Ejemplos con trastada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Algún día te contaré la trastada que me hizo, y que no pagará con cien vidas.
¡Nueva desilusión, nueva trastada de un Destino adverso y cruel, que no permitía el cuaje de la más inocente conquista! Como formulara esta queja al traspasar con gran trabajo la puerta de la tribuna, el amigo se apresuró a sosegarle, diciéndole que por la galería interior podían pasar de las escaleras del Florín a las que descargan en Floridablanca.
Vamos a ver: tú sabes que a don Ramón le hicieron una trastada los frailes de Marsella.
Y dispénseme que no empezara por hablarle de mi padre, pero desde que Domiciana me hizo aquella trastada, he perdido el tino, y hablo todo al revés.
- Escribo esta noche sin otro objeto que consignar la trastada que me ha hecho mi jefe, el nuevo director de , a quien aquí saco a la vergüenza pública para que la Posteridad le vitupere y maldiga.
Por último, que su padre, el de Pepe, le había mandado de chico a Inglaterra por una trastada que hizo aquí, y que el tal padre era un tío muy malo que había quebrado en falso arruinando a mucha gente.
Cuidadito, cuidadito como me vendas, que no seas malo, Fernando, que no me agas la trastada de ablar de esto al tío cuando le escribas.
También entran allí señoras decentes a expiar sus pecados, esposas ligeras de cascos que han hecho alguna trastada a sus maridos, y otras que buscan en la soledad la dicha que no tuvieron en el bullicio del mundo.
Estupiñá se encargaba de traer estos peligrosos artículos de la casa de un truchimán que los vendía de , y cuando atravesaba las calles de Madrid con las cajas debajo de su capa verde, el corazón le palpitaba de gozo, considerando la trastada que le jugaba a la Hacienda pública y recordando sus hermosos tiempos juveniles.
El móvil de esto no era simplemente el amor al saber, sino un maligno deseo de tener argumentos con qué apabullar a los curas de la mesa próxima, que sólo por ser curas, aunque sueltos, le eran antipáticos, pues odiaba a la clase entera desde aquella trastada que los sotanas le hicieron en el Norte.
Todo cerrado, todo a oscuras ¡Si habrán salido! No, estarán ahí burlándose de mí, riéndose de la trastada que me han hecho Buenos son todos: ¡tales hijos, tales padres!.
¿Cómo consentir tal afrenta? La muy bribona ¡imaginar que su marido puede perdonarla después de la trastada indecente que le hizo, después que el querindango atropelló a este infeliz abusando de su fuerza! ¡Qué infamia! Si yo no hubiera estado un mes seguido trasteando a este chico para quitarle de la cabeza la idea de la venganza no sé qué catástrofes habrían sucedido.
El pensar que tal vez estaría a la sazón la señora de Rubín jugando una gran trastada al decoro de la familia, la mortificaba, sí, pero no tanto como el ver que no la consultaba ni le pedía consejo sobre aquello desconocido y oscuro que sin duda le ocurría.
-Pero léanos usted de una vez el decreto -dijo doña Ambrosia-, aunque sin oírlo ya sé que el señor Godoy nos habrá hecho una nueva trastada.
La hija hizo una trastada, se la embarazaron, libró ahora días y ha muerto de sobreparto.
En substancia, era un pícaro afabilísimo, del cual se podía esperar cualquier favor y también alguna trastada.
Pero lo mismo me acontece cuando alguno de mis amigos me hace alguna trastada.
modo amenazador, pues temía el peligro de que aquel desvergonzado me hiciera alguna trastada con la.
-Rufita González -prosiguió Nieves muy entera-, podrá haber cometido una infamia, disculpable en su mala educación, dando las noticias que le ha dado a tu sobrino, pero ¿con qué disculpará él la trastada de haberte venido a ti con el cuento sin más ni más? ¿Te parece eso a ti rasgo de hombre de fuste, ni siquiera de persona decente?.
Alicia le parecía tan fea, tan india, al lado de estas mujeres que, si bien costaban un ojo de la cara -un oeil de la figura, como él decía-, ¡eran tan seductoras, tan elegantes, tan lascivas y complacientes! Pero no por eso olvidaba «la trastada» del doctor.
Pero, ¿quién había de decirles a los viajeros que un pícaro arroyuelo llamado ''Quita Calzones'', les jugaría una trastada? Pues así, como suena.
-¡Ay, que trastada le voy a jugar a los Micifuces!.
Vamos a ver: tú sabes que a don Ramón le hicieron una trastada los frailes de Marsella.
Y dispénseme que no empezara por hablarle de mi padre, pero desde que Domiciana me hizo aquella trastada, he perdido el tino, y hablo todo al revés.
Entonces le dijo Zeinab: ¡Levántate, pues, ¡oh madre! y a ver si encontramos un recurso capaz de darnos renombre o realizamos una trastada que nos haga famosas y notorias en Bagdad hasta el punto de que llegue la voz de ello a oídos del califa y nos devuelva éste los gajes y prerrogativas de que nuestro padre disfrutaba!.
Alguna picardía, alguna trastada, podían hacerle hacer, algún testamento o codicilo o algo así, favoreciendo a terceros, favoreciéndose ellos mismos, y en que él, Genaro, saliese al fin con una cuarta de narices.
Yo lo había dicho que el día menos pensado iba a hacer una trastada.

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