Ejemplos con camisita

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¿Por qué cantabas ese verso que vaticinaba tu destino y que yo había de repetir en mis hondas tristezas, con la suprema desesperación de un dolor infinito al besar tu camisita blanca y tu gorro azul y tu rizo blondo y suave como el plumón de un cisne?.
Era rubia, de ojos azules, ensortijado el pelo, estaba en camisita y traía en la mano la pelota.
Pero póngase en mi lugar, niña Adela, y considere cómo no sufriría yo cuando veía a su merced sanita, sonrosada, rolliza, limpia, con mucho birrete de punto, mucha faja bordada, mucha camisita de holán, faldellines con encajes, mediecitas de hilo y zapaticos de seda, durmiendo en cuna de caoba que la mandaron al amo de regalo desde el Norte, siempre en mis brazos o en los de Señorita, en los de la niña Antoñica, hasta en los del amo, porque su merced era muy chiqueada por todas las personas, porque su merced lloraba, o se quejaba de algo, se venía la casa abajo y eran pocos los amos, los amigos y los criados para correr por el médico, para ir a la botica y atender a la niña, hasta que se le pasaba el dolorcito y se ponía buena.
Descalzos, vestidos con una camisita toda rota y unos pantalones cortos, atados por un solo tirador y dos botones, la melena enredada como berenjenal, fijaron en el padre la mirada, a la vez atrevida y humilde, muy serios, mientras el oficial repetía la pregunta con una pequeña variación.
Tenía los pies desnudos, la cabeza envuelta en un pañuelo descolorido, un sombrero todo deformado y agujereado, y en las espaldas, un ponchito miserable, una camisita rota y sucia y un pantalón corto completaban el ajuar, capaz de dar frío con su sola vista.
Tienen hijos de todas edades, desde el hombrecito cuyos labios empiezan a criar vello, hasta la criatura cuyo pudor no exige todavía más que una camisita, y que se siguen de año en año, con una regularidad de majada estacionada.
Serio como una lechuza, muy tieso en su camisita, y descalzo, Román caminaba en el patio lentamente, y con un aire de importancia que contrastaba con su alegre modo de ser habitual y con su talla de criatura de tres años escasos.

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