Ejemplos con atonía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La Guerra Civil supone un paréntesis de estancamiento y atonía, que sólo rompen esperpénticos montajes de idas y venidas de líderes políticos.
Liquidamos, por tanto, en esta hora, todas las herejías científicas que secaron y agostaron los cauces de nuestra genialidad nacional y nos sumieron en la atonía y la decadencia.
Se sabe que el fármaco empeora las condiciones de las personas con miastenia gravis, íleo paralítico, megacolon tóxico y atonía intestinal.
Debe acompañarse de tratamiento sintomático, que incluirá cardiotónicos y diuréticos para controlar la extravasación de fluidos y ruminatorios para la atonía.
Abandonado el esmero de su persona, inerte, con una atonía enfermiza v dolorosa, parecía una planta afotista sin flores ni galas.
La tripulación estaba aniquilada, los marineros trabajaban como febricitantes, yo temía que, de descansar, se apoderara de ellos la atonía y pereciéramos todos en aquellos parajes inhospitalarios.
Apoderábanse de ella somnolencias tenaces, largas, modorras profundas, en que todo su organismo, sumido en atonía vaga, remedaba y presentía el descanso final de la tumba.
Hasta tal punto, que un amigo que me conoce me reprochaba una vez diciéndome que la lectura de los sucesos pasados iba a producir en mi espíritu una peculiar atonía, porque cualesquiera que fueran nuestros males, hojeando un libro de Historia, de cualquier pueblo, de cualquier época, encontraba en sus páginas el relato de una situación infinitamente peor.
En mi escrito, que no tiene principio ni fin, ensalcé el radicalismo puro, única receta para sacar a esta Nación de su atonía y somnolencia mortíferas.
¡, y por Allah Gracioso, que no sé, al escribir esto, si debieron moverme a indignación o a risa las manifestaciones de , original y desvergonzado profeta! Pero en aquel momento, yo era tan incapaz de regocijo como de cólera, por el tristísimo estado de atonía y de inmovilidad en que me puso mi pavor de los rostros hispanos.
La atonía siguió, con el deseo de sueño no satisfecho y luego una punzada detrás del ojo izquierdo, la cual se aliviaba con la compresión bajo la ceja.
El reposo relativo del espíritu de Doña Blanca cuando pensó haber hallado la solución de su difícil problema, la hizo caer en una postración, en una atonía peligrosa.
-¿De verás se marcha usted? -dijo Amaranta saliendo de su atonía.
Es de suponer que sufría entonces una grande atonía intelectual.
Cuando sintió las manos de la que había sido, aunque por poco tiempo, su compañera y amiga, volvió hacia ella la cara cubierta de palidez, y expresando cierta atonía, la miró, y con voz tenue y como indiferente, dijo: ¿Yo?.
Clara se retiró muy angustiada, y principiando a perder ya el conocimiento exacto de su desventura, hallábase próxima a entrar en ese período de atonía que precede a las grandes enajenaciones.
El descuido, el abandono, la atonía y un sopor estúpido se pintaban en su actitud.
atravesaba una palabra, hundiéndome lentamente en una atonía.
apariencias extrañas, o reproduce lo pasado o previene lo futuro, otros, y éstos son los más frecuentes, después de algunas horas de atonía de la inteligencia práctica, vuelvo al mundo de los.
¡Cuánta vida, cuánto ardor, cuánta belleza en el universo! ¡Qué lujo de fuego y de colores después de tanto tiempo en que mis ojos sólo vieron la atonía del color y de la existencia!.
En cuanto a su esposa, tampoco sorprendió que, después de varios ataques de convulsiones histéricas, explicables por la pena, hubiese caído en una especie de atonía, y luego en una devoción estrecha y rigurosa, sin salir de la iglesia en toda la mañana.
-Eso no puée ser más que quea -exclamó tras algunos instantes de atonía.
Para desconcertar a imaginarios perseguidores, porque en su obsesión suponía que todos sabían que el Mayor la esperaba en la esquina de Rivadavia, dobló por Cangallo hacia el centro y siguió por Artes hasta Piedad: al entrar en esta calle ya no sabía qué hacer, estaba frenética, loca, de pronto se le ocurrió volverse, después cayó en una gran atonía por la propia fuerza de su desesperación, y siguió su camino rezando un padrenuestro, al entrar en Cerrito, caminó aún más ligero, como esos enfermos que toman precipitadamente una droga amarga, parecía que ella también quería pasar de una vez el mal trago.
A una exaltación sentimental sucedía un marasmo del espíritu que causaba atonía moral, la horrorizaba pensar que en tales días eran indiferentes para ella virtud y crimen, pena y gloria, bien y mal.
El señor Paco, tras pasarse el dorso de la encallecida mano por los ojos, intentó arrancar a su amigo de junto a la muerta, a la vez que todos los que formaban el duelo, sorprendidos por el ruido de la terrible escena, penetraban en tropel en la estancia mortuoria, pero Joseíto, apartando un punto su rostro, tan pálido como el de ella, de Rosalía, contempló con expresión llena de atonía a todos los que le acababan de rodear, y sólo al ver a la señora Micaela, hizo explosión su dolor, hasta entonces mudo y reconcentrado, y un sollozo largo, ronco, desgarrador, sollozo que parecía haber roto al explotar las fibras de su corazón y todos los músculos de su garganta, fue el preludio de una deshecha tempestad de lágrimas, que se confundieron con las de la pobre vieja, que habíase abrazado al cuello de aquél, cuyo dolor se besaba con el suyo al siniestro fulgor de los amarillentos blandones.
Vencida del horrible cansancio, quedó Teresa en visible atonía y somnolencia, colgante la cabeza sobre el pecho, y este momento aprovechó la criada para correr a dar aviso a Manolita, dejando a su ama al cuidado del sereno.
Los tiempos bobos que te anuncié has de verlos desarrollarse en años y lustros de atonía, de lenta parálisis, que os llevará a la consunción y a la muerte.
El descuido, el abandono, la atonía y un sopor estúpido se pintaban en su actitud.
extraño contraste con la atonía meditabunda del.
Su madre, opulentísima señora, andaba loca con el afán de darle salud, y el médico, fijándose en la índole del padecimiento del niño, decía que, principalmente, dimanaba de una especie de atonía o insensibilidad, efecto de que su sistema nervioso se encontraba como amodorrado o dormido, y no comunicaba al organismo las reacciones vitales y al espíritu la fuerza necesaria.

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