Ejemplos con dominándose
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
No he llamado he repicado trescientas vecesexclamó Jacobo con ira, y dominándose al punto, alargó a Damián la carta, diciendo sin mirarle:.
Currita abrió la boca con un gesto de ira como para decirle algo, y dominándose repentinamente, la volvió a cerrar, diciendo a poco con su suavidad acostumbrada:
Igual congoja que los voluntarios realistas sintió Jenara al oír el rezo de Carnicero y Tablas, pero dominándose con su voluntad poderosa, varió de conversación diciendo:.
Dominándose al cabo el Comendador, contestó a su sobrina:.
Athenais se puso pálida, mas dominándose al instante, no sólo se atrevió a fijar en mí sus lindos ojos de cielo, sino que se rió y de muy buena gana, según parecía.
No -dijo dominándose-, no entraré.
Sí, yo soy Amparome contestó dominándose y sonriendo tristemente, yo soy su protegida de usted.
El rostro de Lola retrató su desencanto, pero dominándose al punto,.
Ante esta amenaza Moreira palideció, pero dominándose rápidamente le dijo.
Pero, dominándose en seguida, sonrió tranquilamente y dijo:.
-¡Nada! -contestó el músico, dominándose instantáneamente-.
«No -dijo dominándose-, no entraré».
No podía olvidar que Miraya, y no por instinto, sino por análisis, había demostrado también una extraña aprensión al saber la venida y la aparente adhesión de Nordis a la causa de Felipe, y dominándose, con la fuerza de voluntad que sabía desplegar en casos como aquel, nuevamente murmuró, reflexionando:.
Dominándose se acercó al lecho, tomó la mano ardiente y blanca que se le extendía, y dijo así con entusiasmo místico:.
A Su Ilustrísima se le turbó un poco la voz por la emoción, mas dominándose, prosiguió:.
-¡Pobre!, era buena cristiana -agregó el fraile dominándose-.
-¡Sí que lo hice! -repitió por fin, dominándose con energía tremenda-.
Al verla, aquello que siempre le inspiró ternura, sintió invencible asco, pero dominándose dijo: «Tengo que hablarte.
Dejó pasar un rato largo, mirando el rancho, como si se admirara de verlo quedarse inconmovido, en su presencia, y se aproximó despacio, algo más sereno ya, dominándose poco a poco.
-¡Que pase! -dijo, dominándose cuanto pudo.
-Renunciando -dijo, dominándose cuanto pudo- al intento de buscar los verdaderos móviles de esas advertencias, porque los fondos cenagosos e infectos no son para todos los estómagos, he de advertirle que si, en lo tocante a los medios de que piensa valerse, confunde los de su cargo con algún otro que ha puesto en sus manos.
