Ejemplos con concupiscencias

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Era un cacique, tenía el cráneo como una bola, faz sombría y concupiscencias políticas.
¡Sacrílegos! Vendrá Don Juan Manuel y os arrojará de esta casa que estáis profanando con vuestras concupiscencias.
Allí la calle se convierte en plaza, la acera en calle, la multitud en torrente que se precipita con cierto relativo silencio por entre dos paredes de cristal, formadas por los escaparates inmensos de las tiendas atestadas de cuanto puede dar de sí la industria humana para transformar lo superfluo en necesario, lo elegante en fastuoso, lo precioso en maravilla, la vida en fiebre de vanidades locas y concupiscencias monstruosas.
Llegó resbalando sin violencias por la voluptuosa pendiente que lleva del placer al vicio, del vicio a la aberración, de la aberración al tedio, al desencanto, al espantoso vacío del corazón que produce vértigos en la cabeza y despeña al hombre en todas las locuras y en todas las infamias, en busca de placeres nuevos que despierten su sensualismo embotado, de impresiones desconocidas que sacien la voracidad de sus concupiscencias estragadas.
La concupiscencia del espíritu es la peor de las concupiscencias.
Vagó un momento por entre sedas vistosas, flores contrahechas y perfumes lascivos, vio pendientes de los muros del templo los cepillos que pedían dinero, leyó en los corazones el ánsia de riquezas, y ante la impureza de las concupiscencias humanas, su alma se anegó en la tristeza infinita que experimenta el sacrificio estéril y olvidado mientras en todo el ámbito del templo repercutía el sonido de la moneda de oro golpeada contra la bandeja de plata.
es la inmoralidad, la tentación del espíritu sórdido, la carne es un pretexto de lujuria, un motivo de funciones anatómicas y concupiscencias de chivo o erotismos satánicos, la carne es el cajón de basura que el alma arrastra por la vida.
Ellos no faltan ni en la ferocidad de los odios, ni en la sordidez de las falacias, ni en la brutalidad de las concupiscencias.
Y en un espíritu donde la levadura de todas las pasiones humanas fermentaban al lado de las nociones de todos los ideales divinos, tenían que surgir, entre impulsos atroces y violentas concupiscencias, bellos rasgos de continencia, piedad y magnanimidad, y hasta poéticos romanticismos, semejantes al que da asunto a este cuento.
y conocía además el gran mundo de las concupiscencias intelectuales, las grandes farsas de la pseudofilosofía, de la ciencia preocupada por unos cuantos postulados ilegítimos, y soberbia en sus deleznables conclusiones.
La educación de la mujer tiene un gran punto de apoyo en su fuerza moral, que es grande, puesto que, en peores condiciones, resiste más a todo género de concupiscencias e impulsos criminales.
concupiscencias, adelantándosele cada día los crecimientos de sus desordenadas pasiones,.
Esa Lucía, cuya boca, cínica y canalla, ha resultado ser cementerio de amantes momentáneos, esa Lucía perversa y viciosa de nacimiento, que de niña cometió el pecado de bestialidad en cuadras y corrales, y de moza actuó de prostituta en todas partes, esa Lucía que tiene la lujuria siniestra, y pagaba con besos locos al hombre que mató por satisfacer sus concupiscencias de mala pécora, enferma de lugubreces eróticas, ese Branchery, Hércules de feria, chulapo por temperamento, asesino por vocación, que alió monstruosamente sus músculos al histerismo de ella en el altar del matrimonio, para explotar a mansalva amores pasajeros, ese Parrot, inconscientemente ameno al oír su sentencia de muerte, como inconscientemente ameno estuvo ayudando a matar, ese Gasol, que se prestaba a actuar de sepulturero de asesinados, y ese mudo Lacampagne, que mimó en la Audiencia la escena del asesinato de Mouget y con un gesto solemne puso a Dios por testigo de que eran ciertas las revelaciones que hizo sobre las tragedias de Langon.
Lo que ocurría, a mi entender, era que hasta entonces no había hallado cosa de su gusto en que emplearle, ni sentido seria tentación ni punzante deseo de trocar la divertida y risueña libertad que gozaba, por la relativa opresión de la cadena de flores, pero al fin cadena, con que se estimulan ciertas concupiscencias femeniles al cambiar de estado en aquella edad y en la esfera social en que ella vivía.
Después de bailar se cenaba, y las concupiscencias de Lúculo emulaban el fausto de Nabucodonosor.
Con alusiones maliciosas, vagas y envueltas en misterios a la condición social de la italiana, daba a entender que la ciencia de educar no esperaba nada bueno de aquel retoño de meridionales concupiscencias.
Mientras anduvo por el mundo, esclavo de todas las concupiscencias de la carne, maldito si se le ocurrió una vez siquiera pensar en que poseía un alma, cuanto más en el destino que ésta tendría cuando dejara la cárcel de su cuerpo.
-¡Oh, hijo descomunal y esplendoroso! ¡Bien decía yo que se adivinaban nuestras concupiscencias! Pues ya que no se harta tu corazón de desocuparse en el mío, sábete que no me vendría mal otro auxilio para finiquitar algunas deudas que hoy me cierran las puertas del sustento corporal, y hasta las del necesario descanso.
Esto le llevó como una seda a trazar un croquis de su vida en aquel centro minúsculo en que bullían y se agitaban, en las debidas proporciones, los mismos instintos malos y las mismas concupiscencias que en las grandes capitales.
y concupiscencias de la carne, y las cosas deste jaez, manifiestamente alteran los.

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