Ejemplos con sarracena

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El origen del municipio no está claro, mientras que algunas fuentes indican que está en una alquería sarracena, Eduard Toda le atribuye un origen romano.
Una vez libre, el abad alentó la venganza contra la amenaza sarracena.
Egara debió ser un municipio importante, que llegó a su máximo esplendor con la creación de la sede episcopal, para lo cual se construyó el conjunto visigótico de las iglesias de San Pedro, y fue decayendo, hasta el abandono progresivo de la ciudad durante el siglo VIII, de forma paralela a la invasión sarracena, trasladándose, la población, a la vecina villa de Tarrasa, centrada en el castillo-palacio de la actual plaza Vella.
Tras la conquista normanda de la Italia bizantina y la Sicilia sarracena, el emperador bizantino Miguel VII Ducas acordó con Roberto Guiscardo la boda de su primogénito con la hija de éste.
El motivo principal era la piratería sarracena que desde las Islas Baleares ocasionaba enormes pérdidas al comercio marítimo centrado en Barcelona.
No quedan vestigios del periodo de la ocupación sarracena, sólo algunos topónimos como puede ser el de Vimbodí.
Siconulfo como respuesta a la ofensiva de Radelchis, contrata él también, tropa mercenaria sarracena.
Según una tradición, el topónimo Carcasona deriva del nombre de una princesa sarracena protagonista de una anécdota cuya historia, elevada al rango de leyenda, remonta a los tiempos de la ocupación musulmana y del emperador Carlomagno a principios del siglo VIII.
Al sobrevenir la invasión sarracena se reanuda la serie de los arzobispos perseguidos.
Sus lecturas favoritas, la sarracena ardentía de su sangre española, no les dejan entrever otra ventura que un amor de exceso como dijo el poeta, en donde amor y beso fueran síntesis de la eternidad.
En Sierra Nevada, paloma enorme que cobija bajo sus alas purísimas a Granada la Sarracena,.
Todo esto, y aquel sol que volvía en busca de nuestra aterida zona, y aquel pedazo de firmamento azul en que se perdían la vista y el espíritu, y aquellas torres de la Alhambra, llenas de románticos y voluptuosos recuerdos, y los árboles que florecían a su pie como cuando Granada era sarracena.
Ramon de Moncada y de los templarios, y pronto se distinguió tras el collado á la horda sarracena, preparada para el combate, y dada la señal, con pavoroso estrépito se trabó la lid, haciendo cada parte cuanto podia.
Nuño esclamó:-Señor rey! puesto que ya dejamos la mar y nos es necesario tomar puerto en Mallorca, pensad en lo que debemos hacer para dar comienzo á nuestra empresa, si os place batallar con la odiosa horda sarracena.
Era la primera vez que entraba yo en la sarracena villa por aquellas alturas, y también la primera en que aparecía ante mis ojos su cementerio, mucho más alto que las ramblas por donde habíamos caminado hasta entonces e invisible desde ellas por consiguiente.
Explicábame ya, por consiguiente, la singularidad de que la Alpujarra sólo fuera conocida de sus hijos, de que apenas existiese un mapa que la representara con alguna exactitud, y de que ni los extranjeros que venían de Londres o de San Petersburgo en busca de recuerdos de los moros, ni los poetas españoles que cantaban estos recuerdos de una gloria sin fortuna, hubiesen penetrado jamás en aquel dédalo de promontorios y de abismos, donde cada peñón, cada cueva, cada árbol secular sería de juro un monumento de la dominación sarracena.
Por esto su gloria era la de todos, no habia quien no creyese tener su parte en aquel encumbramiento, y las miradas estaban fijas en el altar, en aquel mocetón fornido, moreno, lustroso, resto viviente de la invasión sarracena, que asomaba por entre niveos encajes sus manazas nervudas y vellosas, más acostumbradas a manejar la azada que a tocar con delicadeza los servicios del altar.

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