Ejemplos con velado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Existe, sin embargo, iconografía islámica medieval en la que se representa a Muhammad o a Alí, generalmente con el rostro velado o sustituido por una llamarada.
Las abadesas tienen un escudo en losange u oval, rodeado de un rosario, sobre un báculo velado en palo sin mitra.
Este velado respeto por la moralidad burguesa me es tan repugnante como arraiga en todo aquello que tiene que ver con el sexo.
Febrer vio salir a unas mujeres vestidas de negro, tétrico grupo de tapadas, que apenas sí enseñaban a través de la abertura del manto su nariz enrojecida por el sol y un ojo de brasa velado por las lágrimas.
Aunque muy velado y desmenuzado en minúsculas alusiones, que entreveraba y envolvía entre vanas parrafadas, vino a decirme que Angustias estaba locamente enamorada de mí y que no podía vivir sin mí.
Así que llegaba, el señor Novillo se sentaba en un largo diván de piel verde, debajo de un espejo, velado por un tul, verde también, y dejaba caer el vientre entre las piernas, a que se reposase sobre el diván.
Al impulso que precipita aceleradamente la vida del espíritu en el sentido de la desorientación ideal y el egoísmo utilitario, corresponde, físicamente, ese otro impulso, que en la expansión del asombroso crecimiento de aquel pueblo lleva sus multitudes y sus iniciativas en dirección a la inmensa zona occidental que, en tiempos de la independencia, era el misterio, velado por las selvas del Mississipi.
Entre cuatro grandes cirios, sobre un tapiz fúnebre y tendido en el acolchado fondo de una caja blanca y dorada como aquella que tanto le había seducido, pasó Juanito la noche, velado por su hermano y por Roberto, que de vez en cuando salían al balcón para fumar un cigarro.
Vino pues la noche, y la hora acostumbrada de acudir al torno, donde vinieron todas las criadas de casa, grandes y chicas, negras y blancas, porque todas estaban deseosas de ver dentro de su serrallo al señor músico, pero no vino Leonora, y preguntando Loaysa por ella, le respondieron que estaba acostada con su velado, el cual tenia cerrada la puerta del aposento donde dormia con llave, y despues de haber cerrado, se la ponia debajo de la almohada, y que su señora les habia dicho que en durmiéndose el viejo, haria por tomarle la llave maestra, y sacarla en cera, que ya llevaba preparada y blanda, y que de allí a un poco habian de ir a requerirla por una gatera.
Sola Leonora callaba, y le miraba, y le iba pareciendo de mejor talle que su velado.
Ella tomó el ungüento, y respondió a la dueña como en ninguna manera podia tomar la llave a su marido, porque no la tenia debajo de la almohada como solia, sino entre los dos colchones y casi debajo de la mitad de su cuerpo, pero que dijese al maese que si el ungüento obraba como él decia, con facilidad sacarian la llave todas las veces que quisiesen, y ansí no seria necesario sacarla en cera: dijo que fuese a decirlo luego, y volviese a ver lo que el ungüento obraba, porque luego le pensaba untar a su velado.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba