Ejemplos con tanagra

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

ocurridas en la ciudad de Tanagra:.
Santander, Laredo, Lope de Vega, Marina de Cudeyo, Miengo, Minerva, Naval de Reinosa, Noja, Pontejos, Puertas Nueva Castilla, Ramales, Rayo Cantabria, Reocín, Revilla, Ribamontán al Mar, Sámano, San Justo, San Martín de la Arena, Santoña, Selaya, Siete Villas, Solares, Tanagra, Textil Escudo, Toluca, Toranzo, Torina, Trasmiera, Tropezón, Unión Club de Astillero, Velarde, Villaescusa, Vimenor, además de los equipos filiales del Racing y de la Gimnástica.
Los beocios levantan un trofeo, se llevan a sus muertos y dejan una guarnición en el lugar de la batalla antes de volver a Tanagra.
de Tanagra, en Beocia, de quien se pensó en la Antigüedad que era contemporánea de su amigo y compatriota el poeta Píndaro, y en consecuencia de la segunda mitad del siglo VI a.
Tanagra y Tespias fueron ciudades libres bajo el dominio de Roma.
Durante el imperio, sólo quedaban Tanagra y Tespias como ciudades y el resto o eran ruinas o eran lugares insignificantes.
Muy joven aún, participa en un certamen de poesía en el que es vencido por la poetisa Corina de Tanagra.
En los años noventa, se presentan nuevas colecciones: Possession, Tanagra, Limelight y Miss Protocole, con sus pulseras intercambiables.
Las vías principales conducían a Platea, Leuctra, Tanagra, Calcis, Tespias y Acrafnium.
Después de saquear la zona se enfrentaron victoriosamente a un ejército compuesto de tanagros y tebanos en la batalla de Tanagra, para regresar después a Atenas.
Los hoplitas desembarcaron y marcharon hacia Tanagra, donde se unieron al cuerpo principal del ejército ateniense, comandado por Hipónico y Eurimedonte.
se libró en la ciudad de Tanagra durante la guerra del Peloponeso,.
Batalla de Tanagra puede referirse a alguna de las siguientes batallas del siglo V a.
En Enofita, comandados por Mirónides, derrotaron a los beocios y destruyeron las murallas de Tanagra, también causaron estragos en Lócrida y Fócida.
de estatua de Tanagra, tu olor de lilas,.
De aquí es que tampoco les duró mucho el enojo contra Cimón, ya porque trajeron a la memoria, como era debido, sus importantes servicios, y ya también porque así lo exigieron las circunstancias, porque vencidos en Tanagra en una reñida batalla, y esperando tener sobre sí para el verano un ejército de los del Peloponeso, llamaron de su destierro a Cimón, y tornó a su llamamiento, habiendo sido Pericles quien escribió el decreto: ¡tan subordinadas eran entonces al orden político las rencillas, tan templados los enojos y tan prontos a ceder a la común debilidad, y hasta tal punto la ambición, que sobresale entre todas las demás pasiones, sabia acomodarse a las necesidades de la patria!.
En esto, hallándose los Lacedemonios acampados en Tanagra, de vuelta de libertar a los de Delfos de los Focenses, les salieron los Atenienses al encuentro para darles batalla, y Cimón fue a colocarse con sus armas entre los de su tribu Enide, dispuesto a batirse contra los Lacedemonios en compañía de sus conciudadanos, pero el Consejo de los Quinientos, sabedor de ello y temiéndole, intimó a los generales a instigación de sus enemigos, que le imputaban ser su ánimo desordenar el ejército e introducir los Lacedemonios en la ciudad, que de ningún modo lo admitiesen.
Así, en Platea y en Tespias sufrieron por él los Lacedemonios sus derrotas y sus retiradas, en una de las que falleció Fébidas, aquel que se apoderó de la ciudadela cadmea, y en Tanagra, habiendo hecho huir a muchos, dio muerte al prefecto Pantedes: combates que, si bien a los vencedores les inspiraban aliento y osadía, todavía no alcanzaban a deprimir el ánimo de los vencidos.
¿Pues quién con esto podrá dar crédito a Idomeneo, que acusa a Pericles de que habiéndose hecho amigo del orador Efialtes, y sido ambos de un mismo modo de pensar en las cosas de gobierno, por celos y por envidias dolosamente lo hizo asesinar? Yo no sé de dónde pudo recoger estos rumores para achacarlos como hiel a un hombre que, si no fue del todo irreprensible, tuvo un espíritu generoso y un alma apasionada por la gloria, con los que no es compatible una pasión tan cruel y feroz, y respecto de Efialtes, lo que hubo fue que, habiéndose hecho temer de los oligarquistas, y siendo inexorable para tomar venganza y perseguir a los que molestaban al pueblo, sus enemigos le armaron asechanzas, y ocultamente le quitaron de en medio por mano de Aristódico de Tanagra, como lo refiere Aristóteles.
No se acababa por la ley el ostracismo, para los que sufrían, esta especie de destierro, hasta los diez años, pero en este medio tiempo los Lacedemonios invadieron el territorio de Tanagra, y marchando al punto los Atenienses contra ellos, Cimón, volviendo de su destierro, tomó las armas, y formó con los de su tribu, queriendo purgar con obras la sospecha de laconismo peleando al lado de sus conciudadanos, pero los amigos de Pericles se agruparon, y lo hicieron desechar como desterrado.
Acerca de los gerifeos, de cuya ralea fueron los, asesinos de Hiparco, dicen ellos mismos tener de Eritrea su origen y alcurnia, pero, según averigüé por mis informes, no son sino fenicios de prosapia, descendientes de los que en compañía de Cadmo vinieron al país que llamamos al presente Beocia, donde fijaron su asiento y habitación, habiéndoles cabido en suerte la comarca de Tanagra.
» De este formal oráculo de Bacis y de otro semejante de Museo, bien se que harían directamente a los persas, puesto que se dice del Terimodente debe entenderse de aquel río así llamado que corre entre Tanagra y Glisante.
Por lo que mira a las cinco contiendas del oráculo, fueron las siguientes: una, y la primera de todas, fue la batalla de Platea, de que vamos hablando, la segunda la que en Tegea se dio después contra los tegeanos y argivos, la tercera la que en Dipees se trabó con los arcades todos, a excepción de los de Mantinea, la cuarta en el Istmo, cuando se peleó contra los Mesenios, la quinta fue la acción tenida en Tanagra contra los atenienses y argivos, que fue la última de aquellas cinco bien reñidas aventuras.
A este efecto los Beotarcas o jefes de la Beocia habían hecho presentarse a los beocios fronterizos de los asopios, quienes iban guiando la gente hacia las Esfendaleas y de allí hacia Tanagra, donde habiendo hecho alto una noche, y marchado al día siguiente la vuelta de Seolon, hallóse ya el ejército en el territorio de los tebanos.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba