Ejemplos con crines

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La variación en las crines de los caballos ha sido de interés particular para los eruditos que intentan discernir las personalidades artísticas de los escultores que trabajaron en el friso, hasta ahora este análisis morelliano no ha sido concluyente.
En sus composiciones destacan como motivos bucólicos recurrentes la perspectiva y su efecto atmosférico en la campiña, los rayos de luz reflejándose en una brizna de pasto, las crines de un caballo en reposo, la vaca que se inclina sobre el arroyo, o el sombrero de un paseante, todo ello atrapado en un baño de luz dorada y de armonía ocre.
La cola y las crines son muy abundantes, las orejas son pequeñas y la cabeza larga.
Pero antes de embarcarse, ofrece a su colaborador todos los útiles y máquinas de su taller, Josep Escoda acepta la oferta y aprende a marchas forzadas el manejo de las cerdas, de las crines del caballo o el pelo de las cabras.
Podemos afirmar que mientras las crines y colas del caballo común, dan un pelo muy utilizado en el mundo de la cepillería para todos los usos, encontramos crin y cola caballar en cepillos para la cabeza, ropa, zapatos, aspiradoras, puertas giratorias, filtros, etc.
Al volver en sí advirtió que era ya día claro, y oyó el piar de los pajarillos que tenían su cuartel general en los árboles de la Plaza Mayor y en las crines de bronce del caballo de Felipe III.
En esto pasas el tiempo ¿No te da vergüenza de andar con la ropa llena de agujeros, y en vez de ponerte a coser te da por atusarte las crines? ¡Presumida, sinvergüenza! ¿Y la cartilla? Ni siquiera la habrás mirado Ya, ya te daré yo pelitos.
¿A qué llama usted una chuleta?añadió llevándose la mano a las erizadas crines, por donde se le escapaba la memoria y le entraba la electricidad.
Julián se agarra instintivamente a las crines, soltando la rienda.
¿Cómo no le has traído a la señorita la borrica?preguntó don Pedro, deteniéndose antes de montar, con un pie en el estribo y una mano asida a las crines de la yegua, y mirando al cazador con desconfianza.
Con todo eso replicó el caminante, me queda un escrúpulo, y es que muchas veces he leído que se traban palabras entre dos andantes caballeros, y, de una en otra, se les viene a encender la cólera, y a volver los caballos y tomar una buena pieza del campo, y luego, sin más ni más, a todo el correr dellos, se vuelven a encontrar, y, en mitad de la corrida, se encomiendan a sus damas, y lo que suele suceder del encuentro es que el uno cae por las ancas del caballo, pasado con la lanza del contrario de parte a parte, y al otro le viene también que, a no tenerse a las crines del suyo, no pudiera dejar de venir al suelo.

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