Ejemplos con tomáis

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pillos, que tomáis a este babayo de mona para reírvos.
Sus ojos amorosos se fijaban en las cincuenta princesas mediterráneas, las Nereidas, que tomaban sus nombres de los colores y aspectos de las olas: la Glauca, la Verde, la Rápida, la Melosa Ninfas de los verdes abismos, de rostros frescos como el botón de rosa, vírgenes aromáticas que tomáis las formas de todos los monstruos que nutre el mar , cantaba el himno orfeico en la ribera griega.
Saludad a la ligera la y la cortina: tocad con el filo de los labios la taza en que tomáis el té y el vaso en que bebéis el agua, mirad con la misma indiferencia la chimenea que os y el baño que os refresca, no depositéis vuestra confianza ni en la carpeta en que escribís, ni en la caja de palo-santo donde guardáis la ceniza que se os va cayendo del corazón.
A los pocos días le dices a tu esposo de tu alma que la casa no te gusta, y tomáis otra.
-¡Ah, con que lo tomáis en ese tono, señor gascón! ¡Pues bien, yo os enseñaré a vivir!.
Si os tomáis la molestia de leer en los ojos del campesino, veréis en ellos la soberbia frase del cínico Diógenes al emperador Alejandro: «Apártate, que me dé el sol.
¿Por quién me tomáis entonces?.
-¿Marearme yo? ¿Yo? ¿Yo? ¿Me tomáis por una mujerzuela Cuando se me insulta no me mareo, me vengo, ¿entendéis?.
-¡Mis carceleros! ¡Mis verdugos! Bueno, señora, lo tomáis en un tono poético y la comedia de ayer se vuelve esta noche tragedia.
No os conozco, creo que me tomáis por otro.
Tomáis la timidez por el buen gusto, envejecéis satisfechos de vuestros modales.
¡Oh amigos míos predilectos! estáis tan seguros de los deseos tumultuosos que me asaltan a vuestra vista, que tomáis una actitud descuidada, ¡oh perezosos!.
Tomáis por una niña a la Hija del Cielo.
-¿Tomáis el hábito de la orden de nuestro seráfico Padre San Francisco?.
-¡Zape, señor Brujo! -dijo ella riéndose de la mejor gana del mundo-, ¿por quién me tomáis?.
Y puesto que tomáis definitivamente a cargo tan meritoria empresa, combinaremos de común concierto nuestro plan de campaña, a cuyo efecto podremos comunicarnos cuando gastéis, siempre que traigáis en vuestra compañía a la señora Palomina o al menos la contraseña que ella os entregue, como el talismán en cuya virtud puede únicamente penetrarse en esta mansión ignorada y misteriosa, si bien con las precauciones oportunas y salvando las apariencias, a fin de evitar un compromiso por parte del conde.
recuerdos que tomáis la figura de ponzoñosas sierpes!.
¡Ilusos, que tomáis siempre lo próximo por lo remoto! La vida es el amor, la vida es el sentimiento, pero lo grande, lo noble, lo revelador de la vida, es la lágrima de tristeza que corre por la faz del recién nacido y del moribundo, la queja melancólica del corazón humano que siente hambre de ser y pena de existir, la dulcísima aspiración a otra vida, o la patética memoria de otro mundo.
¿Tanta honra se adquiere, o tanta habilidad se muestra en engañar a una mujer, que lo tomáis con tanto ahínco y ponéis tanta solicitud en ello?.
-Mío es el duelo -contestó don Álvaro-, pues que tomáis sobre vos las ofensas del conde de Lemus.
-¡Ay, Manolo! Todavía no sabéis vivir en España los hombres del «gran mundo», tomáis ciertas cosas demasiado a pechos, y hay en vosotros exceso de rutina.
Tomáis vuestro asiento para Chalons, treinta y cinco francos.
Os repetiré por tercera vez: el ascendiente que tomáis sobre mí me espanta.
-¡Qué! -balbució-, señor conde, ¿tomáis ese dinero? Pero dispensad, es dinero que debo a los hospicios, y he ofrecido pagarlo hoy por la mañana.
-¿Como cuando tomáis la píldora que os doy los domingos?.
Es como un prestidigitador de teatro que os ofrece la libertad, la tomáis, creéis tenerla en vuestra faltriquera, metéis las manos para usarla, y halláis cadenas en lugar de libertad.
-¡Pues bien! -repuso Montecristo-, suponed que este veneno sea la brucina, por ejemplo, y que tomáis un miligramo el primer día.
-¿Cómo lo tomáis? -preguntó a Franz el desconocido-, ¿a la francesa o a la turca? ¿Cargado o claro? ¿Con azúcar o sin él? ¿Pasado o hirviendo? Podéis elegir, pues lo hay de todas las maneras.
Pero, bien se ve que lo tomáis a fiesta, batallad, os ruego, con más ahínco.
-¡Oh, vos sí que no sois capaz de comprender cosa alguna! No sé para qué os tomáis el trabajo de viajar.

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