Categoría gramatical / tiempo verbal de embrutecían

Como Conjugación De Embrutecer

Verbo Transitivo

Los Verbos Transitivos son aquellos que necesitan de complemento para tener sentido pleno.

Verbo Pronominal

Los Verbos Pronominales son aquellos que se conjugan junto a un pronombre átono.

2ª Persona Plural Del Pretérito Imperfecto De Indicativo De Embrutecer

El Pretérito Imperfecto de indicativo se utiliza para hablar de acciones que tuvieron inicio en un pasado no concreto y cuyo fin tampoco se concreta. También se utiliza para dar énfasis de continuidad a acciones del pasado. Veamos algunos ejemplos:

• Mientras pasaba por delante de la ventana, yo la miraba atentamente. Aquí se utiliza para expresar una situación que tuvo inicio en el pasado y cuyo fin no se concreta
• Siempre estaba dispuesto a ayudarme cuando lo necesitaba. Aquí se utiliza para dar énfasis de continuidad a una acción

Como Conjugación De Embrutecer

Verbo Transitivo

Los Verbos Transitivos son aquellos que necesitan de complemento para tener sentido pleno.

Verbo Pronominal

Los Verbos Pronominales son aquellos que se conjugan junto a un pronombre átono.

3ª Persona Plural Del Pretérito Imperfecto De Indicativo De Embrutecer

El Pretérito Imperfecto de indicativo se utiliza para hablar de acciones que tuvieron inicio en un pasado no concreto y cuyo fin tampoco se concreta. También se utiliza para dar énfasis de continuidad a acciones del pasado. Veamos algunos ejemplos:

• Mientras pasaba por delante de la ventana, yo la miraba atentamente. Aquí se utiliza para expresar una situación que tuvo inicio en el pasado y cuyo fin no se concreta
• Siempre estaba dispuesto a ayudarme cuando lo necesitaba. Aquí se utiliza para dar énfasis de continuidad a una acción

Ejemplos con la palabra Embrutecían

Tal vez a esta nueva costumbre de la vida vetustense debíase en parte el gran esmero que se echaba de ver de poco acá en el traje de muchos sacerdotes. Lo que se puede bien llamar juventud dorada del clero de la capital, tan envidiada por sus colegas de la montaña, que según ellos mismos se embrutecían a ojos vistas, la juventud dorada acudía sin falta todas las tardes de otoño y de invierno que hacía bueno al Espolón, iba lo que se llama reluciente, parecían diamantes negros, y sin que nadie tuviera nada que decir, presenciaban las idas y venidas de las jóvenes elegantes, y los que eran observadores podían notar las señales del amor, de la coquetería, en gestos, movimientos, risas, miradas y rubores. Pero nada más.