Ejemplos con acosan

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tras un banquete acompañado de copiosas libaciones, los recién llegados se dispersan por las calles, acosan y luego degüellan sin piedad a todo aquel que lleva barba.
No puede tener un trabajo estable ya que sus jefes lo acosan.
, en el que un grupo de legionarios, entre los que se encuentra su comandante Julio César, entierran un cofre con el dinero de las pagas en una ciénaga, debido a que se ha quedado atrapada en el barro, después de hacer un rudimentario mapa con la localización del tesoro huyen de las bandas de guerreros britanos que los acosan hacia el último barco que zarpa de la orilla.
Esto es advertido por la guerrilla afgana quienes los siguen y los acosan con sus precarios medios, con solo un RPG.
Me acosan como perros, quieren que viva fuera de las ciudades, me acorralan, empujándome hacia el monte, hacia el desierto, donde no existen seres humanos.
Me acosan, me asaltan, y he de oírles, por lo menos.
Toda esta infernal conjuración asedia sin descanso al jugador de mi ejemplo, y esto es lo que le incomoda y le saca de quicio, esto es lo que le ensoberbece y descompone, no los tres míseros ochavos que pierde en la partida, esto es, en fin, lo que no toman en consideración los hombres de «mucha correa» que le acosan en vez de ayudarle, no a ganar, que absurdo fuera entre contrarios, sino a vencer a los conjurados, con un poco de tolerancia y de afabilidad.
¡Nación de fanáticos, donde salen todavía procesiones con encapuzados inquisitoriales! ¡Donde los mendigos os acosan y la barbarie trasuda! Y al mismo tiempo que formula estas invectivas, el fabricante siente en su interior un reconcomio oscuro, quizá la pena de no haber sabido, durante unos minutos, ser tan bárbaro, tan novelesco como España, para retener a su mujercita.
Así pues, señor caballero, haced lo que gustéis de nosotros, pero no extrañéis que nos defendamos, porque eso lo hacen todos los animales cuando los acosan.
Me acosan con calumnias, malos decires y falsos testimonios.
está tragando mucha quina, una barbaridad de quina, apretado entre dos muelas cordales, pues de una parte pesan sobre él los malditos moderados, los Chestes, Moyanos y Orovios que le piden neísmo, intolerancia y tente tieso, y de otra parte le acosan los alfonsinos que vienen de lo de Alcolea y quieren franquicias, unas miajas de Soberanía Nacional y vista gorda para el libre pensamiento.
-Quiero instalarme bien -le dije-, poner una casa decorosamente amueblada, y me acosan al propio tiempo algunas deudas apremiantes.
En este instante le acosan remordimientos.
Los apetitos acosan a los ideales, tornándose dominadores y agresivos.
El favoritismo es su esclavitud frente a cien intereses que los acosan, ignoran el sentimiento de la justicia y el respeto del mérito.
Mira alto y lejos, va derechamente, sin las prudencias que traban el paso a las medianías, sin detenerse ante los mil interrogantes que de todas partes la acosan para distraerle de la Verdad que le entreabre algún pliegue de sus velos.
No transige nunca movido por vil interés, repudia el mal cuando concibe el bien, ignora la duplicidad, ama en la Patria a todos sus conciudadanos y siente vibrar en la propia el alma de toda la Humanidad, tiene sinceridades que dan escalofríos a los hipócritas de su tiempo y dice la verdad en tal personal estilo que sólo puede ser palabra suya, tolera en los demás errores sinceros, recordando los propios, se encrespa ante las bajezas, pronunciando palabras que tienen ritmos de apocalipsis y eficacia de catapulta, cree en sí mismo y en sus ideales, sin pactar con los prejuicios y los dogmas de cuántos le acosan con furor, de todos los costados.
¡Oh, amigos míos!, ¡si supierais el apuro en que se encuentra vuestro hidalgo capitán, muy poco tardaríais en desplegar mi gloriosa bandera y en arremeter con los miserables que le acosan!.
-¡No sé por qué no me he reprimido! Pero lo acosan a uno, lo ponen fuera de sí, y las palabras se escapan solas.
que llaman es a usted!’ ‘¿Pero por qué me acosan a mí?’ ¡Y ellos mismos se.
Si me acosan, nos obligarían a tomar el.

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