Ejemplos con serviré

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No serviré a ningún aparato militar.
En lo que yo pueda servirla, como hombre, la serviré.
Yo le serviré de padre, Lucía, yo respetaré tus sacros derechos como no los respetará tu marido, no.
Para otra cosa no serviré, mas para esos oficios soy que ni pintado.
Ya yo me preparaba a emprender camino ¡quién sabe a qué y hasta dónde!, en servicio activo de una empresa, y cuando creí que el patriotismo me vedaba emprenderlo, ¡qué tristeza, qué tristeza moral de la que nunca podré ya reponerme! ¿Cómo serviré yo mejor a mi tierra? me pregunte: Yo jamás me pregunto otra cosa, y me respondí de esta manera: Ahogando todos tus ímpetus, sacrifica las esperanzas de toda tu vida, hazte a un lado en esta hora posible del triunfo, antes de autorizar lo que creas funesto, mantente atado, en esta hora de obrar, antes de obrar mal, antes de servir mal a tu tierra so pretexto de servirla bien.
Yo le serviré con toda voluntad en aquello que pueda, y cuantas llaves hay en la casona veré de traérselas, por si alguna abre.
Yo te serviré en el bien, de estímulo, en el mal, de rémora.
Cordero un excelente amigo, a quien debo servir y serviré con todas mis fuerzas.
—Por mas discreto te tenia, replicó Lope, y ¿tú no ves que lo que digo es burlando? pero ya que sé que tú hablas de veras, de veras te serviré en todo aquello que fuere de tu gusto: una cosa sola te pido en recompensa de las muchas que pienso hacer en tu servicio, y es que no me pongas en ocasion de que la Argüello me requiebre ni solicite, porque ántes romperé con tu amistad, que ponerme a peligro de tener la suya: vive Dios, amigo, que habla mas que un relator, y que le huele el aliento a rasuras desde una legua: todos los dientes de arriba son postizos, y tengo para mí que los cabellos son cabellera, y para adobar y suplir estas faltas, despues que me descubrió su mal pensamiento, ha dado en afeitarse con albayalde, y así se jalbega el rostro, que no parece sino mascaron de yeso puro.
—Si los pintores que ordinariamente suelen ser pródigos de la hermosura con los rostros que retratan, lo han sido tambien con este, sin duda creo que el original debe de ser la misma fealdad, a la fe, señora y madre mia, justo es y bueno que los hijos obedezcan a sus padres en cuanto les mandaren, pero tambien es conveniente y mejor que los padres den a sus hijos el estado de que mas gustaren, y pues el del matrimonio es ñudo que no le desata sino la muerte, bien será que sus lazos sean iguales y de unos mismos hilos fabricados: la virtud, la nobleza, la discrecion y los bienes de la fortuna bien pueden alegrar el entendimiento de aquel a quien le cupieron en suerte con su esposa, pero que la fealdad della alegre los ojos del esposo, paréceme imposible: mozo soy, pero bien se me entiende que se compadece con el sacramento del matrimonio el justo y debido deleite que los casados gozan, que si él falta, cojea el matrimonio y desdice de su segunda intencion, pues pensar que un rostro feo, que se ha de tener a todas horas delante de los ojos en la sala, en la mesa y en la cama, pueda deleitar, otra vez digo que lo tengo por casi imposible: por vida de vuesa merced, madre mia, que me dé compañera que me entretenga y no enfade, porque sin torcer a una o a otra parte, igualmente y por camino derecho llevemos ambos a dos el yugo donde el cielo nos pusiere, si esta señora es noble, discreta y rica, como vuesa merced dice, no le faltará esposo que sea de diferente humor que el mio: unos hay que buscan nobleza, otros discrecion, otros dineros, y otros hermosura, y yo soy destos últimos, porque nobleza, gracias al cielo y a mis pasados, y a mis padres, ellos me la dejaron por herencia, discrecion, como una mujer no sea necia, tonta o boba, bástale que ni por aguda despunte ni por boba no aproveche, de las riquezas, tambien las de mis padres me hacen no estar temeroso de venir a ser pobre: la hermosura busco, la belleza quiero, no con otra dote que con la de la honestidad y buenas costumbres, que si esto trae mi esposa, yo serviré a Dios con gusto y daré buena vejez a mis padres.
