Ejemplos con arcabuces

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tras estos, cinco contingentes más: soldados a pie con espadas de hierro y escudos de cuero o madera, caballeros con coraza armados con lanzas de hierro, espadas y escudos de madera, arqueros, más caballeros, y más soldados armados con arcabuces, por último, nativos de Tlaxcaltecas, Tliliuhquitepec y Huexotzinco.
Los diferentes clanes también homogeneizaron las longitudes de sus yari, por ejemplo, los utilizados por los lanceros del clan Oda pasaban de los cinco metros, en parte por su uso como protección contra las tropas armadas de arcabuces, que necesitaban que un compañero mantuviese al enemigo a raya mientras recargaban pero a medida que las armas de fuego se volvieron más habituales en las batallas la utilidad del yari comenzó a decaer.
De este modo, las descripciones de jinetes, caballos, arcabuces, espadas y armaduras impresionaron a la realidad mesoamericana.
Las tropas de Sin se enfrentaron a las del samurái Konishi Yukinaga en un lugar llamado Tangeumdae, donde el fuego de los arcabuces japoneses evitaron que la caballería pudiera siquiera acercarse.
Debido a la ausencia total de cañones en los barcos japoneses, principalmente durante la primera fase de la guerra, la flota coreana podía bombardear las naves enemigas y mantenerse fuera del alcance de los arcabuces, flechas y catapultas enemigas.
Cuando los diplomáticos japoneses ofrecieron como regalo a la corte Yi algunos arcabuces, el arma fue desestimada por la corte, a pesar de las observaciones del oficial Yu Seong-ryong, quien abogaba por su utilización.
Tanto en Corea como en China se habían utilizado con anterioridad armas de fuego similares a los arcabuces portugueses, pero en modelos más antiguos.
Debido a estos conflictos, su orientación militar se había enfocado en el uso de arcabuces, que habían adoptado de los portugueses.
Durante el primer tercio del siglo XVI, la caballería pesada - jinetes equipados con armadura completa a lomos de grandes caballos, cuya maniobra consistía en una carga lanza en ristre - se ve superada por la combinación en la infantería de cuadros formados por arcabuces y picas, que ofrecen protección frente a una carga - erizo de picas - al tiempo que pueden ofender a distancia con el uso de armas de fuego.
Los arcabuces de perdernal muy pequeños a los que se refiere el texto no son otra cosa que pistolas.
Las tropas de los Ikk -ikki inmediatamente contra-atacaron y pudieron utilizar sus propios arcabuces, los cuales habían cubierto durante la tormenta.
Los defensores dormían en las murallas con sus arcabuces y armaduras, a pesar de su tremenda inferioridad numérica, desalentaron a Hideyoshi para atacar.
Había organizado un ejército, el cuarenta por ciento armado con arcabuces, que lógicamente podría continuar la empresa de pacificación,y el que controló el ejército de Nobunaga fue Hideyoshi, casi tan experto como él en cuestiones militares.
Entre la ferocidad del ataque de los arcabuces y el estricto control mantenido por los horo-shu, los arcabuceros se mantuvieron en sus posiciones y pudieron disparar varias rondas contra la caballería.
Los muros exteriores ostentan todavía señales de troneras horadadas y aspilleras de diversos géneros, unas para los vigías o centinelas, otras para los fuegos de arcabuces y mosquetes, y otras para la ballestería.
Sale el clérigo Valverde, le muestra un breviario al Inca, éste lo examina y lo tira al suelo, Valverde retrocede voceando, suena un cañonazo, sale la caballería, los arcabuces comienzan a escupir fuego y entre la sorpresa y el pavor que causaron a los indígenas, poco tiempo la enorme plaza estaba llena de cadáveres.
Ya sin la necesidad de repeler los ataques de la caballería samurái así como de escuadrones de arcabuces, se realizaron intentos para convertir el Gory kaku, así como otros castillos a lo largo del país en posiciones defensivas en contra de los cañones de las flotas navales occidentales.
El único desarrollo crucial que impulsó nuevos tipos de arquitectura defensiva no fue el cañón, sino los arcabuces, donde escuadrones de infantería y caballería podían atravesar fácilmente la madera con sus disparos, lo que obligó a la construcción de castillos de piedra.
Las piedras de fundamento resistían mejor el daño ocasionado por las balas de los arcabuces que la madera o la tierra, además de que el tamaño considerable de todo el complejo lo hacías difícil de destruir.
Aunque duelos de arqueros tradicionalmente precedían una batalla de samurái desde el periodo Heian, intercambio de balas con arcabuces tenían un efecto más dramático en la batalla.
Tiene una biblioteca con más de siete mil volúmenes, y colecciones de tapices flamencos y goyescos, guadamecíes, platería cordobesa, alfombras, arcabuces, muebles del siglo XVII, porcelanas etc.
Los tlaxcaltecas se asombraron del poderío de los conquistadores que llegaron con armas desconocidas, como cañones y arcabuces, y montando caballos, animales que no existían en América y que por lo mismo, impresionaban.
Se arrodillan, invocan al apóstol Santiago, y esperando un milagro, atacan con sus escopetas, arcabuces, lanzas y hachas.
Amainaron entonces, y, echando el esquife o barca a la mar, entraron en él hasta doce franceses bien armados, con sus arcabuces y cuerdas encendidas, y así llegaron junto al nuestro, y, viendo cuán pocos éramos y cómo el bajel se hundía, nos recogieron, diciendo que, por haber usado de la descortesía de no respondelles, nos había sucedido aquello.
Todo era poner espías, escuchar centinelas, soplar las cuerdas de los arcabuces, aunque traían pocos, porque todos se servían de pedreñales.
Apenas dijo estas últimas palabras Sancho, cuando volvió a sonar la música de las chirimías y se volvieron a disparar infinitos arcabuces, y don Quijote se colgó del cuello de Sancho, dándole mil besos en la frente y en las mejillas.
Finalmente, las cornetas, los cuernos, las bocinas, los clarines, las trompetas, los tambores, la artillería, los arcabuces, y, sobre todo, el temeroso ruido de los carros, formaban todos juntos un son tan confuso y tan horrendo, que fue menester que don Quijote se valiese de todo su corazón para sufrirle, pero el de Sancho vino a tierra, y dio con él desmayado en las faldas de la duquesa, la cual le recibió en ellas, y a gran priesa mandó que le echasen agua en el rostro.
Don Quijote, que vio tan malparado a Sancho, arremetió al que le había dado, con la lanza sobre mano, pero fueron tantos los que se pusieron en medio, que no fue posible vengarle, antes, viendo que llovía sobre él un nublado de piedras, y que le amenazaban mil encaradas ballestas y no menos cantidad de arcabuces, volvió las riendas a Rocinante, y a todo lo que su galope pudo, se salió de entre ellos, encomendándose de todo corazón a Dios, que de aquel peligro le librase, temiendo a cada paso no le entrase alguna bala por las espaldas y le saliese al pecho, y a cada punto recogía el aliento, por ver si le faltaba.
Al principio pensó que algún tercio de soldados pasaba por aquella parte, y por verlos picó a Rocinante y subió la loma arriba, y cuando estuvo en la cumbre, vio al pie della, a su parecer, más de docientos hombres armados de diferentes suertes de armas, como si dijésemos lanzones, ballestas, partesanas, alabardas y picas, y algunos arcabuces, y muchas rodelas.
Con esta intención siguió su camino, por el cual anduvo dos días sin acontecerle cosa digna de ponerse en escritura, hasta que al tercero, al subir de una loma, oyó un gran rumor de atambores, de trompetas y arcabuces.

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