Ejemplos con acostó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Como éste no se encontraba, se acostó en su catre de campaña a esperarlo.
El actor Nicholas Lea interpreta a un hombre que se acostó con una mujer que después cambio de sexo.
Pero Glaurung volvió a hacer de las suyas en el bosque, saliendo de Nargothrond se acostó y durmió sobre el río Teiglin en las cercanías de Cabed-en-Aras, luego de quemar una parte del Bosque.
En su juventud, fue un gran amigo de Derek Shepherd y un segundo hijo en la familia de Shepherd, aunque se acostó con al menos una de las hermanas de Shepherd, Nancy.
Otras de las relaciones sentimentales de Sam comentadas durante la serie son las mantenidas con una señorita de compañía de alto standing llamada Laurie e interpretada por Lisa Edelstein con la que se acostó sin saber su profesión o con la hija de Leo McGarry, Mallory O'Brien, profesora de cuatro grado.
A media noche, cuando se acostó Febrer, aún no había salido de su asombro.
Aquella noche se acostó temprano y no durmió, pero, en cambio, sudó copiosamente.
Fuertemente sobreexcitada por una idea espantosa, se acostó otra vez, pero no logró dormir.
Doña Paula salió al cabo de una hora con los ojos enrojecidos de llorar, llevándose la mano al corazón, del cual padecía a menudo, en dirección a su cuarto, y se acostó.
Pero Juan aquella noche se acostó triste, y Lucía misma, que amaneció junto a la ventana en su vestido de tules, abrigados los hombros en una aérea nube azul, se sentía, aromada como un vaso de perfumes, pero seria y recelosa.
Y sin embargo, Roseta aquella noche cenó y se acostó pensando en el nieto del tío.
Echó entonces él mismo la carta en el correo, y a las dos se acostó sin desnudarse del todo, para descansar hasta el alba.
Y el valentón, cerrando la barraca, se acostó.
Teresa le acostó en su cama al ver que el pobrecillo seguía temblando entre sus brazos, agarrándose a su cuello y murmurando con voz semejante a un balido:.
Se acostó un día sobre la paja, negándose a salir, mirando a Bastiste con ojos vidriosos y amarillentos que hacían expirar en los labios del amo los votos y amenazas de la indignación.
Este parecía dormido profundamente, y su esposa se acostó sin sueño, con el ánimo más dispuesto a la centinela que al descanso.
¿Lo sabes tú? Cuando aquel obispo fue a la visita pastoral y se acostó en la cama del cura Veréis.
Cediendo a los ruegos de su marido y de doña Lupe, se acostó, y a prima noche estaba más tranquila, desvelada, sin ningún apetito, oyendo con desagrado el ruido de los platos y cucharas que del comedor venía a la hora de cenar.
Una tarde de fines de Marzo se sintió tan mal, que hubo de retirarse a su casa y se acostó.
Despidiose hasta el día siguiente, y la dolorida se acostó diciendo a la criada mientras la ayudaba a desnudarse: Honrada soy, y lo he sido siempre.
Fortunata no se acostó en la cama, porque hacía mucho calor.
Llegó y se acostó, deseando apagar la luz para pensar sobre la almohada.
La esposa no se acostó, y acercando una butaca a la cama, y echándose en ella, cerró los ojos.
Y dió una docena de besos a su hija, y se acostó en la cama que habia sido de D.
—Podemos, pues, asegurar que, empezando por el Palacio del señor Obispo y concluyendo por la última cueva de gitanos, todo el mundo se acostó y durmió aquella noche pensando en nuestro héroe, en la dramática historia de su juventud, en su amor a Soledad, en las amenazas que profirió al marcharse y en el conflicto que de seguro iba a ocasionar su vuelta.
El otro se acostó, esperando cumplir por la mañana su deseo, cuando se levantasen.
Una vez contó que una doncella discreta y bien entendida, por acudir a la voluntad de sus padres, dió el sí de casarse con un viejo todo cano, el cual la noche ántes del dia del desposorio se fué, no al rio Jordan como dicen las viejas, sino a la redomilla del agua fuerte y plata, con que renovó de manera su barba, que la acostó de nieve y la levantó de pez.
Y, con esto, cerró de golpe la ventana, y, despechado y pesaroso, como si le hubiera acontecido alguna gran desgracia, se acostó en su lecho, donde le dejaremos por ahora, porque nos está llamando el gran Sancho Panza, que quiere dar principio a su famoso gobierno.
Don Quijote dijo que sí haría, y así, le aderezaron uno razonable en el mismo caramanchón de marras, y él se acostó luego, porque venía muy quebrantado y falto de juicio.
En esta maldita cama se acostó don Quijote, y luego la ventera y su hija le emplastaron de arriba abajo, alumbrándoles Maritornes, que así se llamaba la asturiana, y, como al bizmalle viese la ventera tan acardenalado a partes a don Quijote, dijo que aquello más parecían golpes que caída.

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