Hasta que mi amo llegue a Zaragoza, le serviré, que después todos nos entenderemos.
Señor mío, yo confieso que para ser del todo asno no me falta más de la cola, si vuestra merced quiere ponérmela, yo la daré por bien puesta, y le serviré como jumento todos los días que me quedan de mi vida.
Bien podré yo dejarme manosear de todo el mundo, pero consentir que me toquen dueñas, ¡eso no! Gatéenme el rostro, como hicieron a mi amo en este mesmo castillo, traspásenme el cuerpo con puntas de dagas buidas, atenácenme los brazos con tenazas de fuego, que yo lo llevaré en paciencia, o serviré a estos señores, pero que me toquen dueñas no lo consentiré, si me llevase el diablo.
Yo os serviré de guía para abriros los escondrijos y los armarios, especialmente el gran armario del general de los monjes, que es el que encierra las más hermosas vasijas de oro cincelado.
no sé cómo se llama, a quien suplico me mande, que la serviré de noche y de día, con la vida y con el alma, que la debe de tener ella como la de una tortolica simple.
El sitio de La Rochelle va a empezar, monseñor, yo serviré ante los ojos de Vuestra Eminencia, y si tengo la suerte de comportarme en ese sitio de tal forma que merezca atraer sus miradas, ¡pues bien!, luego tendré al menos detrás de mí alguna acción brillante para justificar la protección con que tenga a bien honrarme.
Como súbitamente poseída por un sentimiento de respeto al oír estas palabras, Zeinab se adelantó hacia Ahmad-la-Tiña y le besó la mano, diciendo: ¡Oh capitán Ahmad, jefe de la Derecha del califa! los cuarenta alguaciles me han encargado que te diga que al extremo de la callejuela han visto a la vieja Dalila que buscas y que iban en su persecución sin pararse aquí, pero aseguraron que volverían con ella pronto, y ya no tienes más que esperarles en la sala grande de la taberna, donde yo misma te serviré con mis ojos.
¡Nos colmaste de beneficios, y en tu morada reside la abundancia, ¡oh hermano mío! ¡Pero si por cualquier razón no los quieres como huéspedes en tu casa, permíteme que les invite en casa del vecino, adonde yo mismo les serviré!.
Al punto le serviré.
::¡En el filo de mi alfanje beberéis tragos amargos como el jugo de la coloquíntida! ¡Y serviré a vuestro rey la copa de las calamidades para quitarle por siempre el sabor del agua clara!.
¡Que se maten enhorabuena! Mejor para el cura y para mí, que le serviré de sacristán.
—Me llamo Rufus Holconius, y mi casa es la tuya —dijo el joven—, a menos que prefieras la libertad de la taberna: se está bien en el albergue de Albino, cerca de la puerta del barrio de Augusto Félix, y en la hospedería de Sarino, hijo de Publio, junto a la segunda torre, pero si quieres, te serviré de guía en esta ciudad desconocida para ti, me gustas, joven bárbaro, aunque hayas tratado de burlarte de mi credulidad pretendiendo que el emperador Tito, que hoy reina, está muerto desde hace dos mil años, y que el Nazareno, cuyos infames sectarios, embadurnados de pez, han alumbrado los jardines de Nerón, reina solo como dueño y señor en el cielo desierto del que han caído los grandes dioses.
¿Qué sería de vos, amiga mía, si a ella os arrastrasen esos bárbaros codiciosos de vuestras gracias virginales? ¡Ah!, no: yo os serviré de escudo para que tal no suceda, y acaso de esta manera daréis a mis palabras el crédito que les negáis actualmente.
-¡Sí, Señor, te serviré, estoy arrepentido, perdonadme, pues!.
Al oír el negro estas palabras, se dilató su pecho de un modo considerable, y exclamó: ¡Oh ama mía! os serviré con mis dos ojos.
Si, por el contrario, me lo dan, le serviré como cada batueco, o me servirá él a mí por mejor decir, entonces sí que diré que vivimos en la prosperidad, como algunos quieren que lo crea por pruebas que no son pruebas.

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