdaddijo riendo Juanito, pero sin eso no puede haber ejército, y el ejército es necesario.
Entoncesdijo irónicamente el cadete, habrá que suprimir el ejército y dejar indefensa la nación.
Mientras Europa esté armada y hasta la más pequeña nación tenga un ejército, España lo tendrá también.
¿Cree usted que Suiza y Bélgica y otros países pequeños viven tranquilos enclavados entre grandes potencias porque poseen un ejército? Lo mismo existirían aunque no tuviesen un soldado.
Los gobiernos no quieren ejército: saben que es inútil para la defensa exterior de la nación, pues la fortuna nacional no permite su mantenimiento, y les basta con una organización embrionaria, que vive en pleno desorden, agitada por incesantes y contradictorias reformas, copiando los adelantos extranjeros, como una muchacha pobre imita las galas de la gran señora.
Yo he oído a un capitán viejo de la Academia, que si en España existe el régimen liberal es por el ejército.
Es indudablemente el servicio más importante que el ejército ha prestado a España.
Créame usted: para ejército moderno, son ustedes muy pocos y mal organizados, para guardia interior, sobran muchos y son caros.
En buena lógica, debían decir los monarcas: Yo soy rey porque tengo la fuerza, porque me apoya el ejército.
El ejército del trabajo se extendía por todo el globo: arañaba los continentes, saltaba a las islas, surcaba el mar, descendía a las entrañas del suelo.
Esto lo declaraba con la arrogancia aprendida en aquella caricatura de ejército, que extremaba las ceremonias del antiguo militarismo, y en el cual los andrajosos, con el sable al cinto, se transmitían las órdenes llamándose siempre caballero oficial.
Partió a Italia como caudillo de la Iglesia, los aventureros de Europa y los bandidos del país formaron su ejército: mató e incendió en los campos, entró a saco en las ciudades a nombre de su señor el Pontífice, y al poco tiempo los desterrados de Aviñón podían ocupar de nuevo su trono de Roma.
Los que habían emprendido el viaje para morir en un hospital, vegetar toda la vida como dependientes de corto sueldo o sentar plaza en el ejército de Cuba, ésos no eran tenidos en cuenta.
La noche obscurecía los matorrales cercanos, llegaban hasta nosotros el mugir de las reses y el de los vaqueros, un ejército alado cruzaba los espacios raudo y vibrante, y en el cielo sin nubes brillaba la triste luna con apacible claridad.
¡El abuelito! Un general del antiguo ejército, honor y gloria de la familia, santanista feroz que peleó en Tampico y en Veracruz, que se batió como un héroe en Churubusco, y que siguió a S.
Pero de lo que más provecho sacó la casa fue del ramo de capotes y uniformes para el Ejército y la Milicia Nacional, no siendo tampoco despreciable el beneficio que obtuvo del , el abrigo propiamente español que resiste a todas las modas de vestir, como el garbanzo resiste a todas las modas de comer.
En las contratas de vestuario para el Ejército y Milicia Nacional, ni Santa Cruz, ni Arnaiz, ni tampoco Bringas daban la cara.
Pinzón, y haciendo una salvedad honrosísima en honor de ustedafirmó la señorano puede negarse que en el ejército español hay cada tipo.
El soldado, o sea el corpúsculo, al desprenderse, después de un , de la masa en que ha tenido vida regular y a veces sublime, suele conservar algunas de las cualidades peculiares del ejército.
¡Qué movimiento, qué algazara, qué risas, qué jovialidad! No existe nada tan interesante como un ejército.
Es un ejército lastimoso, cuya vista oprime el corazón.

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