Ejemplos con cañamones

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Por la mañana al despertarnos, Germán les gritaba: ¡Chiquitines! Y los pájaros venían volando hasta nuestra cama y se comían el alpiste y los cañamones que tenían preparados en la mesa de noche.
¡Alquimia y cartomancia! Cenar con la tía era permanecer allí dos horas más, oyendo la cansada cantinela, era igualmente el mal paso de tener que comer gachas, piruétanos, cañamones y beberse a la postre un jarro de aguas cocidas, era oír una salmodia antiestomacal, impregnada de orégano, estar bajo la presión y entre las garras de un desordenado y misterioso genio de ojos plateados y verdes, caer bajo el oscuro poder de la magia, era beber, con la salvia, el jugo de la locura y comer, con los cañamones, el tuétano y sustancia de todos los desvaríos posibles.
-Y saben tanto, interrumpió Rafael, que éstos echan al suelo los cañamones que les damos para regalárselos a los forasteros.
Ea, ábreme la puerta, que voy a Avellaneda a ver si puedo introducir estos cañamones por entre los alambres de la jaula.
Y según hemos oído asegurar a muchas gentes, para que cante una copla el ya marido de Lola la Miraflores, hácese preciso que se lo suplique catorce veces, por lo menos, Joseíto el Cañamones.
-Por vía de Dios y de la Santísima Virgen, chavó, que canta usté que pone er pelo de punta, camara -exclamo brusca y apasionadamente el Cañamones cuando el Tano hubo puesto fin a su seguidilla gitana.
Tornó a quedar pensativo el Cañamones, y tras otros instantes de vacilación, díjole sonriendo irónicamente al ecijano:.
El Cañamones quedó pensativo durante algunos instantes, miró después con escrutadora intensidad al de Écija, y.
-Güeno, pos no está esaboría der to esa carta, no, señó, que no está esaboría -exclamó con voz ronca y vibrante el Cañamones.
-Güeno, ¿y qué más? -exclamó con acento sordo el Cañamones, al cual a medida que hablaba el de Écija íbasele ensombreciendo más y más el atezado semblante.
-Pos que Dios Uno y Trino le conserve a usté la sirena -repúsole Joseíto el Cañamones, sonriendo irónicamente y mirando irónicamente también a aquel típico representante de la gitanería andaluza.

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