Ejemplos con desvalimiento

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El cuerpo humano y la muleta juegan entre sí, soportando ésta el desvalimiento de aquél.
Ese alma es completamente inocente y carece de cualquier conocimiento mundano, lo que se refleja en el desvalimiento del bebé.
Juliette es la esposa de un importante personaje, y Justine se encuentra en un absoluto desvalimiento.
Su obra canta con ternura el paisaje y las gentes de su Tomelloso natal con un emocionado lirismo, al tiempo que desarrolla otros temas constantes de su lírica como el amor, la soledad, el desvalimiento, la queja ante la injusticia.
La cárcel, residencia frecuente de su señor padre, le había enseñado, como por ensayos repetidos, la triste vida de la orfandad, y cuando al fin el autor de sus días salió de casa para no volver, porque en una ocasión, al recobrar la libertad, en vez del hogar, encontró la muerte en una misteriosa aventura, allá en la Huerta, el pobre Minguillo, que así le llamaban los demás pillastres de su barrio, al quedarse en el mundo solo, pues su madre había muerto al darle a luz, tenía un aprendizaje anulado que le sirvió no poco, de mala suerte, apuros, desvalimiento, y venía a ser a los doce años todo un hombre, y casi casi todo un pícaro, por los recursos de su ingenio, el ahínco de su trabajo, cuando tocaban a trabajar honradamente, y las tretas de su industria, la fuerza de cinismo, el vigor de los músculos y el desprecio de todas las leyes y cortapisas morales y jurídicas, que, en su opinión, se habían hecho para los ricos, porque los pobres no podían con ellas, bajo pena de matarse de hambre, que era el mayor crimen.
Guicciardini vuelve los ojos al tiempo pasado mientras reposa, en su Tusculum de Aratri, de los afanes del gobierno y de la guerra, Hurtado de Mendoza, cuando la ingratitud y suspicacia de Felipe II le retraen a su solar de Granada, después de gloriosísima vida de diplomático y político, Brantôme, hallándose de vuelta en sus dominios de Dordoña, tras largas aventuras de soldado y prolija experiencia de la corte, don Francisco de Melo, el Tácito portugués, cuando su desvalimiento y prisión le obligan a trocar por los libros su espada de las campañas de Flandes y Cataluña.
Éste es el desvalimiento práctico de la conversión puramente intelectual, tan inhábil para traer una lágrima a los ojos como para fundar o disolver una costumbre.

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