Ejemplos con complacían

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Despreciaba también la mayoría de los placeres mundanos, afirmando que los hombres obedecen a sus deseos como los esclavos a sus amos, del amor sostenía que era el negocio de los ociosos, y que los amantes se complacían en sus propios infortunios.
En realidad, no existe una sola parte en la La divina comedia que hable de Radamathys -o Radamanto-, Dante solo coloca como Juez a Minos, omitiendo por completo a Eaco y Radamanto, sin embargo, Virgilio en la Eneida, en el libro VI, hará una breve descripción de las funciones de Radamanthys como Juez de las sombras: El cretense Radamanto ejerce aquí un imperio durísimo, Indaga y castiga los fraudes y obliga a los hombres a confesar las culpas cometidas y que vanamente se complacían en guardar secretas, fiando su expiación al tardío momento de la muerte.
Sus padres se complacían del éxito que súbitamente había alcanzado, pero se mostraban muy preocupados por su noviazgo con John Thomas Sweeny.
Unas cuantas jóvenes se complacían en burlarse de él haciéndole soltar un chorro de simplezas.
Antes de llegar Gonzalo, las costureras se complacían en dirigir, siempre que venía a cuento, alguna pulla a la novia.
¿En qué pararía toda aquella gresca? Los parientes de Antonia y otras vecinas aquí congregadas, se complacían en ilustrarme acerca de aquel hecho político, que pronto había de ser histórico.
Conocemos la vida de aquel siglo, por los viajes de los extranjeros, que solían exagerar o mentir, por los documentos de los archivos, que hablan con seca y desabrida elocuencia, por el teatro, en que la imaginación es señora, por la novela picaresca, que sólo resucita tipos de una clase social, por los escritores, que siempre con sentido especialmente devoto, se complacían en censurar las costumbres, describiéndolas de paso, pero los pinceles tercos en esquivar toda representación de cosa vulgar y profana, nos dejaron poquísimos datos referentes a la manera de vivir, los trabajos, oficios, diversiones, casas, habitaciones, muebles y ropas de aquellos caballeros y soldados, clérigos y estudiantes, mercaderes y mendigos, damas y aventureras, cómicas y beatas, dueñas y criadas, cuyo abigarrado conjunto conocemos sólo moralmente, gracias a Cervantes y Quevedo, Tirso y Lope, Zabaleta y Salas Barbadillo, porque los pintores limitados a la representación convencional de lo sagrado despreciaban lo profano.
Como todos le halagaban y le complacían, y no había capricho que no consiguiera ni falta que no le fuese perdonada, imperaba en aquella casa como soberano absoluto, como señor de vidas y haciendas, siempre dispuesto a hacer el mal, complaciéndose en atormentar a los animales que caían en sus manos, gozándose en insultar y calumniar a los criados, en burlarse de todos, y en repetir las palabras más soeces aprendidas en la calle o de labios de los cocheros.
No contribuyó poco a su alivio la soledad en que estaba y el no permitir Salvador que le visitara persona alguna, porque en el hospital los demás enfermos se complacían en calentarle los cascos, contradiciéndole en sus vehemencias o alentándole en sus majaderías.
Viendo César en Roma ciertos forasteros ricos que se complacían en tomar y llevar en brazos perritos y monitos pequeños, les preguntó, según parece, si las mujeres en su tierra no parían niños, reprendiendo por este término, de una manera verdaderamente imperatoria, a los que la inclinación natural que hay en nosotros al amor y afecto familiar, debiéndose a solos los hombres, la trasladan a las bestias.
Bien sabían las maestras con qué ansias aguardaba la neófita a que se las abrieran, y por saberlo tanto, se complacían en aguijonear sus impaciencias extremando el color de sus pinturas.
Y él antes se había burlado de los que se complacían en semejantes distinciones, diciendo ocultárseles que, mientras ellos estaban engreídos con las obras de los escultores y los pintores, los ciudadanos, lo que era para él de más honra, llevaban su imagen en los corazones.
En general, el hecho de acusar, aun sin particular motivo, no era entre ellos mal mirado, sino que se complacían en ver a los jóvenes perseguir a los malos como a las fieras los cachorros de buena casta.
Nadie le hubiera reconocido diez o veinte años más tarde, pero entonces era, no sé si instintiva o rebuscadamente, el tipo del gaucho refinado hasta el extremo de ocultar casi completamente su procedencia, que apenas se revelaba -pero se revelaba al fin-, entre otras cosas, en su afán de contar y escuchar anécdotas, así como sus antepasados se complacían en las interminables «payadas» y en los cuentos del fogón.
Moisés y los profetas se complacían en predicarle el.
Porque yo mismo lo declaré, «en confianza», al primero que me preguntó por él, tan pronto como caí en la cuenta de que tanto ruido y matraqueo era un toque a gloria para mí, y lo confirmaron en todas partes, sabiendo que en ello me complacían, Matica y mis compañeros de redacción.
Al mismo tiempo colmaba de atenciones a mi mujer, intimaba con mi suegra y con Manolo, servíales a punto y bien en los menesteres más extraños a su destino, y todos se complacían en mi casa en mimarle, considerándole como un valiosísimo estuche de cosas y de habilidades.
Una de las cosas que más le complacían, era la de cortar los ricos trajes en las grandes concurrencias o bien coserlos unos con otros para que se despedazasen, así es que comúnmente llevaba tijeras y agujas en sus bolsillos.
cuales se complacían sobremanera oyendo al armiguero departir acerca de filosofía escolástica.
Porque aquella época fue fecunda en hombres de aventajadas e infatigables fuerzas para los trabajos manuales, y de grandísima ligereza de pies, pero que en nada moderado o provechoso empleaban estas dotes, sino que se complacían en la violencia, abusaban con crueldad y aspereza de su poder, y si aspiraban a dominar, era para sujetar y destruir cuanto se les ponía por delante, pareciéndoles que la modestia, la justicia, la igualdad y la humanidad no estaban en ninguna manera bien a los que más podían, pues que si todos los otros hombres las alaban, es por falta de atrevimiento para injuriar y por miedo de ser injuriados.
enfermo, y los mundanos en todo le complacían: con lo cual, éstos se hicieron tan.

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