Ejemplos con secreto

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Voy a revelarles un secreto: Belarmino no es padre legítimo de Angustias.
La mía está tranquila y confiada ante Dios, que ve el secreto de mis intenciones.
Por primera vez he leído un libro de Pereda al mismo tiempo que el público, y sin estar iniciado previamente en el secreto del autor.
¿Eh?respondió Simón, un tanto azorado, como si le hubieran descubierto un secreto.
Trabajar horas y horas, de longitud inacabable, despidiéndose para siempre de las horas calmas y fugaces dedicadas al ocio contemplativo y al coloquio secreto con su habitante interior.
La carne, tan flaca y reseca, se le agrietó, y, por las hendeduras, se derramó en clamorosos raudales lo más secreto del alma, lo que rara vez se escapa del misterio de la conciencia: el tuétano del espíritu, que tiene miedo a la luz y a las palabras.
Por de fuera, serenidad, impasibilidad, en lo más secreto, ardor inextinguible.
Los estudiantes amigos de Gabriel pusieron en sus manos los libros de Darwin, de Büchner y de Haeckel, y el secreto de la creación natural, que inquietaba su pensamiento después de la abolición de la omnipotencia divina, se desgarró ante sus ojos.
Eran tardes de dulce tristeza, en las que se compenetraban aquellos dos hombres: el uno, soñando con salir de la cárcel de piedra de la catedral para ver el mundo, el otro, de regreso de la vida, herido y desalentado, contento del obscuro reposo de la hermosa ruina y guardando con prudente silencio el secreto de su pasado.
La Iglesia española, rancia, como tú dices, ha quedado empobrecida, ¡y aún te parece poca revolución! ¿Qué es lo que tú quieres?, ¿qué es lo que deseas para que esto se arregle? Suéltanos tu secreto y vámanos, que ya va picando el frío.
La ramera, por costumbre del oficio, intentó acoger con cínica sonrisa, con el gesto excéptico del que conoce el secreto de la vida y no cree en nada, las exclamaciones de la escandalizada labradora.
Él solo conocía el secreto de sus toneles, atravesando con su vista las viejas duelas, apreciaba la calidad de la sangre que contenían, era el sumo sacerdote de este templo del alcohol, y al querer obsequiar a alguien, sacaba, con tanta devoción como si llevase entre las manos la custodia, un vaso en el que centelleaba el líquido color de topacio con irisada corona de brillantes.
Perseguido por la autoridad militar como presunto autor de este suceso, viví escondido algunos días, cambiando varias veces de refugio, mientras mis amigos me preparaban el embarque secreto en un vapor que iba a zarpar para Italia.
Sin pararse en pelillos descubría el secreto sorprendido, haciendo de él fisga y chacota.
En vano pretendes ocultarme que vives para mí, es inútil que te empeñes en esconder así ese secreto de tu corazón.
Usted dispense, tíacontesté avergonzado, temeroso de que sorprendiera el secreto que me tenía distraído.
Me pareció que habían adivinado mi secreto, lo cual, aunque en cierto modo me contrariaba, tenía para mí algo halagador.
¿Qué haría yo sin ella? ¿Qué sería de mí sin la palabra consoladora de Angelina? Ella era la única que poseía el secreto de mis tristezas, sólo ella sabía darme aliento y ánimo.
Y entonces ella, que calla y oculta su secreto en lo más hondo del corazón, hablará también, y quedito, muy quedito, ¡así se dicen esas cosas! contestará:¡Te amo! ¿Cómo se hablan ustedes, de tú o de usted?.
¿Qué cambio tan rápido era aquél, desde la adoración idolátrica a una repulsión instintiva? ¿Sabría algo su hijo? Y la cruel sospecha de que Juanito pudiera conocer el secreto de aquel lujo que la familia había ostentado en medio de la ruina martirizaba a doña Manuela.
En Villaverde se murmura de todos y de todo, se averigua qué hacen, y en qué se ocupan los demás, se lleva cuenta y razón de los actos de cada vecino, nadie ignora hasta lo más secreto de la vida de los otros, y quien vive más alejado de los mentiderosque los hay a docenas, en boticas y tiendas de ultramarinospudiera inventariar de memoria las ropas de quienes no pisan los umbrales de su casa más que por Corpus y San Juan.

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