Ejemplos con bernardos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

También se expandió el apellido a la zona del Euskadiy la Aquitania, apareciendo en Navarra el padre Pedro de París, obispo de Pamplona, fundador del monasterio de los Padres Bernardos en Iranzu.
Vocales: Francisco Pascual Aparicio, Félix Grande Bernardos, María Felicidad Marín Santamera y Susana Díaz Rodríguez.
También en Segovia, en la localidad de Bernardos se halla un cerro donde estaba el castillo, de cuyo recinto solo queda una ermita llamada Nuestra Señora del Castillo.
Santa María de Bermés, presentación del Monasterio de Bernardos de Acebeiro.
Y yo digo: si mis fines son honrados y nobles, ¿qué importa que me haya valido del engaño y la barbarie para realizarlos? ¡Qué sofisterías, dirás tú, se trae ahora mi caballero! Yo respondo, dulce mujer mía, que los que debemos al cielo una buena posición y un apoyo de amistades poderosas, resucitamos, sin quererlo, en nuestra edad de pólvora, las gracias y desgracias de la edad feudal, y naturalmente, al trasplantar la caballería, le imprimimos el carácter de la vida presente, de donde resulta que, teniendo los modernos adalides más afinidad y parentesco con los caciques de salvajes que con los Cides y Bernardos, la Orden que profesamos debe llamarse del antes que de la Caballería.
Recobradas una y otro, tanto él como Ibarburu dieron betún a sus botas, rasparon hasta donde era posible las cascarrias de sus balandranes, se asearon un poco, y se fueron tan ternes al cercano Monasterio de bernardos de Oliva, con objeto de besar la mano a la Majestad de Carlos V, que allí tenía su alojamiento.
Hicieron los dos clérigos puntualmente todo lo que mandaba la etiqueta, mostrándose Ibarburu extremadamente flexible de espinazo, y después de reparar el estómago con bizcochitos y vasos de vino que en el refectorio ofrecían los bernardos, se volvieron a Carcastillo con descansado andar, charlando en tonos de la mayor confianza.
aplaudido, y en competencia de dos Bernardos está consultado en un generalato, y dicen.
Grecia, con los Bernardos de España, ya no hay corazón, ni valen fuerzas, ni aprovecha la.
Y yo digo: si mis fines son honrados y nobles, ¿qué importa que me haya valido del engaño y la barbarie para realizarlos? ¡Qué sofisterías, dirás tú, se trae ahora mi caballero! Yo respondo, dulce mujer mía, que los que debemos al cielo una buena posición y un apoyo de amistades poderosas, resucitamos, sin quererlo, en nuestra edad de pólvora, las gracias y desgracias de la edad feudal, y naturalmente, al trasplantar la caballería, le imprimimos el carácter de la vida presente, de donde resulta que, teniendo los modernos adalides más afinidad y parentesco con los caciques de salvajes que con los Cides y Bernardos, la Orden que profesamos debe llamarse del Caciquismo antes que de la Caballería.

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