Ejemplos con sobraba

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Como se ha mencionado en aquellos tiempos a pesar que las labores eran pagadas con centavos, la gente al hacer sus compras aún les sobraba algunos centavos de la ganancia de la semana.
Puntaje le sobraba para ambas, por lo que ingresó a estudiar Leyes en la Católica.
Esa noche sobraba el coraje porque abundaba la razón.
La coca, fue inventada por un labrador de la Marjalería de Castellón, que se disponía a preparar una coca, pero no tenía harina, por lo que decidió utilizar la comida que más le sobraba: las patatas.
Puesto que la gerencia de sus negocios la tenía bien organizada y en manos competentes de amigos y familiares, le sobraba el tiempo y empezaba a aburrirle la rutina del comercio marítimo, y como hombre de mando, codicioso de poder y buscador de metas de mayor altura, Diego Caballero oteará otros horizontes de mayor envergadura que le den prestigio, fama y mayores ganancias económicas.
¡Arruinado! Todos los grandes señores decían lo mismo, y lo que a ellos les sobraba en su desgracia podía hacer ricos a muchos pobres.
Nos sobraba el alcohol, y podíamos destilar el agua de mar que se quisiera.
Por el resquicio vio que el recién llegado encendía un fósforo y después la bujía de un candelero, mas la luz sobraba, y ya, sin ella, había conocido a Artegui.
No le faltaban elementos por su conocimiento de la realidad del mundo y sus pasiones, anhelos y torturas, le sobraba fantasía para hacerla resaltar, espléndido lenguaje con que exponerla.
Buena parte del tiempo que allí me sobraba, invertía yo en pasearme por las anteiglesias o pueblecitos que rodean la villa.
Bien guisado lo tenían Francia y Cristina en favor del Francisco, y razón le sobraba a usted cuando por él ponía su mano en el fuego.
Cayó el gran cínico, dotado por naturaleza de las más bellas seducciones de palabra y trato, el hombre a quien sobraba de talento todo lo que le faltaba de escrúpulos, el que llenaba los archivos vacíos de su instrucción con los frutos repentinos de su entendimiento, el que en vez de moral tenía la prontitud imaginativa para fingirla, y en vez de ciencia el arte de ganar amigos.
Pues mira tú, eso sí que no me importa nada, porque díme: ¿no has vivido santamente y con la mayor holgura en nuestro pueblo sin que hicieras ninguno de esos papelones? ¿Por ventura, cuando allí nos sobraba todo, y teníamos para dar al pobre, eras tú y yo ? No éramos públicos, sino honrados y trabajadores, nada debíamos a nadie, y el Señor nos colmaba de bendiciones.
Los afortunados no agradecieron lo que les sobraba, y los infelices casi maldijeron lo que no habían pedido.
¿Qué culpa tengo? Lo que ocurre es que las he hecho ver lo infame, lo horrible del olvido en que tenían a Dios, el peligro que corrían de condenarse y de que se condene nuestro padre: han comprendido que me sobraba razón, y han puesto el remedio.
La casa era tan grande, que los dos matrimonios vivían en ella holgadamente y les sobraba espacio.
Decía que ella se bastaba y se sobraba para todos los quehaceres de casa tan reducida.
Te sobraba tiempo para buscar diez pollinas.
Viéndoles juntos, se observaba extraordinario parecido entre el señor de la Lage y su sobrino carnal: la misma estatura prócer, las mismas proporciones amplias, la misma abundancia de hueso y fibra, la misma barba fuerte y copiosa, pero lo que en el sobrino era armonía de complexión titánica, fortalecida por el aire libre y los ejercicios corporales, en el tío era exuberancia y plétora, condenado a una vida sedentaria, se advertía que le sobraba sangre y carne, de la cual no sabía qué hacer, sin ser lo que se llama obeso, su humanidad se desbordaba por todos lados, cada pie suyo parecía una lancha, cada mano un mazo de carpintero.
¿Qué necesidades podía experimentar un mozo de sus años y ocupaciones? Libros, trajes, caballos, carruajes, criados, dinero, todo le sobraba, ni el trabajo de pedir casi nunca tenía, porque desde la cuna se había acostumbrado a ver satisfechos sus deseos y aún caprichos, apenas indicados.
Sea lo que fuere lo que me pesa es que yo ni tu madre, que fuimos discípulas de la buena Camacha, nunca llegámos a saber tanto como ella, y no por falta de ingenio, ni de habilidad, ni de ánimo, que ántes nos sobraba que faltaba, sino por sobra de su malicia, que nunca quiso enseñarnos las cosas mayores, porque las reservaba para ella.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba