Ejemplos con aclamaciones

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En contra de todas las expectativas, recibió calurosas aclamaciones por esta interpretación.
Las aclamaciones solo cesaron cuando el Presidente pronunció con voz clara y conmovida su discurso, del cual reproducimos algunas partes:.
Esterházy, el verdadero traidor, fue absuelto, y recibido con aclamaciones y aplausos por los sectores conservadores, monárquicos y nacionalistas.
El alférez mayor era el que alzaba el pendón real en las aclamaciones de los reyes y tenía voz y voto en los cabildos de los ayuntamientos con asiento preeminente y el privilegio de entrar en ellos con espada.
Josué fue alabado por Moisés en presencia de las tropas que unieron a su elogio sus aclamaciones,.
Tanto la ópera como la grabación obtuvieron las aclamaciones inmediatas de la crítica.
La ópera se convirtió en un matrimonio de las artes, un drama musical, llena de canciones gloriosas, vestuario, música orquestal y aclamaciones, algunas veces, sin el aporte de una historia plausible.
Aquel mismo día, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción es proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia, la flor y nata del ejército español.
Los inesperados viajeros recibieron las aclamaciones de miles de pastusos a lo largo de las vías, plazas y avenidas de la capital nariñense.
Allí el duque de Sesto dio la bienvenida al rey de España, y entró junto a él en Madrid entre las aclamaciones y vítores del pueblo madrileño, que saludaba el regreso del monarca y de la dinastía de los borbones.
Aclamaciones: por el coro de los fieles, probablemente espontáneas al principio, y muy sencillas, fueron refinándose y se hicieron rituales.
En Santiago del Estero, en el mes de febrero, Ibarra ingresó en su provincia en febrero, recibido con aclamaciones por la población.
Enarbola Vicente Domenech su bandera entre aclamaciones de todo tipo que no cesaban a su alrededor, se dirige Vicente hacia la Plaza del Mercado.
Al concluir el drama, aclamaciones y ovaciones levantaban humo.
Toda Europa pasaba por allí, toda Europamenos los dos Imperios enemigossaludaba espontáneamente con sus aclamaciones a la Francia en peligro.
Los marineros rubios de la goleta gritaron, contestando a las aclamaciones de sus camaradas de los sumergibles: .
Eran pasajeros de primera clase que accedían a tomar parte en la ceremonia, y cuya presencia saludaba el público con gritos y aclamaciones.
Cuando nuestro buque fondee en Buenos Aires, verá usted banderas, oirá músicas y aclamaciones.
Sin cesar en sus cánticos, hacían fuego sobre todos los que al borde de la cuesta contestaban a sus aclamaciones con gritos de protesta.
Y las aclamaciones a la Virgen, interrumpíanlas con frecuentes descargas.
Algunos discípulos de la Universidad jesuítica, pareciéndoles estas aclamaciones demasiado vulgares, daban vivas a la Unidad Católica, y los aldeanos los contestaban con rugidos de entusiasmo, sin entender lo que aquello significaba, pero adivinando que debía ser algo contra los impíos de la odiada Bilbao.
Eran aclamaciones interrumpidas por tiros.
Cuando se convenció de que no podíamos salvarle, rompió en lloros y aclamaciones a la Virgen, lo mismo que don Tomás.
A las puertas del lugar salieron los muchachos y los hombres de a pie a recibir la lucida cabalgata, y todos entraron por aquellas calles al son de las campanas que se habían echado a vuelo, entre vivas y aclamaciones, y atronando el aire a tiros de cuantas escopetas estaban servibles en Villafría.
Mas convencido de que no era error, lanzó otra exclamación más fuerte y al instante se enteraron todos, y Juan Pablo fue objeto de aclamaciones y plácemes, unos sinceros, otros con su poco de bien disimulada envidia.
Trinidad Muley, las cristianas aclamaciones en que prorumpió la muchedumbre, los santos discursos del bondadoso sacerdote, su lloro, sus caricias, la visita del Niño Jesus, el alarde de impiedad con que él la habia recibido, el dolor que esto habia causado al buen Padre de almas, la aparicion de la madre y del hijo de Soledad, el digno lenguaje de la anciana, el llanto y la sonrisa del aquel inocente niño, y los insultos y amenazas del ofendido Cura, de su generoso protector, del sér que más le amaba en el mundo.
—Y, cuando éste salió a la calle, y se encaminó a la iglesia de San Antonio, a dar gracias a la Vírgen de la Soledad, no fueron saludos, sino aplausos y aclamaciones, los que recibió de todo el vecindario.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba