Ejemplos con duquesito
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
¡Misterios femeninos! Lloró por el teniente y rabió por el Duquesito.
¡Misterios femeninos! Lloró por el teniente y rabió por el Duquesito.
Virginia dio paseos a caballo por las carreteras, en compañía del duquesito de Cheshire, que se hallaba en Canterville pasando su última semana de vacaciones.
El fantasma seguía en la casa, y, aunque se hallaba muy delicado, no estaba dispuesto a retirarse, sobre todo después de saber que figuraba entre los invitados el duquesito de Cheshire, cuyo tío, lord Francis Stilton, apostó una vez con el coronel Carbury a que jugaría a los dados con el fantasma de Canterville.
Pero, a última hora, el terror que le inspiraban los gemelos le retuvo en su habitación, y el duquesito durmió tranquilo en el gran lecho con dosel coronado de plumas del dormitorio real, soñando con Virginia.
El duquesito de Cheshire, completamente loco de inquietud, rogó con insistencia a míster Otis que lo dejase acompañarle, mas éste se negó temiendo algún jaleo.
Se volvió, viendo al duquesito que llegaba en su poney, con la cara sofocada y la cabeza descubierta.
-¡Al diablo sombreros! ¡Lo que quiero es Virginia! -exclamó el duquesito, riendo.
En seguida, después de comprar un sombrero para el duquesito en una tienda de novedades que se disponía a cerrar, míster Otis cabalgó hasta Bexley, pueblo situado cuatro millas más allá, y que, según le dijeron, era muy frecuentado por los gitanos.
Cuando terminaron, míster Otis, a pesar de los ruegos del duquesito, mandó que todo el mundo se acostase, ya que no podía hacer cosa alguna aquella noche, al día siguiente telegrafiaría a Scotland Yard para que pusieran inmediatamente varios detectives a su disposición.
El duquesito casi la ahogó con la violencia de sus besos, y los gemelos ejecutaron una danza de guerra salvaje alrededor del grupo.
-¡Eres un ángel! -exclamó el duquesito, ciñéndole el cuello con sus brazos y besándola.
Eran ambos tan agradables y se amaban de tal modo, que a todo el mundo le encantó ese matrimonio, menos a la vieja marquesa de Dumbleton, que venía haciendo todo lo posible por atrapar al duquesito y casarle con una de sus siete hijas.
Cosa rara: míster Otis sentía una gran simpatía personal por el duquesito, pero teóricamente era enemigo del «particularismo», y, según sus propias palabras, «era de temer que, entre las influencias debilitantes de una aristocracia ávida de placer, fueran olvidados por Virginia los verdaderos principios de la sencillez republicana».
