Ejemplos con alero

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Además, el también llamado disco rojo es el último álbum de estudio publicado bajo el alero de la compañía discográfica EMI Odeón Chilena.
La fachada a la Calle Mayor cabe ser conceptuada como la principal tanto por ser la única realizada en su totalidad con piedra labrada como por las características del alero, con doble hilera de canes tallados y elementos ornamentales en forma de botellas invertidas colgando en los entrepaños de la tabla.
En cuanto a los trabajos de madera, en el exterior tan sólo destacan los canes del alero de la fachada principal, sin embargo en el interior hallamos estructura de madera en tabiquería y cubierta, puertas, barandillas, etc.
El alero presenta amplio vuelo con jabalcones que apean a postes de fachada.
Se juega con la rotunda fuerza de la textura y el color de la piedra en contraposición a la humildad de la cal y la teja que conforman el resto de sus fachadas, con toda la carga de significado, orden y jerarquía que ello conlleva, si bien se echa de menos el alero tradicional.
El alero del granero, con bastante vuelo, es de madera.
En la base del alero del tejado otro sillar con sogueado rematado por un baquetón.
Con una interesante escalera interior y el monumental alero de madera.
Lo mejor conservado de la iglesia de Santo Tomé de Piñeiro, es su cabecera poligonal que se asienta sobre tres rebancos que lleva en cada uno de los cuatro vértices una gruesa columna sobre podium que llega hasta el alero con capiteles casi cúbicos y de tosca labra de entrelazos.
Esta fachada se remata con una cornisa moldurada sobre la que apea el alero de la cubiera con los canes labrados y roleos.
El primitivo caserón es gótico mediterráneo con el patio descubierto y con su escalera volada, con puerta ojival en el entresuelo, al igual que en la fachada, con ventanales adintelados en el entresuelo y trilobulados en la altura principal, al igual que en las ventanas situadas debajo del alero.
Aparece estructurado por un arco de medio punto flanqueado por dos pilastras lisas con capiteles jónicos, de volutas con un pequeño follaje de hojas de acanto que soportan un entablamento rematado por el alero correspondiente al tejado.
La figura de Ernesto Miranda, como líder gremial, se forjó bajo el alero de los valores de esa vieja estirpe de sindicalistas ácratas que venía forjándose desde fines del siglo XIX, cuya entrega a la causa obrera era a toda prueba.
De talla profusa, tanto en la base como en la parte inferior del antepecho y el alero, cuenta con tres columnillas corintias con sus zapatas igualmente talladas.
Los esgrafiados recorren asimismo la línea superior de la fachada, por debajo del alero.
En la planta bajo cubierta aparecen cuatro huecos rectangulares ordenados bajo el potente alero.
Hoy se la conoce como la ermita de San José Obrero, y queda en la vecindad el recuerdo de la oración escrita en las cuatro fachadas de su alero:.
En la parte más alta de la fachada extendíase una fila compacta de ventanillas con adornos góticos, unas tapiadas, otras abiertas para dar luz y aire a los desvanes, y sobre ellas el alero monumental, el alero grandioso, como sólo se encuentra en los palacios de Mallorca, extendiendo hasta el promedio de la calle su ensamblaje de maderos tallados, ennegrecidos por el tiempo y sostenidos por vigorosas gárgolas.
Era de piedra amarillenta, y estaba cubierto de blasones, de musgo y de rendijas, el alero se caía, y los balcones se desmayaban.
El señor Neira había hecho labrar fantásticos escudos junto al alero del palacio para que se vieran de lejos y de muy lejos, pero no de cerca, por eso, por fantásticos.
Aquella casona de sillares de granito, angostos y escasos huecos de románico diseño, gran portón de arco apuntado y escudos junto al alero, es un señorón feudal que se atreve a mirar a la Iglesia casi par a par y se mantiene apartado de ella.
En la presa bogaban con pachorra hasta media docena de patos, e infinitos gorriones revolaban en el alero irregular del tejado, mientras en el obscuro agujero de una de las desiguales ventanas florecía un tiesto de petunias.
En un balcón cantaba un viejo, de tan elevada estatura, que su boina parecía tocar el alero.
Arriba, la fachada de piedra lisa, amarillenta, carcomida, con un retablo de gastada es cultura, dos portadas vulgares, una fila de ventanas bajo el alero, santos berroqueños al nivel de los tejados, y como final, el campanil triangular con sus tres balconcillos, su reloj descolorido y descompuesto, rematado todo por la fina pirámide, a cuyo extremo, a guisa de veleta y posado sobre una esfera, gira pesadamente el pájaro fabuloso, el popular con su cola de abanico.

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