Ejemplos con defendiéndola

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Fue muy amiga de Saleisha defendiéndola incluso cuando tuvo problemas con Bianca.
Onde pues, que en el título ante deste mostramos qual debe el pueblo seer a la tierra do mora, faciendo linage que la pueble et labrándola para haber los frutos della, et enseñorándose de las cosas que en ella fueren, et defendiéndola et cresciéndola de lo de los enemigos que es cosa que conviene a todos comunalmente, pero con todo eso a los que más pertenesce son los caballeros a quien los antiguos decian defensores, lo uno porque son más honrados, et lo al porque señaladamente son establescidos para defender la tierra et acrescentarla.
Después se dirigió a la plaza de Tenango y Tenansingo, donde la atacó y se apoderó de ella, defendiéndola después de los insistentes intentos de recuperación por parte de los insurgentes.
Y tan sincera era su resistencia, que al fin intervinieron las mujeres viejas, defendiéndola.
Muchas generaciones de Desnoyers habían preparado su advenimiento a la vida batallando con la tierra, defendiéndola de enemigos, dándole al nacer una familia y un hogar libres Y cuando le tocaba su turno para continuar este esfuerzo, cuando le llegaba la vez en el rosario de generaciones, ¡huía lo mismo que un deudor que elude el pago! Había contraído al venir al mundo compromisos con la tierra de sus padres, con el grupo humano al que debía la existencia.
Y adoptando el cálculo más hábil del disimulo, el de apropiarse de la ingenuidad y disfrazarse con la sencillez y la franqueza, refirió con toda verdad al padre Cifuentes el escándalo de su vida, la trágica muerte de Jacobo, la calumnia difundida por aquellos enemigos invisibles, la imposibilidad en que estaba de acusarlos a ellos y defenderse ella misma ante los tribunales, y la necesidad que tenía de , de alguna por su santidad y su prestigio que sacase la cara por ella, perdonándole las faltas verdaderas y defendiéndola de los , concediéndole su protección y su amistad, y rehabilitándola por este solo hecho a los ojos del mundo Y no pedía esto por ella misma, que nada merecía y así lo confesaba, pedíalo por caridad de Dios, por lástima, por compasión hacia sus propios hijos.
Quiero decir que los religiosos, con toda paz y sosiego, piden al cielo el bien de la tierra, pero los soldados y caballeros ponemos en ejecución lo que ellos piden, defendiéndola con el valor de nuestros brazos y filos de nuestras espadas, no debajo de cubierta, sino al cielo abierto, puestos por blanco de los insufribles rayos del sol en verano y de los erizados yelos del invierno.
Sólo así y no por violencia, miedo o tutela constante, tendrá verdadero mérito que resplandezcan en ellas la entereza y la persistencia con que mantienen su inmaculada virtud, defendiéndola de todos los ataques y asechanzas de los galanes seductores.
No hablemos de los egoístas francos, militares o paisanos, que porque la ley, deficiente, sin duda, no les exigía un sacrificio directo, ni de su persona, ni de sus bienes, veían con la indiferencia menos disimulada las catástrofes que nos hundían, no hablemos tampoco de los patrioteros hipócritas que por oficio tienen que emplear a diario toneladas de lugares comunes elegíacos en lamentar dolores de la patria que ellos no experimentan, pero ¡si fueran ésos solos! Yo he observado de cerca a quien ha luchado por España, ha expuesto su vida defendiéndola, y ha merecido gloriosos laurales.
Allí, principalmente regocijados, se movía entre ellos, como era natural, la conversación de la Grecia, diciéndose que de tantas guerras como había sostenido por su libertad, nunca defendiéndola otros, había alcanzado un premio tan cierto, tan dulce y tan glorioso como aquel con que ahora le lisonjeaba la fortuna, casi sin sangre y sin lágrimas de su parte.
-No -replicó decididamente Ramona, apartando su cara y defendiéndola con sus manecitas de los labios de Pilar.
Su vigorosa salud, defendiéndola de los años, dábale una frescura que lo envidiarían otras que, a los veinticinco y con un solo parto, parece que han sido madres de un regimiento.
La hermosa cautiva, la joven del collar de guairuros, la destinada para el serrallo del monarca, ha sido sorprendida huyendo con su amado, quien muere defendiéndola.
Como Drake concluyó por servir oficialmente a su patria, defendiéndola con gloria y con fortuna de la Invencible Armada de Felipe II, y haciendo flamear altivo el pabellón de Isabel por todos los mares, todo ha venido a ser lustre en la reputación que le conserva la historia: los rasgos duros del joven aventurero, del pirata, han desaparecido ante la gloria y el prestigio del almirante, y sus correrías mismas, separadas de la parte del latrocinio que tanto le afeó en su tiempo, son hoy preconizadas, tan solo como gigantescas hazañas, como gloriosos pasos de la humanidad en el camino de la civilización y del conocimiento del globo.

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