Ejemplos con congoja

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Yo padezco la terrible desventura de pensar que puede dejar de funcionar y aumenta mi congoja de sentirme ahogado en este nicho donde el aire húmedo y enrarecido aumenta el asma que quebranta mi fuerza física.
Estando sola, expresa su congoja por no poder alimentar a sus hijos, y ruega a Dios por ayuda.
Modifica la apariencia o dimensiones del rostro y otras partes del cuerpo simulando sangre, deformaciones, cicatrices o heridas con objeto de provocar terror, congoja o repulsa en el espectador.
Al fin, presa de la mayor congoja, llegó a Madrid.
Ya no le aquejaba a Belarmino la congoja del mañana.
Es irrepresentable la congoja que le acometió.
La congoja de doña Paula fué cesando poco a poco, pero quedaron restos de ella por toda la noche.
Una mortal congoja le acometió pensando en esto, como si ya la decisión estuviese tomada, y para salir de ella tuvo que decirse: Ya veremos, ya veremos Ahora es muy difícil, casi imposible, volverse atrás La madre ya lo sabe Don Rosendo también y Cecilia a estas horas acaso.
Azorín han sentido que una suave congoja llegaba de la inmensa mancha azul y envolvía su espíritu.
Miró en su derredor, como si se sintiera presa de una gran congoja, como si se creyera perdida, como si se viera envuelta en una tromba voraz y absorbente.
Notó entonces este que había olvidado el pañuelo allá arriba, en el sitio del combate, y volvió corriendo en su busca, el niño, mientras tanto, desasosegado y sin tino, sintiendo tras aquella conmoción tan ruda la natural congoja del vómito, inclinóse demasiado sobre la roca y cayó rodando hasta el mar Una ola inmensa que reventaba en aquel momento en la playa asióle con sus mil garras de espuma, y en su tremenda resaca arrebatólo hacia dentro.
Y yo me dije: ¡vaya! sin duda que Rorró ha leído los libros de ese señor, y en ellos aprendió esas tristezas con las cuales me apena y me congoja.
El episodio recuerda, hasta en el tono, un relato de Heine: aquella estatua feminizada por el musgo que el futuro poeta de los iba a besar, con una oscura congoja de Werther bisoño, en un rincón del parque familiar.
Se inclina sobre el cuerpo de la desmayada, y con la insolente autoridad de un poseedor legítimo, hace ademán de ir a desabrocharle el cuerpo del vestido para que, respirando mejor, cese la congoja.
Sentíase él tan propenso a la emoción, que cuando los labios de la santa tocaron su frente, le entró una leve congoja y a punto estuvo de darlo a conocer.
Halló, sin embargo, fuerza bastante para dominar su congoja, y, despues de cerrar la puerta de la sala, dijo al blasfemo con la austera frialdad de un juez:.
La congoja de ver que el cielo se hace de bronce sin acudir a la tierra con el conveniente rocío no aflige al criado, sino al señor, que ha de sustentar en la esterilidad y hambre al que le sirvió en la fertilidad y abundancia.
El ventero le proveyó de cuanto quiso, y Sancho se lo llevó a don Quijote, que estaba con las manos en la cabeza, quejándose del dolor del candilazo, que no le había hecho más mal que levantarle dos chichones algo crecidos, y lo que él pensaba que era sangre no era sino sudor que sudaba con la congoja de la pasada tormenta.

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