¿Lleva tilde cascaba?

Hay una infinidad de palabras que se acentúan en Español, en concreto en nuestra base de datos tenemos 255.832 palabras que deben llevar tilde. Las reglas generales de acentuación son las siguientes:
  • Palabras agudas: son aquellas cuya última sílaba es tónica, deben llevar tilde aquellas que acaben en vocal, ene o ese.
  • Palabras llanas: son aquellas cuya sílaba tónica es la penúltima y llevan acento las que no terminan en vocal, ene o ese
  • Palabras esdrújulas: son aquellas cuya sílaba tónica es la antepenúltima, se acentúan siempre
Con las reglas anteriores puede parecer fácil saber cuando lleva tilde una palabra, no obstante en ocasiones saber separar una palabra en sílabas no es sencillo y pueden aparecer otros factores como los hiatos, las palabras compuestas o los acentos diacríticos que fácilmente inducen a equivocación. Por ello te ayudamos no sólo mostrandote cual es la forma correcta de escribir la palabra pero además te decimos por qué es así.

Cascaba no lleva tilde

Han de llevar tilde las palabras llanas que no terminen en vocal, "n" o "s".

Llamamos palabras llanas a las palabras donde el golpe de voz o sílaba tónica recae en su penúltima sílaba.

La separación silábica de CASCABA queda así: cas-ca-ba, es llana y termina en "a" por lo tanto no se acentúa.

Ejemplos con la palabra Cascaba

Dispense que haya trabucado el orden de lo que le refiero. Pierdo la chaveta siempre que hablo de mi hermano Sabas. Vuelvo atrás para seguir contando al hilo. Pues señor, yo tenía ocho años, y mi hermanito cinco cuando murió mi padre, ¡de qué manera! Primero se quedó ciego y baldado, y le daban unos arrechuchos terribles de la rabia de no poder ir a la taberna. No había más remedio que darle aguardiente, porque si no, rompía la cama y las sillas, y se arrancaba el pelo, echando por aquella boca unas blasfemias que daban horror. Se murió un Jueves Santo, cantando los salmos del día, ¡qué preciosos! con aquella voz de bajo que era un asombro, y que con el aguardiente, créalo usted, se le había hecho más baja todavía... Dejonos bastante mal, porque en los últimos tiempos el infeliz había malbaratado todos los trastos viejos de su comercio. No quedaba más que una chinela o zapatilla bordada de oro, que decían fue de una reina mora, y valía un dineral, pero como mi madre era bastante descuidada, se la robó una vecina, no se si para venderla o para usarla. Gracias al tío de mi madre, el beneficiado D. Francisco Mancebo, que fue siempre protector y amparo de toda la familia, no nos moríamos de hambre. Nos fuimos a vivir a la parroquia de San Lucas, a una casa muy pobre, que tenía un cuartucho alto, donde mi hermano el monstruo estaba constantemente, dentro de un cajón. No quería mi madre que nadie le viera, pero los chicos de la calle se subían por las rejas de la casa de enfrente para mirarle, mi madre salía furiosa y les cascaba, y con este motivo había en la vecindad pendencias y zaragatas. Yo cuidaba a mi hermano, que a veces se ponía como rabioso, dando mugidos y echando espumarajos por la boca: si nos acercábamos a él, nos mordía. El único remedio para esto era tocarle música o cantarle alguna cosa, y mi hermano Sabas, que sabía todos los cantos de iglesia y todas las coplas de los ciegos, se ponía en la puerta del cuarto, y cantaba, imitando también el órgano... No, no se ría usted: le cuento la verdad. Metiéndose los dedos en la boca, y poniendo los labios no sé cómo, imitaba el registro flauteado, los bajoncillos, dulzainas y qué sé yo, con tanta perfección que parecía que estaba usted oyendo el órgano de la catedral. Mi hermano Juan dentro de su cajón, hecho un ovillo, llevaba el compás con la cabeza, y así se amansaba hasta dormirse.
Ver ejemplos de oraciones con la palabra cascaba

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